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Dueñas, el colega perdido de Froome y Thomas

El bejarano compartió equipo con los líderes del Tour, pero su carrera se acabó por colaborar con las autoridades antidopaje

Carlos Arribas
Geraint Thomas, con el maillot amarillo, detrás de Chris Froome.
Geraint Thomas, con el maillot amarillo, detrás de Chris Froome. Peter Dejong (AP)

A las dos de la tarde, al terminar su turno de trabajo en una fábrica de Salamanca, Moisés Dueñas, de 37 años, se sentó ante la tele para ver la etapa del Alpe d'Huez. Lo hizo sin una emoción especial y valorando con justicia lmoisesa gran carrera de Geraint Thomas y Chris Froome, sus compañeros de equipo en 2008. Dueñas, que había ganado el Tour del Porvenir en 2006 por delante de ciclistas luego habituales del Tour como Gesink, Pauwels, Moinard o Nicolás Roche, compartía el liderazgo del equipo, llamado Barloworld, con el escalador colombiano Mauricio Soler. Las dos fuerzas insoportables del Tour de ahora eran entonces dos jóvenes amigos guiris, gorditos y muy simpáticos.

"Por supuesto que nadie entonces podía pensar que Froome acabaría ganando cuatro Tours y que Thomas estaría como está este año", dice Dueñas por teléfono. "Hombre, Thomas parecía más corredor, había sido campeón del mundo en pista de persecución por equipos junto a Wiggins y se notaba, pero no corrió ese Tour. Froome era como el elemento exótico. Un africano, aunque blanco, que llamaba la atención. Al equipo le venían bien todos los reportajes que le hacían, una forma de hacer publicidad. El africano rubio, le llamaban. Y hacía gracia".

Froome terminó su primer Tour a más de dos horas del ganador, el español Carlos Sastre. Dueñas no llegó a tomar la salida de la 11ª etapa. Allí se acabó su carrera ciclista. El Tour siguió y él se quedó detenido en la comisaría de Tarbes. Horas antes, el laboratorio antidopaje de París había comunicado que había detectado EPO en su orina el día de la cuarta etapa. Inmediatamente la policía acudió al hotel del equipo para registrar la habitación de Dueñas, donde encontró, en su maleta, algunos productos prohibidos. La mañana siguiente declaró ante el fiscal que le acusaba de un delito de dopaje que antes de salir para el Tour el médico español Jesús Losa le había inyectado una sustancia que no sabía lo que era.

Cuando regresó a España colaboró con las autoridades deportivas. Contó a la policía que en 2008 le pagó 6.000 euros a Losa, más primas por objetivos, y que en su clínica vallisoletana, Losa se escondía detrás de una cortina verde para prepararle unas jeringuillas que el ciclista no sabía qué contenían. Para el Tour le dio un bote de pastillas de DHEA, un precursor de la testosterona.

Por su colaboración con la investigación, Dueñas, nacido en Béjar, recibió una sanción reducida, de un año, y la promesa del Consejo Superior de Deportes (CSD) de que le ayudaría a encontrar un equipo de buen nivel para volver al pelotón. El equipo elegido era el Xacobeo-Galicia, que contaba con el patrocinio institucional de la Xunta. Su director, Álvaro Pino, le vetó categóricamente. No quería ciclistas con pasado, dijo Pino, que había abandonado el Phonak años antes tras los escándalos de los positivos de Tyler Hamilton y Santi Pérez, y sus relaciones con Eufemiano Fuentes. "La realidad es que muchos de mis compañeros me consideraban un apestado por haber colaborado con las autoridades", dice el escalador bejarano, que no volvió a encontrar un equipo digno. Después de algunos años en equipos secundarios, perdida la motivación y fatigado el espíritu, Dueñas colgó la bicicleta.

La investigación a Losa, en la que la policía española invirtió grandes recursos, no fue admitida por la juez. El médico tampoco sufrió sanción administrativa por parte de las autoridades deportivas. Aún sigue trabajando con deportistas.

Diez años después, y muchos kilos menos, olvidados los mofletes y los bracitos con grasa, Thomas y Froome son la representación física del triunfo del Sky, el ciclismo así llamado científico. Froome también ha sufrido un problema de dopaje, pero los tiempos son otros. La policía ya no interviene. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) ha dimitido de sus obligaciones y ha proclamado al inglés un "caso excepcional" que no puede ser castigado. Para quien no ha cambiado nada es para los arrepentidos y colaboradores, maltratados.

"Me sacrificaron en una guerra a la que nadie le da la importancia que dice", reflexiona Dueñas, quien, pese a todo, sigue amando el ciclismo. "Salgo en bicicleta todos los días y me divierto, y no me importa ver las carreras por la tele sin amargarme pensando que yo podría estar ahí, donde están ahora Thomas y Froome. He tenido que pasar página. No se puede estar toda la vida dándole la vuelta a lo mismo".

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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