El Sevilla destituye a Montella y le da el banquillo a Joaquín Caparrós
Inmerso en la peor racha de partidos sin ganar del siglo, el club andaluz busca un revulsivo para poder jugar en Europa la próxima temporada
Se acabó la etapa de Vincenzo Montella en el banquillo del Sevilla. El club andaluz ha destituido al entrenador italiano, al que dio un voto de confianza el pasado martes, después de la derrota ante el Levante (2-1). Una actuación que viene a confirmar el mal momento del conjunto sevillano, destrozado física y mentalmente después de una temporada cargada de partidos. El Sevilla acumula nueve encuentros sin conseguir la victoria (cinco derrotas y cuatro empates) y se le ha complicado mucho su presencia en Europa la próxima temporada. Se trata de la peor racha de partidos sin ganar del presente siglo. El Sevilla es ahora séptimo, pero dormirá fuera de puestos europeos pase lo que pase en el duelo de sus inmediatos seguidores, Getafe y Girona, que se enfrentan en esta jornada. La decisión de la destitución la tomó el consejo del club tras la derrota contra el Levante.
El Sevilla, al que le quedan por disputar cuatro partidos, se pone en menos de Joaquín Caparrós, el entrenador con el que empezó su ciclo victorioso en el presente siglo. El acuerdo con el técnico, que ya dirigió al Sevilla entre 2000 y 2005, se fraguó en una reunión durante el mediodía. Caparrós dirigirá al equipo lo que queda de temporada y la próxima ocupará un puesto en el organigrama el club. Dirigirá ya al plantel en la sesión de trabajo de este domingo. A Montella se le comunicó el despido después de la cita con Caparrós. El nuevo técnico, que se encontraba sin equipo, tiene el reto de dejar al Sevilla al menos en la séptima plaza en los partidos que el conjunto andaluz tiene que jugar ante Real Sociedad, Real Madrid, Betis y Alavés. Todos en la capital de Andalucía, por cierto (tres en el Sánchez Pizjuán y uno en el Benito Villamarín). Antonio Álvarez será su segundo y en el equipo de trabajo estarán Carlos Marchena y Paco Gallardo.
El Sevilla, que no gana un partido de Liga desde el pasado tres de marzo, cuando se impuso al Athletic (2-0), fichó a Montella a finales del mes de diciembre en sustitución de Eduardo Berizzo. El técnico argentino fue el que comenzó la temporada. Montella ha realizado una más que aceptable tarea en las competiciones de eliminatorias, puesto que llevó al Sevilla a la final de la Copa y a los cuartos de la Champions después de eliminar al Manchester United. Este último logro fue histórico, ya que se produjo 60 años después de la última vez en la Copa de Europa y nunca bajo el actual formato de la Liga de Campeones. Sin embargo, la trayectoria en la Liga ha dejado mucho que desear. Con Montella en el banquillo, el Sevilla solo ha logrado 19 de 51 puntos posibles, unos registros dignos de un equipo destinado a pelear por el descenso. El italiano, destituido en noviembre del Milan, acumula su segundo despido en cinco meses.
A Montella también se le critica su incapacidad para usar todos los elementos disponibles de una plantilla que fue reforzada en el mes de enero con la llegada de hasta cuatro jugadores: Arana, Roque Mesa, Layún y Sandro. El entrenador decidió apostar por un bloque de jugadores con apenas dos o tres cambios y ha acabado por reventar a muchos de los elementos de su plantel y provocar el descontento del resto. Inmovilista en sus planteamientos y sin un claro mensaje que motive a sus futbolistas, el Sevilla lo destituye y gasta su última bala con Caparrós para intentar arreglar el final de temporada. Se trata de la segunda decisión de importancia tomada por el consejo de administración del Sevilla después de que el pasado martes se decidiera la destitución de Óscar Arias, director deportivo. Se logre o no el objetivo europeo, el Sevilla sufrirá una profunda renovación en la planificación de la próxima temporada, que será dirigida por un nuevo responsable y su equipo. El Sevilla ya le ha hecho una oferta por tres años a Antonio Cordón, ahora en el fútbol chino y exsecretario técnico del Villarreal y del Mónaco.
