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Carolina Marín busca la perfección y su tercer Mundial de bádminton

Fernando Rivas, el entrenador de la española, analiza sus posibilidades. "El reto es progresar"

Carolina Marín y Fernando Rivas (centro), con Peñalver y Azurmendi, sparrings de la jugadora.
Carolina Marín y Fernando Rivas (centro), con Peñalver y Azurmendi, sparrings de la jugadora. Alvarado (EFE)

Carolina Marín (Huelva, España, 24 años) dice que su rival más complicada es ella misma. Si eso es así, su batalla no tendrá fin. Lo deja más claro Fernando Rivas, su entrenador: “La perfección no existe. El día que pensemos que ya lo sabemos todo, mejor que nos dediquemos a otra cosa. Siempre pienso que, afortunadamente, mi trabajo es infinito”. Y Carolina Marín, lejos está de dedicarse a otra cosa, y el infinito, allí donde quiere llegar con su huella en el bádminton, cada día parece más cercano. Marín debuta hoy en el Mundial de bádminton de Glasgow (Escocia) ante la hongkonesa Yip Pui Yin con el objetivo de ganar su tercer campeonato del mundo consecutivo. Llega a la cita en un momento complicado, tras una temporada irregular, con derrotas seguidas en las primeras rondas de dos torneos de la BWF World Superseries, la máxima categoría del bádminton.

“Para mí el reto, aparte de los resultados que son los que nos motivan y nos dan la fuerza cuando las cosas no van bien o cuando el trabajo se hace tedioso, es el proceso. ¡Cambiar el proceso, seguir aprendiendo! Modificar pequeños detalles en las cosas que funcionan, mejorarlas”, explica Rivas, que conoce a Marín desde que la mejor jugadora española de bádminton de la historia tenía 14 años. “El porcentaje de rendimiento que te da un pequeño cambio es significativo”, subraya.

Carolina Marín llega a Glasgow 16 años después de que una amiga le introdujera en el bádminton en Huelva. Desde 2014 lo ha ganado todo. Dos Mundiales, tres Europeos, los últimos Juegos Olímpicos. En el medallero de cada una de las competiciones, no hay rastro de otros representantes españoles. Ella es el bádminton en España.

El ídolo de Carolina Marín es Rafael Nadal. No hay referencias previas en su deporte para que ella admire a un o una colega. Y como le sucede a Rafa, en España, ya todos esperan que Marín haga lo que hace casi siempre: ganar. “Ya nos gustaría hacerlo siempre. Nosotros sabemos cuándo estamos bien preparados para un torneo como es el caso del Mundial. Ahí es verdaderamente donde Carolina puede ser la favorita. Pero si al menos así se habla de bádminton, lo celebramos”, comenta su entrenador.

Mantener la motivación que le despiertan las grandes citas es uno de los principales retos de Marín. “Aquí estamos de paso. Es posible que mañana dejemos de ganar y se acabó. Se acabó Carolina, se acabó Fernando y nadie va a volver a hablar del bádminton si no ganamos. Recordémonos de dónde venimos y cómo hemos conseguido esto: con mucho trabajo y mucho sacrificio. Hemos organizado nuestras vidas alrededor de un objetivo”, reflexiona Rivas. Cuarta en el ranking mundial, Marín espera tenerlo claro en Glasgow.

Mejorar en defensa

“Algo importante es ser menos previsibles”, indica Rivas. “Carolina marca una época en cuanto al estilo de ataque, pero hay que mejorar también en defensa para poder atacar mejor”.

¿Qué falta en España para que surjan más Carolinas? “Más entrenadores que tengan buena formación. Hace unos años al que decía que iba a ser entrenador de bádminton le preguntaban si estaba loco. Pero los deportistas no salen de la nada. Necesitan entrenadores con una formación de calidad y relacionada a la alta competición”, contempla el técnico.

Y mientras Marín se prepara para seguir cosechando Mundiales, en los parques comienzan a volar los volantes por encima de la red y las licencias de bádminton aumentan, poco a poco (más de un 10% en tres años), pero año tras año, los niños, tal vez, sueñen con ser como la que podría ser su ídolo: Carolina Marín.

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