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Qatar mueve la palanca del fútbol mundial

Desde 2011 el emirato del Golfo Pérsico se ha convertido en el mayor inversor per cápita de la industria del balompié

Diego Torres
Nasser Al-Khelaifi y Neymar, el día de la presentación en París.
Nasser Al-Khelaifi y Neymar, el día de la presentación en París.Catherine Steenkeste (Getty)

“Todos piensan que los cataríes nacimos ricos, pero en 1995 este país estaba en bancarrota y el Gobierno no podía pagar los salarios”, dice Nasser al Khater, vicepresidente de la organización del Mundial de fútbol de 2022.

El horizonte amarillo del desierto se funde con la bahía de Doha detrás de la ventana de su oficina en la última planta de la torre Al-Bidda. “Sabíamos que teníamos gas”, explica, “pero no sabíamos ni cómo extraerlo ni cómo transportarlo. Había un mercado pero la explotación era complicada. Las compañías que lo estudiaron rechazaron invertir. Hasta que vino Exxon y dijo: sabemos cómo hacerlo. Se arriesgaron”.

Hoy Qatar, con apenas 2,5 millones de habitantes, es el sexto país del globo en PIB per cápita (54.000 euros) y el mayor inversor por habitante en la industria del fútbol con dos proyectos colosales en marcha: el Mundial de 2022 y el Paris Saint-Germain, el equipo que amenaza con deshacer el viejo orden del fútbol europeo y el que, según la opinión prevalente entre los analistas que trabajan para los clubes, posee la plantilla más completa.

Los dirigentes cataríes que pasaron por la criba de la crisis de los 90 actúan con sentido de la anticipación. Puesto que el gas no puede ser inagotable, persiguen la supervivencia por otros medios. Empeñada en convertir el emirato en un eslabón que conecte el Mundo Árabe con Occidente, referencia de la cultura, la educación y el aperturismo en el Golfo Pérsico, la dinastía de los Al-Thani emplea el fútbol como herramienta de construcción económica y social en lo que Mehran Kamrava, profesor de la Universidad de Georgetown, califica de “autoritarismo benigno”.

El jeque Jasim, llamado a suceder a su padre Hamad, renunció a su derecho en favor de su hermano Tamim en 2013. Desde entonces obra como ministro de deportes de facto por medio del fondo soberano de inversiones. Su primera gran operación fue la compra del PSG en 2011 por unos 100 millones de euros a los que se sumaron más de 1.000 millones en fichajes. Siguieron la campaña para lograr la organización del Mundial, la fundación del canal de televisión BeIn Sports y las adquisiciones de derechos televisivos de la Champions y la Liga. Por el fútbol español pagaron una cifra récord: 1.900 millones de euros para las tres temporadas que van de 2015 y 2019.

Nación y deporte

“La relación de Qatar y el fútbol se produce porque los gobernantes son apasionados del juego”, dice Xavi Hernández, cuya consideración en Doha es la de consejero de alto nivel. Jasim pensó en él porque aspira a que la selección anfitriona en 2022 juegue con el estilo del Barça. A ser posible, con Xavi como entrenador.

Sheik Jasim, el Emir Tamim, y Hassan [al Thawadi, el secretario general de la organización del Mundial de 2022] son gente educada, brillante, y no se pierden nada”, dice Xavi. “Siguen al Madrid, al Bayern, al Pescara o al entrenador del Hoffenheim [Julian Nagelsmann]… ¿Y qué han hecho? Pues tratar de que el país crezca alrededor del deporte. Compraron el PSG y han comprado la Cultural Leonesa en España y en dos o tres años quieren meterlo en Primera. Son hábiles. Están acostumbrados a decidir pero se dejan influir por las personas que hemos vivido el fútbol. A mí me preguntan mucho: ‘Xavi ¿qué te parece esto o lo otro?’ ‘¿Y qué te parece este entrenador?’. No son impositivos. Delegan. Van a hacer un Mundial espectacular. No solo están construyendo estadios. Están construyendo un país”.

Un aeropuerto internacional de primera categoría, una red de autovías y trenes, una planta de electricidad, una línea de metro y 12 estadios serán lo más visible del legado mundialista. El gasto de todas las infraestructuras se elevará a los 200.000 millones de euros. El retorno difícil de medir.

El español Iván Bravo, director de la academia Aspire, centro de referencia del deporte catarí y responsable del crecimiento exponencial de las selecciones de fútbol en todas sus categorías, reflexiona sobre lo que cree es un proyecto que trasciende el deporte. “Los cataríes”, dice, “han interpretado bien que el fútbol es un instrumento poderoso para relacionarse a nivel geopolítico. Así quieren generar prestigio y visibilidad en el exterior y un sentimiento de comunión entre sus ciudadanos. Esto es como Barcelona 92 para España”.

“No podemos separar la idea Qatar como nación de la idea del fútbol”, dice Nasser al-Khater. “Fuimos el primer país del Golfo Pérsico en organizar un evento futbolístico importante cuando trajimos al Santos de Pelé en 1973. Aquí el deporte es una herramienta de desarrollo social desde los años 60. Ahora la organización del Mundial ha servido para que el Gobierno introduzca una nueva legislación laboral, más saludable, acorde con las demandas de Amnistía Internacional. Cada vez que me voy a dormir por la noche me digo: hemos mehorado el bienestar de nuestra gente”.

Los próximos años verán el eje del negocio del fútbol trasladarse hacia Oriente. La magnitud del experimento no tiene precedentes.

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.
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