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El delantero que juega poco y marca mucho

Alcácer, al igual que en el curso anterior, cuenta poco para el técnico pero se subraya a cada ocasión en el área rival

Jordi Quixano
Messi felicita a Alcácer tras su primer gol.
Messi felicita a Alcácer tras su primer gol.ALBERT GEA (REUTERS)

A Luis Suárez, un 9 que cualquier aficionado insertaría en la escuadrilla de élite del gol junto a Kane (Tottenham), Benzema (Madrid), Cavani (PSG), el Kun (City) e Higuaín (Juventus), se le estropeado la mirilla en esta temporada porque acumula tres raquíticas dianas en 13 duelos. “Tiene gol y eso no se pierde”, señalan desde las oficinas de la ciudad deportiva. Mientras tanto, Messi se pone las botas en el área rival y a su festín se suma quien puede. O quién sabe; como Paco Alcácer, que hizo un doblete. “Tenemos que aprovechar las oportunidades, me ha tocado a mí y estoy muy contento”, decía el punta a pie de césped; “pero más que mi partido, hay que mirar el del equipo, que ha luchado hasta el final. Es bueno que todos estemos enchufados”. Valverde recogió el testigo: “Estamos contentos por él porque esperamos que los tantos le sirvan para tener ese punto de confianza de los goleadores, pero también por el equipo porque nos dan tres puntos fundamentales”.

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El delantero llegó el año pasado al Barça como un segundón porque sabía que apenas jugaría con el tridente (Leo, Suárez y Neymar) por delante. Y la presuposición fue un hecho porque bajo las órdenes de Luis Enrique contabilizó 1.385 minutos, el decimoctavo de la plantilla, solo por delante de Mathieu, Cillessen y Aleix Vidal. Y aunque empezó el curso torcido, con más nervios que fútbol, logró enderezarse para firmar ocho tantos. Una cifra sensacional porque resultó el sexto mejor artillero de la Liga si se cuenta el ratio goles-minutos (uno cada 141), solo por detrás de Messi (76), Morata (89), Suárez (98), Ronaldo (101) y Aspas (122). Con festejos o sin ellos, sin embargo, el Camp Nou siempre le ofreció el hombro en los malos momentos y el aplauso en los buenos. Aunque desde el área deportiva no se dudó sobre su continuidad: “No hay tantos jugadores que tengan el gol en la cabeza y en los pies”. Así lo explica el 17.

Con Valverde en el banquillo la vida sigue igual para Alcácer; es el último de los delanteros en coger turno y solo ha disputado más minutos (285) que Dembélé (122) —lesionado al inicio de la campaña—, Cillessen y Vermaelen (90), que se estrenaron en la Copa. Precisamente, Paco también participó del duelo ante el Murcia (Segunda B) e hizo sus deberes con un remate a la red. Un gol que estabilizó sus números. Anoche, sin embargo, los engalanó como sabe tras aprovechar un error garrafal de Escudero para batir a Soria. “¡Paquito Alcácer!”, entonó la grada, cántico ya habitual cuando juega, al tiempo que Messi le pasaba el brazo por el cuello con cariño.

“Es un goleador”

“Lo puse porque más que un extremo como Deulofeu o un mediapunta como Denis, Paco podía jugar escorado e iba a estar cerca del área y ofrecer desmarques. Pensaba que nos podía venir bien porque es un goleador”, expuso Valverde. Y el punta se adaptó sin problemas a las exigencias tácticas, al 4-3-3 en defensa y al 4-3-1-2 en ataque porque las bandas eran para los carrileros (Semedo y Alba). Y en una de esas, en una caída al costado de Rakitic, Paco le señaló el primer palo y, tras el centro, se anticipó al central y al portero para poner la izquierda y su segundo gol en el partido dedicado de nuevo a la hija que espera.

Fue su último toque porque Valverde lo cambió de inmediato. “Le veía cansado porque tenía mucha exigencia en su posición, al cerrarse en el área y al situarse en línea defensiva en el centro del campo”, explicó. Pero hay cosas que no cambian: el delantero, en este ejercicio, ya hace un tanto cada 95 minutos y desde la grada se escuchó “¡Paquito Alcácer!”.

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