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Ricky Rubio: “Tengo que demostrarme a mí mismo de lo que soy capaz”

El base de los Wolves hace oídos sordos a los constantes rumores de traspaso y perfecciona su juego entrenándose con Raül López

Robert Álvarez
Ricky Rubio.
Ricky Rubio.David Sherman (NBAE/Getty Images)

Ricky Rubio, a sus 26 años, va camino de su séptima temporada en la NBA. Siempre en las filas de Minnesota Timberwolves, aunque su nombre lleva ya tiempo entre los más citados en la rumorología del mercado de fichajes. Se lo toma con cierta distancia, como algo inherente a la NBA. Aprovecha el verano en Barcelona para potenciar algún aspecto de su juego y preparar su participación con la selección en el Eurobasket que empieza el 31 de agosto.

Pregunta. Minnesota no pasó el corte en la temporada regular y jugó su último partido el 12 de abril. ¿Cómo lleva el hecho de estar tanto tiempo sin competir?

Respuesta. Las vacaciones siempre van bien, pero estoy entrenándome por aquí. Trabajo junto a un preparador físico con el que llevo ya varios veranos y este año estoy entrenándome con Raül López (jugador de Utah y de la generación de oro retirado en 2016), que me está dando cuatro clases. Se me ocurrió que me podía enseñar un poco y me está gustando. A ver si le puedo robar un poco la genialidad que tenía. Cada año busco incorporar aspectos nuevos a mi juego. Cuando se lo propuse le sorprendió un poco, pero es algo que nos hace ilusión a los dos. Para mí es aprender un poco de un ídolo, un honor.

P. Un día Scott Layden (director deportivo) afirma que usted va a tener una gran carrera en Minnesota, y al siguiente vuelven a dispararse los rumores sobre su traspaso. ¿Le molesta ese constante ruido en torno a su situación?

R. Al final ya no oigo nada. Me va bien estar en casa (en El Masnou) y no pensar mucho. No gusta que tu nombre esté saliendo constantemente en la prensa. Es parte de este negocio, pero realmente le doy la atención que le tengo que dar, ni más ni menos. Me gustaría que las cosas fueran diferentes, pero es así. Y se tiene que aceptar.

P. Llueve sobre mojado. ¿El club habla con usted, le comunica algo? ¿Cómo está la situación?

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R. No me dicen nada. La comunicación es poca. Uno está cansado, pero así son las cosas, y no puedo hacer nada.

P. Y Tom Thibodeau, su entrenador, tampoco le comunicó nada cuando acabó la temporada.

R. No, poca cosa.

P. En cualquier caso, sigue perteneciendo a Minnesota. ¿Cómo analiza la llegada de Jimmy Butler, el alero de Chicago Bulls?

R. Muy bien. Es un jugador que proporciona al equipo un salto de calidad muy importante. Yo no recuerdo que Minnesota fichara a un all star. No sé si había pasado. Es algo con lo que se debe estar ilusionado.

P. Está en la línea de lo que usted pedía cuando llegó a Barcelona tras cerrar la temporada.

R. Cuando decía eso, tampoco pensaba que podíamos fichar a un jugador de un nivel tan alto. Butler es un jugador que sitúa a este equipo con aspiraciones muy claras para estar en los playoffs.

P. ¿Es el mejor equipo con el que cuenta desde que llegó usted a Minnesota?

R. Aunque falta alguna incorporación y acabar de acoplarnos, sin duda es el mejor equipo, con más talento y aspiraciones desde que llegué.

P. ¿Podrán responder a la presión?

R. La presión, claro, aumentará muchísimo. A ver cómo responden los jóvenes. Pero con la calidad que tenemos, su respuesta será suficiente.

P. ¿A qué atribuye su salto de calidad tras el All Star, con una media de 16,2 puntos y 10,5 asistencias desde entonces?

Me entreno con Raül López. A ver si le puedo robar un poco su genialidad

R. Hay muchos factores. Uno sería la constancia y el creer. Pienso que se trata más de una cuestión mental que física, aunque el físico también ayuda. Llevaba dos temporadas sintiéndome bien, aunque al principio de esta sufrí una lesión en un codo y volvieron las dudas. Pero se solucionó rápido. Repito, es una cuestión sobre todo mental, aunque es difícil apuntar a un factor único.

P. ¿Se ve preparado para alcanzar un nivel all star?

R. Soy ambicioso, y es lo que me ha llevado donde he llegado. Son momentos de la vida y tengo una buena oportunidad para dar un paso adelante y demostrarme a mí mismo —no hace falta demostrárselo a nadie— de lo que soy capaz. ¡A ver hasta dónde puedo llegar! El límite no lo sabremos hasta que acabe la carrera. Quiero acabarla sabiendo que lo he dado todo, intentando apuntar al máximo. Y eso significa dar un paso más.

