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España gana el dobles y toma la iniciativa

En una conjunción espectacular, Feliciano y Carreño baten en tres sets a Murray e Inglot (6-4, 6-4 y 7-6) y el equipo de Bruguera se sitúa a un solo triunfo de los cuartos a falta de los dos individuales del domingo

Alejandro Ciriza
Carreño volea con Feliciano en un segundo término, este sábado en Marbella.
Carreño volea con Feliciano en un segundo término, este sábado en Marbella.JORGE GUERRERO (AFP)

El Club de Tenis Puente Romano acogió el nacimiento de un gran dúo, el formado por Feliciano López y Pablo Carreño, y España (2-1) dio un paso de gigante para lograr el pase a los cuartos de final de la Copa Davis. El toledano y el asturiano se estrenaban como pareja y el resultado fue inmejorable: 6-4, 6-4 y 7-6 (en 2h 28m) frente a Jamie Murray y Dominic Inglot, luego el equipo capitaneado por Sergi Bruguera se situó a solo una victoria de llevarse la serie contra Gran Bretaña a falta de los dos individuales del domingo (11.00, Teledeporte).

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Desde hace tiempo, a España le está costando dar con una pareja sólida en la Davis. Se han formado binomios exitosos en el circuito de la ATP, caso de Feliciano y Marc López (campeones en Roland Garros 2016) o de Carreño y Guillermo García-López (finalistas del US Open 2016), o el que obtuvo el oro en los Juegos Olímpicos de Río, con la buena mezcla del propio Marc y Rafael Nadal; sin embargo, en la competición de selecciones ha costado que fragüe un buen dobles. De hecho, en los últimos ocho cruces se lograron solo dos victorias e intervinieron hasta seis tenistas distintos.

Se han empleado numerosas fórmulas, pero probablemente ninguna haya ofrecido la solidez y el ensamblaje que exhibieron Feliciano y Carreño, fantástica conjunción la de ambos. Un dúo compensado y compacto, con un magnífico sacador (Feliciano) y un restador (Carreño) de altos quilates. Donde no llega el uno lo hace el otro y viceversa. Total acierto, por tanto, del nuevo capitán, que valoraba así la actuación: “Creía que ellos podían hacerlo de modo espectacular y así ha sido. Han jugado un partido increíble, sobre todo en los momentos importantes. Se han complementado a la perfección".

Con esta excelente mezcla, España tomó la iniciativa en la serie y disipó el mal sabor de boca que había dejado la derrota de Roberto Bautista en el segundo compromiso de los individuales. En una tarde bajo control, despejó la bruma y solventó el paso, a priori, más espinoso de la eliminatoria. Devaluado en el singles por la ausencia de Andy Murray y la precariedad física de Kyle Edmund, el cuadro británico se aferraba a sus especialistas para desembarcar en la jornada dominical con mayores opciones, pero en lugar de eso lo hará en una situación desfavorable.

Inglot, el lastre británico

Inglot devuelve la pelota de revés.
Inglot devuelve la pelota de revés.JORGE GUERRERO (AFP)

De ningún modo se debe atribuir la responsabilidad en Jamie Murray, a la altura, exquisito en la red y la volea, pero muy mal secundado por un Inglot que falló una y otra vez desde la línea de fondo y al que buscó con insistencia el dúo español. Él fue el mejor revitalizantes. Carreño y Feliciano sacaron partido a su deficitario revés y además el británico se deshizo en el servicio. Cedió los breaks que decantaron las dos primeras mangas y lastró el buen hacer de Murray, exnúmero uno y uno de los más reconocidos doblistas de los últimos tiempos. Él sostuvo a duras penas a su equipo, pero se quedó demasiado solo.

El fuego de Feliciano y la decisión de Carreño se destaparon como una magnífica mezcla

“Ha sido un partido muy completo. Hemos comenzado con un break y eso siempre ayuda. Al final, a ellos se les ha hecho un poco largo... Hemos llevado muy bien todo el partido”, comentó Feliciano. “Se lo nota que jugamos en casa. Cuando el público aprieta es una gozada”, destacó Carreño, que por primera vez participaba en una serie como anfitrión y se sintió de fábula junto a López, este con 26 eliminatorias y 34 encuentros a las espaldas. “Está claro que jugar con él siempre ayuda. Controla este tipo de partidos y tiene mucha serenidad”, agregó el gijonés, número 10 del ranking y primer espada español.

Después del suspense del día anterior, llegó una victoria reparadora. El fuego de Feliciano y la determinación de Carreño se destaparon como una magnífica mezcla, y España respira más tranquila. Abordará los dos últimos puntos con aire, sabiendo que un punto más la guía hacia los cuartos, en los que competiría con Alemania o Australia (2-1 en Brisbane). En un principio, Bruguera iba a seleccionar a Ramos y Bautista para el cierre, pero tal vez pueda haber un cambio de planes; el propio Carreño, e incluso David Ferrer, podrían tener protagonismo. Sea cual sea, España está en buenas manos.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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