“Navarro es el referente para todas las generaciones”
Sus compañeros y Scariolo se rinden al capitán de la selección por acabar con los complejos
“Ya está”. Dos palabras para resumir mil sentimientos. Juan Carlos Navarro se puso delante de los micrófonos con el bronce al cuello, los ojos vidriosos y la emoción por bandera. Era el final a 17 años de gloria y leyenda del capitán de la selección. “Hasta aquí he llegado. Es una felicidad acabar así, demostrando que somos un equipo ganador. Ha sido un orgullo. Ha sido maravilloso lograr tantas cosas con esta familia”, contó Juanqui, con la solemnidad acelerándole el pulso. “Solo tengo palabras de agradecimiento. Lo que hemos conseguido cuesta muchísimo y se lo dedico a los que les gusta el baloncesto y valoran”, prosiguió en su emotivo relato. “No sé qué porcentaje de culpa tengo en estos años de éxito. Pero me llevo el compañerismo de todos. Me quedo con el respeto que me he ganado”, sentenció.
Deja la selección el capitán, uno de los grandes iconos de la generación que cambió para siempre la historia del baloncesto español, el líder de aquellos júniors campeones del Eurobasket de 1998 ante Croacia y del Mundial de Lisboa, un año después, ante EE UU. Dos décadas más tarde su legado con la absoluta es conmovedor: 253 internacionalidades (más que nadie), seis medallas en Europeos (dos oros, en Polonia 2009 y Lituania 2011; dos platas, en Suecia 2003 y España 2007; y dos bronces, en Turquía 2001 y 2017), un oro mundial en Japón 2006 y tres medallas olímpicas (las platas de Pekín 2008 y Londres 2012; y el bronce de Río 2016). Fue el primero en llegar, el que rompió los complejos y los transformó en valentía rumbo a la gloria, el que inauguró en 2001 la cuenta de 12 medallas en este siglo. “Nunca imaginé ganar tanto. Pero nos juntamos una generación única, con un feeling increíble y esto ha dado sus frutos. Será difícil de igualar”, continuó Navarro, con un nudo en la garganta. “Estoy intentando aguantar. Estos días en la habitación sí me han venido las lágrimas”.
“Tiempos difíciles”
Su leyenda comenzó ante Lituania en Granada, en un amistoso de preparación para los Juegos de Sidney 2000. Recogió el brazalete de manos de Carlos Jiménez tras los Juegos de 2008 y para el recuerdo quedan hitos como los dos memorables duelos olímpicos ante EE UU —con 18 puntos en la cita de Pekín y 21 en la de Londres—; o su “semana fantástica”, como él la llama, en el Eurobasket de Lituania 2011 —26 puntos a Eslovenia en cuartos, 35 en semifinales a Macedonia y 27 a Francia en la final—. “Cuando era el líder en la pista me querían allí; cuando no he sido tan líder, como en estos últimos años, me han valorado por otras cosas”, cerró.
Las palabras de sus compañeros fueron tan grandes como su trayectoria. “Le diría gracias, por lo que ha demostrado. Por cómo se ha echado el equipo a la espalda, por cómo se ha puesto al frente para recibir los tiros, sin quejarse nunca. No os imagináis lo que le vamos a echar de menos. Es muy especial”, expresó Marc Gasol. “Solo nos queda agradecerle todos estos años de magia, entrega y compromiso. Ojalá se pudiera alargar. ¿Si seguiré yo? Dios… bueno, ya se verá. Tiempo al tiempo. Disfrutemos de este éxito”, sumó Pau. “Ha sido el referente para todas las generaciones que vinimos después, por su talento, por cómo compite y por lo que ha logrado. Ha alcanzado imposibles, enfrentándose a los mejores y saliendo victorioso. Nos ha dado siempre un chute de confianza y de orgullo para seguir ganando. Llegó el primero y marcó el camino. Ha sido el faro”, refrendó Sergio Rodríguez.
“Ha sido un privilegio compartir momentos de felicidad y momentos duros en los que me ha enseñado lo que es un deportista. La grandeza de Juan Carlos [Navarro] representa la grandeza de este equipo. Nos ha hecho ganar, nos ha inspirado con su magia… y ha sido el pegamento de este grupo”, añadió Scariolo a la felicitación colectiva. “Confío en que su efecto, ahora que se va, pueda repartirse. Vienen tiempos dificilísimos, preparémonos para apretar los dientes para no bajar mucho el nivel. Me encanta que gente como Marc ya haya garantizado su compromiso, pero ahora toca clasificarse para el Mundial y las vamos a pasar canutas”, avisó el seleccionador.
Datos de una carrera de leyenda
Siguiendo el histórico protocolo del éxito, la selección española de baloncesto llegó al partido por el tercer y cuarto puesto ante Rusia con los sentimientos a flor de piel tras asistir a la proyección de un vídeo motivacional con imágenes de sus gestas y sentidos mensajes de apoyo de los miembros ausentes de la familia: Álex Abrines, Víctor Claver y Sergio Llull. Pero, en ésta ocasión, el principal motor en busca del bronce estaba en la pista del Sinan Erdem de Estambul. Nada como una medalla para honrar a Juan Carlos Navarro con un bronce. Para dejar al capitán subido a un podio, su territorio, una frontera inhóspita antes de la aparición de La Bomba y su cuadrilla de amigos.
Una carrera que deja muchos datos. Su récord anotador con la selección quedó establecido con los 36 puntos que anotó ante Croacia en el partido de cuartos del Eurobasket de 2005. Cuatro días antes había anotado 35 ante Letonia; marca que igualó en la citada semifinal de 2011. En su hoja de servicios, casi tantos triples (421) como canastas de dos (440) y una plusmarca de 7 de 9 desde la línea de tres ante Polonia en la segunda fase del Europeo de 2009. Su récord de asistencias, las nueve que repartió ante Letonia en la segunda jornada del Eurobasket de 2001. Su glorioso balance final es de 204 victorias y 49 derrotas (80,5% de triunfos). A su lado estuvieron ocho seleccionadores desde Charly Sainz de Aja y 45 compañeros en sus 16 campeonatos oficiales con la selección desde 2000 (solo se perdió los Europeos de 2013 y 2015). Con el que más batallas compartió, Felipe Reyes (14 torneos); con el que más profundo llegó, con su “hermano” Pau Gasol, 13 campeonatos y una epopeya de talento y medallas que quedó resumida en el sentido abrazo que se dieron en la pista del Sinan Erdem tras el último entrenamiento ante de la pelea por el bronce ante Rusia.
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