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Gerard Moreno, la esencia del Espanyol

El delantero blanquiazul, autor del 45% de los goles, rechazó al Madrid y reúne las virtudes del delantero total

Juan I. Irigoyen
Gerard Moreno, en el último duelo del Espanyol.
Gerard Moreno, en el último duelo del Espanyol. JOSEP LAGO (AFP)

Un día Gerard Moreno (Santa Perpetua de Moguda, 25 años) le dijo no al Madrid. “Mi papá ya le había dado su palabra al Villarreal. Bueno, mi papá y yo también”. Moreno rebobina hasta el 2008, un año de revancha para el delantero. Después de que le cerraran las puertas en la cantera del Espanyol, Gerard se fue con lo puesto, entonces sueños de futbolista profesional, al juvenil del Badalona. Un total de 41 goles 34 partidos para llamar la atención del Nàstic, del Madrid y del Villarreal. Pero el cuadro de Castellón hizo bien los deberes. “Nos llevaron a conocer las instalaciones del club, nos explicaron cómo iba a ser mi vida allí. Nos hicieron sentir muy bien, que es lo que quieres a esa edad”, explica Gerard Moreno. Fue un viaje de ida y vuelta para Gerard. Ajeno a rencores, regresó al Espanyol. De olvidado a héroe, hoy es el ídolo de la hinchada del Espanyol, que hoy recibe al Madrid (20.00 horas, beIN La Liga).

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“Cuando eres pequeño, es un palo tener que dejar tu club. Te cuesta entenderlo, aunque yo lo acepté bastante bien. Mis padres y mi hermano ya me venían preparando mentalmente para que la situación no me cogiera por sorpresa. Eso me ayudó a no frustrarme”, cuenta Gerard. En el último año de cadete tuvo que dejar la Cuidad Deportiva de Sant Adrià. “Son esas decisiones que son difíciles de explicar. En su momento, en el club consideraban que había que potenciar a otros delanteros. Pasan estas cosas. Hoy Gerard se encargó de demostrarles que estaban equivocados”, asegura Lluís Planagumà, exentrenador de la cantera blanquiazul.

Planagumà conoce bien a Gerard. Fue él, junto a Carles Casanova, quien lo fichó de la Damm en edad benjamín. “Allí suele haber jugadores más de calle, más espabilados”, dice Casanova. “Era una especie de mini Tamudo”, interviene Planagumà; “tenía una cicatriz en la cara. Cuando le preguntamos cómo se la había hecho nos dijo que con un gancho de una portería. ¿Qué niño de esa edad ataca con tanta determinación una portería?”.

“En los entrenamientos es igual que en los partidos. Es el típico pillo. Si te puede empujar un poco, lo hace; si te distraes un momento, te gana la posición. Cosas que solo se aprenden en la calle”, analiza su compañero David López. Su entrenador en el Badalona, en cambio, va un paso más allá. “Para mí era como Raúl González, por su astucia, su capacidad de sacrificio bestial y su poder goleador. Además, tiene un gen competitivo brutal. A veces, hasta sorprendente para un chico de su edad”.

Un nuevo revés

“Cuando tenía ocho años era exactamente como ahora. Medio desgarbado, con un estilo de juego medio atípico, poco ortodoxo, pero con una muy buena capacidad para asociarse y con una definición brutal”, sostiene Planagumà, con quien Gerard se reencontró en el Villarreal B. Sin embargo, cuando empezaba a asomar la cabeza en el primer equipo del cuadro de Castellón, a Moreno le bajaron la ilusión. Una vez más. Lo cedieron al Mallorca. “Siempre me sorprendió su actitud para entrenar, muy competitivo. Hacía cosas muy atípicas para un chaval de esa edad. Y, sobre todo, tiene una capacidad brutal para hacerle frente a las adversidades. Es un chico muy fuerte de cabeza. Eso es mérito de él, pero también de sus padres. Es una familia muy normal”, afirma Manolo González su técnico en el Badalona.

Hijo de futbolista (su padre jugó en el Europa), Moreno nunca tuvo delirios de grandeza. Su padre le insistía en que el sacrificio era innegociable. “No era el típico papá que te dice que lo haces todo bien ni el que solo te marca los defectos. Él quería que nunca bajara los brazos”, cuenta Moreno. Y él hizo caso.

Del Espanyol al Badalona y del Villarreal al Espanyol, aferrado a sus goles, sobre todo a su cabeza. “Tiene una mentalidad muy fuerte. El nivel de influencia de Gerard no hace falta que yo lo explique. Su trascendencia va más allá de los goles, es un ejemplo”, interviene Sánchez Flores. Hasta Julen Lopetegui puso un ojo en Cornellà. El Espanyol no tiene más respuesta que Gerard, presente en los 25 partidos del Espanyol (el único en toda la Liga), autor de 10 de los 22 goles (45%). Hasta quienes le llevan la delantera en la selección empatizan con la situación de Moreno. “Es un gran jugador; igual le penaliza un poco el juego del Espanyol porque están casi todos replegados”, avisa Iago Aspas. Con la Roja como quimera, Gerard apunta al Madrid.

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Sobre la firma

Juan I. Irigoyen
Redactor especializado en el FC Barcelona y fútbol sudamericano. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Ha cubierto Mundial de fútbol, Copa América y Champions Femenina. Es licenciado en ADE, MBA en la Universidad Católica Argentina y Máster de Periodismo BCN-NY en la Universitat de Barcelona, en la que es profesor de Periodismo Deportivo.

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