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Lo que le faltaba al fútbol: un entrenador para los saques de banda

El Liverpool contrata a un especialista solo para mejorar la potencia y la técnica de este lance del juego

Lorenzo Calonge
El jugador del Liverpool Alexander-Arnold se prepara para un saque de banda esta temporada contra el Crystal Palace.
El jugador del Liverpool Alexander-Arnold se prepara para un saque de banda esta temporada contra el Crystal Palace.Glyn KIRK (AFP)

Poco después de que Benito Floro fuera destituido en el Madrid, a principios de 1994, fue invitado a dar una conferencia en la escuela de entrenadores de Alicante, y el asunto que eligió fue la importancia de los saques de banda. Cuando el tema de la charla se hizo público pasado el tiempo, causó cierta sorna en parte de los aficionados y aquel episodio quedó unido a su figura, aunque él siempre ha defendido la idea. “Vaya a las estadísticas”, retaba en una entrevista en EL PAÍS.

Ahora, el técnico del Liverpool, Jurgen Klopp, ha ido varios pasos más allá y ha ampliado su cuerpo técnico con una persona dedicada exclusivamente a enseñar a los jugadores a mejorar esta suerte del juego. Se llama Thomas Gronnemark, un exintegrante del equipo danés de bobsleigh (deporte de invierno) que posee el récord en el lanzamiento de saques de banda, con 51,33 metros.

El invento del técnico alemán de los reds no es totalmente nuevo en el fútbol, pero sí en el alto nivel, y nada menos que en el subcampeón de Europa. “Cuando oí hablar de él, tenía claro que quería conocerlo”, ha afirmado Klopp. “Y cuando lo conocí, tenía 100% claro que quería contratarlo”. Este exatleta, de 42 años, lleva desde 2004 aleccionando a los laterales a mejorar su técnica y sus marcas. Además de al equipo de Anfield, también asesora al Midtjylland, un club danés sin mucha historia (nació en 1999) con dos títulos de Liga en su sala de trofeos.

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Aunque parezca solo una cuestión de gimnasio y fuerza bruta, Gronnemark explica que hay entre 25 y 30 aspectos a tener en cuenta para mejorar el lanzamiento. Cómo agarrar el balón, la carrera, la posición de los brazos, el manejo del espacio… toda una ciencia que influye en este lance que, en realidad, ha sido clave también en finales, como en la Novena Champions del Madrid, que rascó el 1-0 en un saque rápido y lateral de Roberto Carlos a Raúl ante la mirada despistada de la defensa del Bayer Leverkusen.

“Si el Liverpool marca uno o dos tantos esta campaña, sería perfecto para mí”, señala Gronnemark, encantado por su fichaje. El alumno en el que está depositando gran parte de su trabajo es el defensa inglés Joe Gomez. “Si fuera defensor, no querría estar al final de un lanzamiento suyo”, advierte. La temporada pasada, el lateral izquierdo del Midtjylland, Andreas Poulsen, mejoró sus registros (de 25 a 37,9 metros), y el equipo logró diez goles procedentes de saques de banda. No obstante, las enseñanzas de este deportista de bobsleigh no buscan solo el saque largo, también el rápido (para los contragolpes) y el inteligente. Según sus cálculos, en un partido hay de media entre 40 y 50 acciones de este tipo, así que, asegura, su importancia está “infravalorada”.

"Si el Liverpool marca uno o dos goles de saque de banda esta temporada, sería perfecto para mí", señala el sorprendente fichaje de Anfield, Thomas Gronnemark

La preocupación por los saques de banda en Inglaterra es casi tan vieja como el fútbol inglés, empeñado en convertir esta suerte en un segundo córner, aunque en la era moderna su trascendencia se había reducido, sobre todo, a los conjuntos modestos. De ahí, la sorpresa de que el Liverpool, finalista de la Copa de Europa hace tres meses, haga esta apuesta. En los clubes de infantería, los ejemplos de potentes lanzadores han seguido siendo habituales, como Rory Delap, un irlandés campeón juvenil de jabalina que en el Stoke City la ponía hace un lustro a 38 metros y 60 kilómetros por hora para el gigantón Peter Crouch (2,02 metros). Unos años antes, recién aterrizado en el Bolton en la última estación de su carrera, Fernando Hierro, especialmente dotado para el desplazamiento en largo desde la retaguardia, recibió la sorprendente instrucción de su entrenador, Sam Allardyce, de enviar ese golpeo lo más cerca posible del saque de esquina del rival, al estilo del rugby.

El tiempo dirá si este fichaje de Klopp crea escuela en la elite europea o se trata solo de una extravagancia del alemán. De momento, el propio Gronnemark admite que tiene “el trabajo más extraño del mundo”.

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