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El optimista regreso de Marion Bartoli

Después de cinco años sin competir y de sufrir un misterioso virus que, dijo, casi le cuesta la vida, la francesa volverá al circuito a los 33. Ganó Wimbledon (2013), se retiró un mes después y perdió 30 kilos

Alejandro Ciriza
Bartoli, durante la final de Wimbledon en 2013.
Bartoli, durante la final de Wimbledon en 2013.GLYN KIRK (AFP)

En esa historia de idas y venidas que es el tenis, al compás de la bola sorteando la red, reaparece repentinamente Marion Bartoli (Le Puy-en-Velay, Francia; 33 años), aquella jugadora francesa que sorprendió con su triunfo en Wimbledon (2013) y distinguida por pegarle a la pelota a dos manos desde ambos perfiles. “Va a ser un enorme desafío. Espero estar lista para volver en marzo”, anunció a través de un vídeo en sus redes sociales, confirmando su regreso al circuito la próxima temporada y, de paso, planteando un enigma deportivo no apto para agnósticos: ¿Puede Bartoli, después de cinco años sin competir y haber estado, en palabras suyas, “al borde de la muerte” volver y lidiar con las nuevas generaciones de la WTA?

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El pronóstico es impredecible, de modo que ante el retorno de la francesa solo caben las certezas. Y estas apuntan simplemente a que cinco años son un mundo, demasiado tiempo, una especie de triple salto mortal que en su caso entraña todavía mayor dificultad. Se la recuerda a Bartoli, comentarista televisiva este último año, tanto o más por el triunfo en el All England Tennis Club como por su tormentosa trayectoria posterior. Logró ese título con 28 años y solo un mes después anunció su retirada. “No puedo jugar más de 45 minutos porque mi cuerpo ya no responde. Me siento dolorida y agotada”, dijo entonces entre lágrimas, después de caer en Cincinnati.

Y luego vino la nebulosa. La sombra de la anorexia, una extrema delgadez, el rostro demacrado. Ganó Wimbledon con 73 kilos, alcanzó después los 80 y en julio de 2016, prácticamente consumida, descendió hasta los 42. Una montaña rusa, física y emocional. “Esto no es vida, solo estoy sobreviviendo”, declaró hace dos años en el canal británico ITV, mientras decía ser víctima de un misterioso virus que, alegó, debió de contraer mientras viajaba entre Nueva York, Australia e India a comienzos de ese curso: “Temo por mi vida. Tengo miedo de que un día mi corazón se pare. Estoy viviendo una pesadilla. No le deseo esto a nadie”.

No hubo nunca constancia médica del virus, pero su erosión corporal y su aspecto desmejorado eran de tal grado que ese mismo año, los responsables de Wimbledon le impidieron disputar el dobles de las veteranas ante la posibilidad de que pudiera ocurrirle algo grave mientras estaba sobre la hierba. La organización del grande británico decidió hacerle una analítica previa que reveló una alarmante carencia de hierro y vitaminas, además de unos índices muy bajos de glóbulos rojos y blancos. La alarma pública saltó y ella se agarró a la explicación del virus, que además de hacerle perder más de 30 kilos le producía electro-sensibilidad –cogía los teléfonos móviles con guantes– y le condujo hacia una dieta vegetariana a base de productos cocinados solo con agua mineral.

Marzo y Miami, fecha y lugar para el retorno

Marion Bartoli, en una imagen reciente (d) y otra de 2016 (i).
Marion Bartoli, en una imagen reciente (d) y otra de 2016 (i).

Muchas voces culpabilizaron de sus desequilibrios al periodista John Inverdale, de la BBC Radio 5 Live, quien en un nefasto intento por hacerle un cumplido tras su triunfo en Wimbledon expuso una desacertada comparativa con Maria Sharapova, icono estético del tenis femenino. “Honestamente, no me importa. No soy rubia, es cierto; es un hecho. Pero, ¿he soñado alguna vez con ser modelo? No, lo siento. ¿He soñado alguna vez con ganar Wimbledon? Sí, absolutamente”, manifestó mientras el locutor se disculpaba y la BBC recibía un sinfín de quejas. Un mes después, Bartoli se retiró.

En 2016 permaneció tres meses ingresada en una UCI de un centro parisino, a continuación siguió un tratamiento en una clínica de Italia –le hicieron una transfusión y le colocaron una sonda nasogástrica– y en noviembre completó el maratón de Nueva York con una marca de 5h 40m. Todo eso después de que incluso se extendiese el bulo de su presunta muerte en Internet. Sin embargo, poco a poco ha ido asomando la luz, la tenista fue ganando peso hasta los 75 kilos aproximados de la actualidad y se reenganchó a la dinámica del circuito trabajando para diversos medios.

Ahora, con el respaldo de la Federación Francesa de Tenis (FFT), Bartoli –ocho títulos a lo largo de su carrera, 490 victorias y número siete como tope– lleva un tiempo ejercitándose y planifica volver en 2018, en el contexto del Masters de Miami (del 19 al 26 de marzo). Desea volver a jugar en Roland Garros, Wimbledon y la Copa Federación, e incluso no se cierra la puerta a otra victoria en un grande y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. “Espero estar preparada. Tengo muchas ganas de reencontrarme con el público en las pistas”, afirma ahora la francesa, protagonista de un retorno sorprendente y muy optimista.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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