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Scariolo y el equilibrio de fuerzas en el España - Turquía

España llega a octavos con el mejor reparto de minutos. "Es un plus que nos permite tener mejores piernas", apunta Pau, la estrella que menos ha jugado (22 minutos de media)

Faustino Sáez
Scariolo observa a Pau Gasol durante su comparecencia ante los medios
Scariolo observa a Pau Gasol durante su comparecencia ante los mediosJuan Carlos Hidalgo (EFE)

A Sergio Scariolo le cuadran las cuentas. La selección española llega al enfrentamiento de octavos de final de hoy ante Turquía como el equipo del torneo con mayor afinación en el reparto de minutos, como el más fresco. Entre la dosificación y el rodaje, España ha alcanzado un milimétrico equilibrio de fuerzas rumbo al tramo decisivo del Eurobasket como marca su exitosa hoja de ruta de la última década. Once de los 12 jugadores de la rotación se mueven entre los 15 y los 22 minutos de media por partido y Pau Gasol es la estrella que menos ha pisado la pista. El abrumador dominio exhibido en la primera fase, con victorias contundentes ante Montenegro (+39), República Checa (+37), Rumania (+41) y Hungría (+23) y apenas un partido exigente ante Croacia (79-73) ha permitido condurar las energías de los más veteranos y acelerar la adaptación de los noveles. Todo para compensar la lista de bajas, seis con respecto a los Juegos, a la que se sumó el jueves Abrines.

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“Ese plus físico se nota con respecto a otros campeonatos. Tener la profundidad de banquillo que tenemos y haber ganado partidos cómodos es una ventaja para llegar con más piernas al tramo decisivo”, analiza Pau Gasol. El pívot de los Spurs presenta el promedio más bajo de participación en la primera fase de sus 14 torneos con la selección (22 minutos). “Soy un pelín mayor y eso también se nota un poco”, bromeó. “Pero voy bien, estoy en buen momento y quiero seguir mejorando la continuidad y la forma durante los siguientes partidos”, apuntó, declarándose implícitamente preparado para llegar lejos en la defensa del título.

“Llegamos mejor de lo que esperaba. La profundidad de banquillo ha sido superior a lo previsto y la hemos encontrado por coherencia y respuesta de los jugadores”, reconocía también Scariolo, en la víspera del estreno en el Sinan Erdem de Estambul. La ecuación la trazó el seleccionador en el Triángulo de Oro de Madrid. Los avatares de la preparación, con la renuncia de Mirotic y la lesión de Llull, configuraron una España de dos velocidades: con seis clásicos (los hermanos Gasol, Navarro, Sergio Rodríguez, Ricky y San Emetrio), tres novatos (Abrines, Vives y Willy) y tres debutantes (Juancho, Sastre y Oriola). “Tenemos dos almas en el equipo y necesitamos cohesionarlas lo mejor posible”, explicaba el técnico italiano antes del torneo con un plan muy concreto. “Espero que logremos la cuadratura del círculo para mantener al mayor número de jugadores involucrados y sintiéndose importantes, al menos hasta el final de la primera fase”, decía entonces. Lo ha logrado con creces.

Pau Gasol, ante Hungría
Pau Gasol, ante HungríaROBERT GHEMENT (EFE)

Entre los 15 minutos de media por partido del capitán, Juan Carlos Navarro, y los 22 del tótem Pau Gasol está casi toda la rotación española. Tan solo Guillem Vives, en el rol de tercer base, se descuelga levemente con 11 minutos en pista. La estadística contrasta con la del resto de aspirantes al título. En Lituania la oscilación crece de los 26 minutos de Valanciunas y los 25,6 de Kalnietis hasta los poco más de 7 de Bendzius; en Serbia, Djordjevic exprime a Bogdan Bogdanovic (31,4 minutos) y tiene a seis jugadores por debajo de los 15; en Croacia, Saric y Bojan Bogdanovic rozan los 32 minutos y cuatro piezas no llegan a 14; en Alemania, Schroder suma más de media hora y cinco compañeros no rebasan los 11 minutos; en Letonia, sus pilares (Porzingis, Bertans, Timma y Strelnieks) se mueven en la frontera de los 28 minutos y cuatro meritorios no llegan a 10; y en Eslovenia, Doncic y Dragic lideran la anotación y la presencia sobre el parqué con 27,8 y 27,2 minutos respectivamente, 24 más que Zagorac (3,8). Francia se quedó fuera agarrada a De Colo (27,1), Heurtel (25,3) y Diaw (25,8) y con cinco piezas por debajo del cuarto de hora de juego.

“Hemos llegado bien a nivel de desgaste físico y de participación de todos los jugadores. Todos han estado por encima del nivel mínimo exigible”, explica Scariolo, anticipando la estrategia en el cara o cruz. “La dinámica que hemos seguido nos tiene que permitir ahora poder, si es necesario, pedir un esfuerzo extra a unos jugadores y un sacrificio más a otros, en función de lo que el rival nos exija. Ahora el nivel de concentración sube y los jugador son más receptivos. Todo lo que hemos hecho hasta aquí nos va a permitir administrar los minutos de una manera diferente, afrontar de una manera funcional los marcajes, nuestras ventajas y los factores propios o específicos de cada partido y cada rival”, analiza el seleccionador que, entre otros lujos, se permitió dar descanso a Marc Gasol toda la segunda mitad ante Rumania o liberar a Pau de ese partido en la víspera del duelo ante Croacia por la primera plaza. En el título de 2015 el pívot de Sant Boi disputó 36 minutos en la histórica semifinal contra Francia, prorroga incluida, y acumuló una media de 31 minutos por partido. Los mismos que en su estreno en 2001, también en Turquía.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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