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La ‘Next Gen’ ya pega fuerte

Esta temporada consolida la ascensión de la hornada llamada a protagonizar el futuro, encabezada por Zverev. Hoy (20.00, Eurosport), Nadal tiene cita en cuartos con el ruso Rublev, uno de los jóvenes valores

Alejandro Ciriza
Rublev, durante el partido de los octavos contra Goffin.
Rublev, durante el partido de los octavos contra Goffin.EDUARDO MUNOZ ALVAREZ (AFP)

Anda por la pista parsimonioso, como si todo le fuera desproporcionadamente familiar, como si llevase toda la vida en el circuito y todo lo que acontece a su alrededor fuera el devenir de algo natural que forzosamente tiene que pasar y pasará. Es distante, incluso altivo, y cuando entra en combustión no hay quien le pare. Ante ese panorama estará hoy (hacia las 20.00, Eurosport) en los cuartos Rafael Nadal, citado con uno de los jovencitos que en lugar de llamar a la puerta la tiran directamente. Es Andrey Rublev, ingenioso jugador ruso que está siendo una de las sensaciones de estos días en Flushing Meadows. Un tenista del que, si no se tuercen mucho las cosas, se oirá hablar con regularidad en los próximos años.

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Después de apear a figuras contrastadas como Grigor Dimitrov o David Goffin (7-5, 7-6 y 6-3), el ruso afronta con templanza el pulso con Nadal y dice no tener nada que perder. “Estuvo entrenando conmigo en Mallorca hace dos años y es un gran chico, pero claro que tiene cosas que perder… Puede meterse por primera vez en su carrera en semifinales”, matiza el balear. “Es incómodo para todo el mundo, le pega fuerte y ha ganado a rivales potentes. Tendré que jugar con intensidad e intentar que no golpee en posiciones favorables. Estuve una semana con él en Manacor, era invierno, con un frío importante. Pegaba todas las pelotas a reventar, con una velocidad bola por encima de lo normal. Pensaba que se rompería…”, recuerda Nadal.

Pese a su juventud, Rublev no es un desconocido para el aficionado español. Hace dos años protagonizó aquella funesta serie de la Copa Davis en Vladivostok y entrena bajo las órdenes de Fernando Vicente en la academia 4Slam Tennis Academy de Gavà. Tiene talento a raudales y mucha personalidad, en ocasiones excesiva. “Es maleducado a irrespetuoso. Me sorprende su mala educación”, le recriminó en 2015 Fernando Verdasco, después de un tenso partido en el Godó. Tiene 19 años, le gusta el boxeo y disfruta de la NBA con los Heat. A sus 19 años ocupa el puesto 53 del ranking y se prevé que un día no muy lejano se codee con la pléyade del circuito.

Es uno de los máximos exponentes de la Next Gen, el nombre comercial ideado por la ATP para referirse a los jugadores con madera de estrella. A la cabeza está el alemán Alexander Sascha Zverev (20), ya entre los mejores del mundo y uno de los grandes protagonistas de esta temporada; sexto en el listado mundial y con títulos en Montpellier, Múnich, Roma (batió en la final a Novak Dkojovic), Washington y Cincinnati (Federer). Le siguen Dominic Thiem (24), el supuesto heredero de Nadal en la tierra batida, y el francés Lucas Pouille (23), asentado en el top-20 del circuito. Por detrás también empujan fuerte el croata Borna Coric (20), que hace menos de un mes tumbó al número uno en Montreal, Karen Khachanov (21), Denis Shapovalov (18), Daniil Medvedev (21) o los estadounidenses Frances Tiafoe (19), Jared Donaldson (20) o Taylor Fritz (19).

Nadal: "Solo nos igualarán si tienen pasión"

El futuro, se dice, es cosa de ellos. Mientras, otros valores han ido perdiendo pujanza por una cuestión de nula voluntad. La carrera de Nick Kyrgios (22) está en el aire y la misma suerte corren las de Bernard Tomic (21, 146 del mundo) o Thanasi Kokkinakis (21/222), ejemplos diametralmente opuestos a los de Zverev, Rublev y compañía, con toda el hambre del mundo y cabezas mucho mejor amuebladas. A ellos les pertenece el porvenir del tenis y por eso la ATP cuida bien de sus productos. De hecho, a principios de noviembre estrenará una competición (Next Gen ATP Finals) que tendrá lugar en Milán, en la que los ocho mejores tenistas del año, menores de 21 años, se medirán bajo un formato idéntico a la Copa de Maestros.

“Ya veremos hasta donde llegan estos jugadores”, atempera Nadal. “Estoy seguro que llegarán lejos como nosotros cuando tengan pasión, asuman los retos y luchen con ilusión para mejorar. No sé si podrán igualar nuestras carreras, porque es muy complicado que eso pase en una misma era, pero estoy seguro de que si trabajan conseguirán lo que se propongan”, abunda el mallorquín, al que hoy le aguarda una prueba de fuego contra el emergente Rublev, símbolo de los nuevos tiempos.

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Sobre la firma

Alejandro Ciriza
Cubre la información de tenis desde 2015. Melbourne, París, Londres y Nueva York, su ruta anual. Escala en los Juegos Olímpicos de Tokio. Se incorporó a EL PAÍS en 2007 y previamente trabajó en Localia (deportes), Telecinco (informativos) y As (fútbol). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Navarra. Autor de ‘¡Vamos, Rafa!’.

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