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VELA | VUELTA AL MUNDO
Columna
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Un resultado perfecto

En Auckland nos subimos al podio. No sé cómo lo habréis vivido desde fuera, pero no me extrañaría que muchos se estuviesen mordiendo las uñas. No esperábamos una compresión tan grande al final

La tripulación del Mapfre celebra el tercer puesto en Auckland.
La tripulación del Mapfre celebra el tercer puesto en Auckland.MARÍA MUIÑA / MAPFRE

¡Por fin llegamos a Auckland! Y, además, con un resultado perfecto para nosotros: terceros. Más de 6.200 millas con un desenlace fantástico, por tres motivos: porque en muchos momentos de la etapa no pensábamos que haríamos podio; porque aunque estén haciéndolo muy bien, el primero y el segundo (AkzoNobel y Scallywag) aún están a cierta distancia en la general, en lo que a puntos se refiere; y porque el Dongfeng, segundo en la general, ha quedado por detrás de nosotros. La verdad es que no creo que podamos pedir mucho más.

No sé cómo lo habréis vivido desde fuera, pero con el tracker en directo desde las últimas 100 millas a la línea de llegada, no me extrañaría que muchos se estuviesen mordiendo las uñas… No nos vamos a engañar: no esperábamos una compresión tan grande al final. Sabíamos que habría poco viento en la costa neozelandesa, pero pensamos que los de adelante cogerían la presión antes. Recuerdo que hubo un momento en el que tuvimos a AkzoNobel seis millas y media por delante y estaban casi parados. Y justo delante de Rangitoto, una isla volcánica que está en el golfo de Hauraki, a unas 35 millas de la llegada, pasamos al Turn The Tide On Plastic, que han hecho una etapa tan buena que en cierta manera daba hasta un poco de pena hacerlo…

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Tanto a TTOP como a nosotros nos complicó el tema un par de trasluchadas, con casi 30 nudos de viento, que seguramente evitaron que tanto Dee y su tripulación como nosotros terminásemos más arriba, aunque como ya he dicho y de nuevo recalco, ha sido un buen resultado.

Tras la experiencia de la etapa anterior en los Doldrums, que no nos fue muy bien, en esta teníamos claro que todo sería un poco fortuito, con partes de meteorología que probablemente no se cumpliesen. Y en este escenario tan inestable, aunque siempre intentes hacer tu propia regata, en esta etapa teníamos claro que no podíamos sacar el ojo de encima a Dongfeng. Eso nos llevó en ocasiones, tanto a ellos como a nosotros, a estar en sitios en los que no queríamos estar, sino que lo que prevalecía era no soltar al rival que nos sigue en la general. Total, que en tu Match Race particular un día levantas la vista y los líderes están 100 millas por delante de los dos… Pero estábamos haciendo, en este caso, lo que teníamos que hacer, y creo que lo volveríamos a hacer.

En la siguiente etapa, que empieza en unas dos semanas, cambia el cuento. Es la segunda del Océano Sur y, probablemente, la más importante de esta edición. Supone más puntos y es la que más riesgos entraña a la hora de tener una rotura. Ahora aprovechando para descansar un poco mientras que el equipo de tierra está trabajando ya muy duro en la puesta a punto del barco, porque es importantísimo que tengamos la confianza necesaria para apretar el barco lo máximo posible. Estoy seguro que Dongfeng va a empujar aún más de lo que lo que lo hizo en la etapa a Melbourne y AkzoNobel también.

Xabi Fernández, con una joven aficionada a la llegada al puerto de Auckland.
Xabi Fernández, con una joven aficionada a la llegada al puerto de Auckland.MARÍA MUIÑA / MAPFRE

Normalmente en ediciones anteriores de la regata, en las que los puntos de esta etapa eran los mismos que cualquier otra, podías estar contento con un podio, con un segundo, un tercero… Pero en esta edición, perder un punto aquí o allá no es lo ideal. Aunque dándole la vuelta a la tortilla, si haces un buen resultado puedes estar en una posición mucho mejor en la general. Bueno, como sea. Ahora estamos aquí en Auckland. Hay que descansar, hacer la costera, preparar la etapa por excelencia y seguir trabajando duro.

Antes de salir hacia Brasil, os escribo de nuevo.

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