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El Zalgiris hace sonar las alarmas en el Palau Blaugrana

El Barcelona de Sito Alonso, desdibujado y confuso, suma su tercera derrota seguida

Robert Álvarez
Séraphin obstaculiza el lanzamiento de Brandon Davis.
Séraphin obstaculiza el lanzamiento de Brandon Davis.Enric Fontcuberta (EFE)

Jasikevicius, el entrenador que quiso y no pudo fichar el Barcelona para recuperarse de su desastrosa temporada anterior, volvió al Palau Blaugrana para certificar las malas sensaciones del equipo que finalmente se puso en manos de Sito Alonso. El Zalgiris de Saras infligió la tercera derrota consecutiva al Barcelona, tras las que sufrió en Belgrado ante el Estrella Roja en la Euroliga y en Madrid ante el Estudiantes en la Liga Endesa.

BARCELONA, 75; ZALGIRIS,81

Barcelona Lassa: Heurtel (8), Koponen (13), Hanga (19), Moerman (6), Séraphin (13) –equipo inicial-; Pau Ribas (3), Pressey (0), Vezenkov (0), Oriola (10) y Tomic (3).

Zalgiris Kaunas: Pangos (16), Milaknis (5), Micic (20), Jankunas (4), Davis (8) –equipo inicial-; Toupane (5), White (13), Kavaliauskas (2), Valinskas (2) y Ulanovas (6).

Parciales: 21-24, 18-21, 15-17 y 21-19.

Árbitros: Lamonica (Italia), Belosevic (Serbia) y Nedovic (Eslovenia).

Palau Blaugrana. 5.034 espectadores. Partido de la tercera jornada de la Euroliga.

El tercer varapalo causó más daño si cabe. Escoció especialmente porque se produjo en el Palau y porque el equipo azulgrana deparó una sensación muy pobre. Jugó siempre a remolque, falto de nervio, acierto en ataque y muy vulnerable en defensa. El serbio Micic llevó por la calle de la amargura a Hanga, a Pau Ribas y a quien se le pusiera por delante. El base canadiense con pasaporte esloveno Kevin Pangos sacó de sus casillas a Heurtel y a Pressey. El estadounidense Brandon Davis superó a Séraphin, Moerman y Tomic.

La mala dinámica de juego del Barcelona se dejó notar en una sucesión de errores, desde sus malos porcentajes en los triples (6 de 22, 27%) hasta su balance de robos y pérdidas (-9), en sus acciones deslavazadas, en sus vacilaciones ofensivas y en las facilidades que dio en ataque. Los deméritos individuales se amontonaron, como si fuera inevitable que sus jugadores cayeran en la tentación de hacer la guerra por su cuenta.

Pressley se vio siempre superado por los acontecimientos, Vezenkov apenas jugó cuatro minutos, Tomic poco más de cinco, Pau Ribas estuvo lejos de su imagen pletórica de sus primeros partidos tras casi un año sin jugar, Séraphin empezó muy bien, pero fue diluyéndose, Moerman falló los seis triples que lanzó y Navarro no pisó siquiera la cancha.

La garra de Hanga, con 19 puntos y 10 rebotes, y la vivacidad de Koponen, con 13 puntos y seis asistencias, no fueron suficientes. El Zalgiris alcanzó ocho puntos de ventaja mediado el tercer cuarto (48-56) y, tras algún ligero bache (54-57), consiguió ampliar el botín a diez (60-70) y sentenciar sin apenas apuros. El marcador retrató perfectamente las buenas vibraciones que despertó el juego del cuadro de Jasikevicius y la deriva negativa del despliegue del equipo de Sito Alonso.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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