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Playoffs Ascenso a Primera - semifinal - jornada 2
Sporting
Sporting
Carmona 68'
1 2
Finalizado
Real Valladolid
Real Valladolid
Mata 23'Óscar Plano 31'

El Valladolid vence al Sporting y se jugará una plaza en Primera contra el Numancia

El cuadro pucelano supera en su segundo partido en cuatro días a un equipo asturiano agotado

Los jugadores del Valladolid celebran su primer gol ante el Sporting en el Molinón.
Los jugadores del Valladolid celebran su primer gol ante el Sporting en el Molinón.J.L.Cereijido (EFE)

Valladolid y Numancia se disputarán la plaza que resta para completar la máxima categoría del fútbol español. Lo harán en una final a doble partido que se abrirá el próximo miércoles en feudo soriano y tendrá epílogo tres días después en el Nuevo Zorrilla. El Valladolid, como lo había hecho el Numancia un día antes, confirmó su pase en terreno forastero (1-2). Lo logró tras una irrefutable victoria en El Molinón ante un Sporting superado por la excitación propia y el talento ajeno. Los dos equipos que llegaron a la promoción peor clasificados se jugarán el ascenso en la eliminatoria definitiva; los tres (Granada, Osasuna y Sporting) que bajaron de Primera División hace un año, y gozaban de las ventaja económicas del seguro de descenso, se quedarán una campaña más en una categoría selvática.

El Valladolid en cuatro días ha ganado dos veces al Sporting y además de una manera incontestable que seguramente no refleja la distancia futbolística entre ambos equipos. Imposible entender la eliminatoria sin los hemorrágicos diez minutos que le dieron tres goles al equipo de Sergio González el pasado jueves en su estadio. A partir de ahí jugaron con el sistema nervioso del Sporting, que se aprestó a la revancha en su estadio con la meta de una victoria por dos goles que le diese el pase, pero también pleno de ansiedades y prisas. Amaneció así un partido sin pausas, pleno de errores, ímpetus y acelerones. Pareció contagiarse el Valladolid en un inicio tenso, pero en cuanto domó sus nervios encontró la llave del triunfo porque si aquello se planteaba como un juego de errores quien empezó a coleccionarlos fue el Sporting.

El Molinón obliga. Es un foro pasional, de sentimiento, con ese aire añejo que empuja, pero a la vez exige. Los futbolistas del Sporting corrieron mucho y mal, les superó todo el andamiaje del partido, lo interpretaron mal, apurados, atribulados, despistados ya desde una acción inicial en la que dejaron sin marcaje en el área a Mata para rematar el saque de una falta lateral. Nada menos que al máximo goleador de una temporada en la categoría si se atiende a las últimas tres décadas. No lejos de él, Hervías se convirtió en imparable para la zaga del Sporting, sin ayudas, víctima de un equipo que se posicionó muy largo y que al tiempo sufrió en amplitud. No le tapó la manta todo el cuerpo al equipo que adiestra Rubén Baraja. Y le entró la tiritona porque además al cuarto de hora de partido ya encaraba el partido como un cara o cruz.

La desnuda defensa adelantada rival y la capacidad de Mata para fabricarse un desmarque tras recuperación de sus compañeros propiciaron un primer aviso de Hervías. Pero además el Valladolid tuvo sabiduría con el balón en los pies, lo supo manejar para generar los espacios que le dejaban la atolondrada presión del rival. Por ahí nacieron los goles, dos bofetones con un intervalo de ocho minutos y justo antes de la media hora de partido. En el primero les faltó a los rojiblancos la agresividad que demostraban en otras zonas menos sensibles. Permitieron que Mata controlase en el área y buscase un perfil correcto para sacarse un disparo a la escuadra, imparable para Mariño. El segundo, que se gestó en fuera de juego antes de que la pelota circulase con fluidez, lo regaló Óscar Plano con un veneno desde fuera del área que dibujó con la pelota una parábola endiablada para el portero.

El Sporting se movió con armamento pesado y sin mecha, el Valladolid con el florete. Venció la esgrima. Antes del descanso en El Molinón tan solo se escuchaba la algarabía procedente de la esquina ocupada por la afición visitante. Al regreso se escucharon algunos reproches de la hinchada local a sus futbolistas. Cinco goles precisaban para superar la eliminatoria. Marcaron uno, de penalti transformado por Carmona. La remontada era una misión imposible y más ante un rival que en este doble litigio ha mostrado una excelente organización defensiva, un conjunto que mezcla veteranía y juventud, que tiene gol y que comanda un entrenador, Sergio González, que conoce de sobra los rudimentos de este juego. De jugador, en el Espanyol o en el Deportivo, siempre aparecía en los momentos importantes y en los escenarios más granados. De entrenador quiere seguir ese camino.

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