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El Valencia Basket, campeón de la Supercopa

El conjunto valenciano se impone al Gran Canaria (63-69) y sigue su buen momento tras ganar la pasada Liga

Juan Morenilla
Los jugadores del Valencia celebran el título.
Los jugadores del Valencia celebran el título.Ángel Medina G. (EFE)

Campeón contra campeón, y ninguno es Madrid ni Barcelona. Una nueva clase ha sacudido a la élite del baloncesto español. Y al frente de todos el Valencia Basket, vencedor de la pasada Liga frente al Madrid y que este curso ha comenzado con la misma hambre de grandeza. Se fue del banquillo Pedro Martínez y Txus Vidorreta ha continuado con el mismo molde. Un equipo solidario, obrero, en el que el talento individual está a favor de obra, y en el que los nuevos entran en la rueda de producción. Con ese espíritu levantó este sábado el conjunto valenciano la Supercopa Endesa en un ejercicio de personalidad y superación. Remontó 15 puntos al Gran Canaria, que defendía corona al abrigo de su afición, y demostró que el título de la ACB se lo tendrán que arrebatar de las manos con sudor y sangre.

Gran Canaria, 63; Valencia Basket, 69

Herbalife Gran Canaria: Mekel (4), Seeley, McKissic (5), Báez (6) y Pasecniks (2) —cinco inicial—; Oliver (5), Eriksson (13), Balvin (6), Aguilar (9), Paulí (10), Rabaseda y Fischer (3).

Valencia Basket: Vives (5), Green (13), Sastre (4), Thomas y Pleiss (6) —cinco inicial—; Diot (7), Dubljevic (16), San Emeterio (18), Doornekamp y Martínez.

Parciales: 13-13, 19-10, 14-25 y 17-21.

Árbitros: Pérez Pizarro, Peruga y Cortés. Sin eliminados.

Pabellón Gran Canaria Arena. 9.478 espectadores.

Defensa contra defensa. En los cinco primeros minutos los dos equipos apenas sumaron 10 puntos entre los dos: 6-4. Lo sufrió mucho más el Valencia, incapaz ante el muro del Gran Canaria. Los de amarillo se enclaustraron y si no estiraron más su ventaja fue porque no cerraron el rebote ofensivo. El Valencia resistió con las segundas oportunidades y despertó cuando San Emeterio sacó a la pista sus galones. En el Granca percutían Albert Oliver, el más veterano de la Liga (39 años), y el joven Oriol Paulí (23). Entre el histórico y el alumno lanzaron al conjunto de Luis Casimiro a esa ventaja de 15 puntos que parecía más que sólida. Sobre todo porque el Valencia agotaba sus posesiones con la pelota quemándole en las manos. Hasta que San Emeterio dijo ‘aquí estoy yo’.

Después de colgarse el bronce con la selección, Saneme siguió con el mono de trabajo. Su exhibición en el tercer cuarto, con 14 puntos, fue de tal magnitud que provocó no solo el desconcierto del Gran Canaria, sino el arreón general de los valencianos. En un parcial demoledor, el equipo de Vidorreta dio la vuelta al partido (35-37). San Emeterio llevó al grupo hasta la orilla y luego se retiró con una lesión muscular. Era el descanso del guerrero después de ganar la batalla.

Encendida la chispa, todos siguieron al líder. Principalmente la roca Dubljevic, con 16 puntos y siete rebotes, y Green, mvp con 13 puntos, otro peón para la causa. No iba a rendirse el Gran Canaria, claro, que cargó con la fe de otro incombustible, Aguilar. Por eso el partido era un duelo de campeones. Y en estos escenarios ha aprendido a moverse mejor el Valencia, que disputaba su cuarta final consecutiva entre la pasada temporada y esta (Copa del Rey, Eurocup, Liga y Supercopa).

Las derrotas en las dos primeras le tocaron el orgullo. Aunque lejos de caer en el desánimo, se levantó, le birló la Liga al Madrid y ha arrancado este curso como acabó el anterior. Con hambre y un título.

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Sobre la firma

Juan Morenilla
Es redactor en la sección de Deportes. Estudió Comunicación Audiovisual. Trabajó en la delegación de EL PAÍS en Valencia entre 2000 y 2007. Desde entonces, en Madrid. Además de Deportes, también ha trabajado en la edición de América de EL PAÍS.

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