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El Real Madrid supera al Barcelona en el clásico de las urgencias en la Euroliga

Los de Laso, liderados por un genial Doncic, rinden al cuadro azulgrana (87-75) abocándolo a un camino tortuoso en Europa. El esloveno anota un triple de videoteca desde más de 20 metros

Faustino Sáez
Felipe y Taylor felicitan a Doncic tras su triple desde 20 metros
Felipe y Taylor felicitan a Doncic tras su triple desde 20 metrosJuanJo-Martin (EFE)

El Madrid venció por solidez, constancia y bravura el clásico de las urgencias en la Euroliga. El conjunto de Laso equilibró su contabilidad (seis triunfos y seis derrotas) y abocó al Barça (ocho pinchazos en 12 jornadas) a un camino exigente y tortuoso, con escaso margen de error, en los próximos meses de competición. Campazzo manejó el libro de instrucciones del duelo; Felipe, Thompkins y Tavares ajustaron cuentas con los pívots azulgrana; y Doncic agrandó su videoteca de highlights, con otra exhibición de talento (16 puntos, siete asistencias y 26 de valoración) hasta el 87-75 final. Un triple desde casi 25 metros coronó la fiesta madridista y agrandó la leyenda del niño prodigio. Esta vez, Tomic, Seraphin y Moerman no gobernaron como en el pulso de hace un mes en la Liga.

El Madrid mejoró la puesta en escena de su rival por actitud defensiva y determinación en ataque. Con la puntería de Campazzo, la intimidación de Tavares y las ayudas de Thompkins, los blancos instauraron la intensidad de las noches grandes. El Barça tan solo anotó cuatro puntos en los primeros seis minutos y medio de partido, pero el 2 de 6 en triples del conjunto de Laso en ese tramo evitó que los locales rentabilizaran en el marcador su dominio sobre el parqué.

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Se abrió el baile de las rotaciones y subieron los decibelios en defensa. Del ruido salió malparado el Madrid que vio como Campazzo y Tavares cometían su segunda falta antes del final del primer cuarto. Para entonces, Tomic había minimizado la influencia del pívot caboverdiano y Pressey se había postulado como la sombra de Doncic. La dureza rebajó los guarismos y atenazó las pizarras (15-15, m. 10).

Sanders aterrizó poderoso en el partido, pero Carroll y Felipe (ocho puntos y siete rebotes en el segundo cuarto) hormigonaron el plan madridista que tomó vuelo con el primer triple de Doncic. Entre el minuto 11 y el 14, los blancos armaron un parcial de 14-4 que desembocó en una máxima renta de nueve puntos (41-30, m. 17). Thompkins tuvo varios lanzamientos liberado para descoser la ventaja, pero su 1 de 5 en triples en la primera mitad rebajó su condición de héroe ante el UCAM Murcia y permitió el reenganche del Barça. Heurtel encontró el tempo adecuado, Navarro certificó una técnica a Rudy por protestar a los colegiados y los de Sito Alonso aprovecharon para atajar la fuga (40-38, m. 20).

Se disputaba el clásico número 52 en la era Laso. Una sístole y diástole infinita equilibrada en la contabilidad, con 30 victorias blancas y 22 azulgrana, pero contundentemente favorable al Madrid en las vitrinas, con 13 títulos por cinco del Barça (8-1 desde la Liga culé de 2014). Un pulso con cambio de ciclo entre los dos grandes del baloncesto español en el que, hace poco más de un año, el conjunto madridista lograba la mayor diferencia en la pista azulgrana (+39) gracias a la exhibición de Llull (63-102) —superando la renta de la semifinal de la Final Four de Milán en 2014 (62-100)— y hace apenas un mes, en Liga, triunfaba con solvencia el nuevo Barça de Sito Alonso gracias al poderío de Moerman, Seraphin y Tomic en la pintura (80-84). Esta vez, entre los tres pívots azulgrana sumaban un rebote menos que Felipe, un titán mientras Laso protegía a Tavares. El Madrid marcó territorio en un día clave.

La sufrida ante el Barça es hasta la fecha la única derrota liguera de los blancos en contraste con su borroso trayecto continental, lastrado sobre todo por las dos derrotas en casa ante Khimki y Estrella Roja. Solo en la temporada 2015-2016, los de Laso superaron el par de tropiezos en su pabellón (5). Pero, en este caso, el visitante azulgrana presentaba un calamitoso expediente a domicilio. Desde que venciera al Maccabi en la Mano de Elías en noviembre de 2016, el Barça solo suma una victoria fuera del Palau en 17 salidas europeas: el triunfo 78-83 ante el Armani Milán del 23 de febrero. Por el camino, muestras de impotencia como la de Moscú ante la solidez del CSKA o patinazos irreverentes como el sufrido en Baviera tras desperdiciar 26 puntos de renta ante el Brose. Esta vez tampoco encontraron la tecla.

Para recuperar el terreno perdido con semejante secuencia, Sito Alonso cargó de músculo y grilletes su quinteto en la segunda mitad: Ribas Sanders, Hanga, Moerman y Seraphin. Pero no cuajó el cemento azulgrana, Tavares acható a Seraphin y Thompkins cató bingo desde el 6,75 para alcanzar los 10 puntos de renta tras el entreacto (48-38, m. 23). Rudy y Taylor estiraron el colchón con un triple más por barba y Doncic se sumó a la causa para respaldar la intendencia de puntos de un vibrante Campazzo. Se jugaba a lo que quería el Madrid y el Barça no encontraba más argumento que Tomic. Pero, justo cuando el pívot croata estaba ganando influencia en el duelo, llegó una canasta con valor de mazazo psicológico.

Sobre la bocina del final del tercer cuarto, desde más de 20 metros y cuando los jugadores del Barça se volvían hacia su banquillo, Doncic anotó un triple de la factoría Llull que dejó grogui al conjunto azulgrana (68-52, m. 30). Después amplió su recital con un mate poderoso ante Oriola y un doble crossover con el que el esloveno rompió por dos veces a Víctor Claver. El Madrid se subió a la ola y, a pesar de que llegó la quinta falta de Campazzo tras un pique con Navarro, los puntos de Causeur y Thompkins afianzaron la diferencia (75-54, m. 32). El orgullo del Barça rebajó las proporciones de la tunda en los minutos finales, pero el triunfo en el clásico de las urgencias se quedó en Madrid.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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