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La furia futbolera por los errores arbitrales se vuelca contra Macri

En poco más de 15 días, los hinchas de River y San Lorenzo estallan en insultos contra el presidente de Argentina

Marcelo Gallardo, entrenador de River, en pleno partido ante Godoy Cruz.
Marcelo Gallardo, entrenador de River, en pleno partido ante Godoy Cruz.Télam
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La Superliga argentina tiene un líder indiscutido que no se baja de la punta desde hace un año. Es el Boca que entrena Guillermo Barros Schelotto, preside Angelici y, ¿Protege Mauricio Macri? Esa es la sospecha que cae sobre el fútbol argentino luego de horrores arbitrales que perjudicaron, entre otros, a San Lorenzo y River, el primero, perseguidor del xeneize en la liga; el segundo, su eterno rival. La libre interpretación que hacen los aficionados es mucho más directa desde marzo del año pasado, cuando Claudio Chiqui Tapia, quien reconoció haber amado la camiseta auriazul, se convirtió en el mandamás de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y Angelici, hombre fuerte de Macri en la Justicia, en vicepresidente.

“Mauricio Macri la puta que te parió”, resonó en dos estadios de Argentina en menos de una semana. No se recuerda un antecedente similar en el fútbol argentino, y la ofensiva no parece terminar ahí. Fue el 4 de febrero, en el estadio Nuevo Gasómetro, cuando el hit del verano futbolero sonó por primera vez. Allí jugaban el clásico Boca y San Lorenzo, pero el árbitro Silvio Trucco se llevó toda la atención por un mix de jugadas polémicas que beneficiaron al conjunto visitante, aunque el resultado final fue empate en uno. Dos expulsiones en el local y un penal que no le cobraron, además de que el gol de Boca se marcó en posición adelantada alteraron los humores de los hinchas del Ciclón. El grito se repitió días después, cuando el equipo de básquet de San Lorenzo se consagró campeón de la Supercopa de ese deporte.

Marcelo Gallardo, entrenador de River, el otro equipo que junto a San Lorenzo carece de representantes en el seno de la AFA, abrió el paraguas a principio de año: “sabemos con lo que tenemos que lidiar. No voy a decir que hay favoritismo o ayuda, pero las cosas están así, están ahí, en la mesa. Nosotros sabemos cómo tenemos que comportarnos. Tenemos que estar con la guardia alta siempre y protegernos entre nosotros”. La referencia hacia Boca y el peso político que tiene en el armado del fútbol argentino fue clara.

Este domingo, River empató 2 a 2 con Godoy Cruz en casa. Otra vez, como en el Nuevo Gasómetro, la actuación del árbitro Jorge Baliño resultó determinante para que el local no se llevara los tres puntos. Los errores cometidos, un claro penal no cobrado a Lucas Pratto, un gol de la visita en clara posición adelantada y un insólito tiro libre indirecto en el área por un pase al arquero que no existió desató la furia de los millonarios y provocó la suspensión provisoria del juez para la jornada del próximo fin de semana. Otra vez se escuchó el insulto directo al presidente de la Nación y exmandamás de Boca Juniors. Insulto que se repitió a la salida del estadio, con el resultado consumado. Incluso, el ministrio del Interior, Rogelio Frigerio, decidió abandonar el Monumental envuelto en su camiseta de River antes de que termine el partido para evitar que el escrache pase a mayores.

Gallardo, que en medio del partido cuestionó a los gritos al árbitro preguntando si “¿Vinieron para cagarnos?”, luego se mostró más reflexivo en la rueda de prensa, aunque apeló a la ironía: “Espero que no haya nada raro. Quiero creer que no. Es mi único anhelo en este momento. Pero con situaciones como la de hoy se hace difícil”. En suma, y en medio de la polémica el entrenador boquense Guillermo Barros Schelotto visitó la casa Rosada este lunes y se reunió con el presidente Macri.

La historia no parece terminar acá y los ánimos pueden estar todavía más caldeados teniendo en cuenta que River y Boca definirán la Supercopa argentina el próximo 14 de marzo, en Mendoza. Para ese encuentro el presidente Tapia decidió cortar por lo sano y convocar a un almuerzo previo a los mandatarios de ambos clubes donde decidirán la terna arbitral y el uso o no de la tecnología. Lo concreto es que el fútbol argentino, el mismo que le permitió a Macri construir un poder impensado para muchos, hoy le pega en los tobillos a puro insulto, y genera un malestar que, en principio, es solamente futbolero. Aunque en Argentina nunca puede subestimarse el giro de una pelota.

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