Red Bull se apiada de Kvyat
La marca energética vuelve a recupera al ruso, a quien dejó sin coche en dos ocasiones, tras pasarse un año sin correr
Red Bull engaña. Por un lado, la marca energética tiene una imagen que la hace única después de haberse pasado dos décadas colocando en el escaparate a sus atletas, capaces de llevar a cabo las actividades más inverosímiles y arriesgadas. En parte, ese espíritu transgresor y atrevido también se podía percibir en la división de Fórmula 1 de la marca, integrada por Red Bull y Toro Rosso, el hermano pequeño y modesto. Sin embargo, las apariencias engañan en el equipo del búfalo rojo, convertido en una trituradora de pilotos por obra y gracia del ‘Doctor’ Helmut Marko, el máximo responsable del proyecto de F1 y quien tiene la vara de mando acerca de quienes son los encargados de conducir los cuatro monoplazas disponibles. A sus 75 años, el ex corredor austríaco es mucho más conocido por sus cuestionables métodos de motivación y su mano dura que por sus éxitos deportivos –su mejor resultado fue la octava posición que logró en el Gran Premio de Mónaco de 1972, antes de verse obligado a retirarse tras perder un ojo aquel mismo año en Clermond-Ferran–, como bien pueden constatar Sebastian Buemi, Jaime Alguersuari o Antonio Félix Da Costa, entre otros talentos que salieron mal parados de su experiencia con la compañía austríaca.
Precisamente por esa fama de implacable sorprende que Red Bull se haya apiadado de Daniil Kvyat y le vaya a dar otra oportunidad, la tercera ya para este ruso de 24 años, que el curso que viene volverá a correr con Toro Rosso después de perder el coche en dos ocasiones. Primero fue en 2016 como titular en Red Bull que la irrupción de Max Verstappen le llevó a tener que cederle su monoplaza al holandés con el campeonato en marcha para volver él a la formación ‘B’. Aquella jugarreta le dejó moralmente hundido como él mismo llegó a reconocer, aunque la caída no se detuvo y todavía se acelero la temporada siguiente,
cuando los ejecutivos de Toro Rosso decidieron volverle a dejar sin coche para meter en su lugar a Pierre Gasly, una maniobra que dejó a Kvyat sin volante para 2018 y que le llevó a firmar con Ferrari como piloto de desarrollo, un rol más relacionado con la mercadotecnia que con las carreras. En 2019, el de Oufa tendrá un último cartucho para demostrar aquello que en su día le convirtió en una de las joyas de la corona –en su debut (Australia 2014) se convirtió en el piloto más joven de la historia en puntuar, con 19 años, diez meses y 18 días–. En parte, esta chance le llega porque con esa política de tolerancia cero con los jóvenes, Red Bull ha terminado por quedarse sin candidatos, especialmente después del anuncio del fichaje de Daniel Ricciardo por Renault, que llevará a Gasly a ser el compañero de Verstappen y que dejaba una vacante en la estructura de Faenza.
“Creemos que Daniil merece otra oportunidad en la F1, declara Franz Tost, director de Toro Rosso y correveidile de Marko. “Se trata de alguien con mucha habilidad para ir deprisa, como ya ha demostrado en varias ocasiones a lo largo de su trayectoria. Ha pasado por momentos delicados alejado de la competición, que estoy convencido de que le habrán hecho madurar”, añade Tost. “Toro Rosso siempre me ha hecho sentir en casa y estoy seguro de que eso seguirá siendo así el año que viene”, se limita a decir Kvyat.
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