P. Deberá promediar unos 20 puntos y unas 12 asistencias...

R. Más que números, que sí, que podríamos discutir y valorar, serían más las sensaciones. Y las sensaciones con las que acabé la temporada fueron muy buenas. Soy muy consciente de qué tipo de jugador soy y puedo llegar a ser. Nunca seré un jugador solo anotador, pero sí un base que puede hacer mejores a sus compañeros y distribuir con eficacia el juego. El baloncesto está evolucionando y se necesita un base anotador, y también me preparo para ello. Pero hay que valorar cómo puedes ayudar mejor al equipo. Soy muy consciente de que mi mayor aportación es la constancia en el juego desde la posición de base, haciendo mejores a mis compañeros.

P. Hace un tiempo le preocupaba estar a la altura para resistir físicamente a la fortaleza de bases como Westbrook. ¿En qué situación se encuentra ahora?

R. Cuesta. Sobre todo, después de la lesión de rodilla, di dos pasos atrás, pero ahora he llegado al nivel en el que quería estar. Me siento capaz de jugar contra cualquiera, defenderlo y estar al nivel físicamente. Ya sabes que si coges fortaleza pierdes rapidez, y a la inversa. Se trata de lograr un equilibrio. Me gusta estar fuerte físicamente y trabajo para ello, pero lo más importante para mí es ser ágil.

P. ¿La baja de LaVine cambió su juego y el del equipo?

R. Cuando un jugador importante como Lavine, que absorbía bastante el juego, es baja, otros tienen que dar un paso adelante. Tuve más poder de decisión y eso me ayudó a brillar más individualmente. Pero al final somos 12 o 13 jugadores y el nivel individual de todos debe ser alto para que el equipo gane. Y eso, en Minnesota, no hemos podido acabar de conseguirlo, pero estamos en el buen camino.

P. ¿Con el trío que forman usted, Butler y Wiggins existe un déficit de tiro en el equipo?

La llegada de Butler nos permite aspirar a estar claramente en los ‘playoffs’

R. Es verdad que entre las virtudes de estos tres jugadores el tiro no es la principal. Tenemos otras muchas. Depende del estilo de juego que quiera el entrenador y de los complementos que tengamos alrededor. Si pones a un cuatro tirador junto a Towns, que también puede tirar, mejoras. Y si encima tienes en el banquillo a algún gran tirador, puedes compensarlo. Si el entrenador considera que necesita tiro desde la posición de base, también trabajo para aportar en ese sentido.

P. Se habla de Utah, de Knicks, de Dallas como posibles destinos para usted. ¿Qué equipo le iría mejor?

R. Me entra por un oído y me sale por el otro. Y si pasa, pasa. No puedes estar pendiente de estas cosas. No es algo que me preocupe. Si yo tuviese posibilidad de poder elegir, sí lo valoraría. Pero como no tengo nada que decir... Si me quieren traspasar, lo harán al equipo que ellos quieran.

P. ¿Eso lo tiene así de claro?

R. Mi agente intentará apretar y decir lo suyo, pero quien tiene la palabra es el equipo. Pregunte a LaVine si quería ir a Chicago. No lo sé. Pero fue así. A Minnesota le salió la posibilidad de coger a Butler, y LaVine, que debía ser en teoría una pieza clave en el futuro de Minnesota, ya no está en Chicago. Hoy las cosas son así y no se libra nadie de ello.

P. La selección fue campeona en el Eurobasket de 2015, aunque usted no pudo competir a causa de una lesión. ¿No hay más objetivo que el oro en el próximo Europeo?

La selección ha demostrado su nivel y vamos a por el oro. Pau es el jugador más dominante de Europa

R. Todavía es pronto. No sé quién irá finalmente, pero vaya quien vaya, la selección se ha ganado en los últimos europeos el derecho a ser una de las favoritas. Lo hemos demostrado y vamos a por el oro.

P. ¿Cómo pueden influir las ausencias de Rudy, Claver y Felipe Reyes?

R. Son tres jugadores importantes a nivel ofensivo y defensivo y también a nivel de vestuario. Llevan muchos años en la selección. Las cosas funcionaron con ellos. Se echarán de menos. Pero es mejor pensar en los que estamos que no en los que no pueden estar, pero por suerte y España tiene un gran nivel y muchos jugadores que merecen estar en la selección. Hay jugadores con calidad suficiente para mantener un nivel. Siempre hay un bloque y los otros ayudamos al bloque. Que venga Pau, como ya demostró en el último europeo… Para mí es el jugador más dominante de Europa, ayuda muchísimo.

P. Y Navarro sigue ahí, pese a la edad y las lesiones.

R. Nos lo pasamos demasiado bien. Disfrutamos. A veces, en este deporte pierdes un poco la perspectiva. Se hace demasiado profesional y hay presión. Y al final, juegas porque disfrutas. Una de las claves de tanto éxito en la selección es porque hemos disfrutado. Empezamos cuando teníamos 16 o 17 años siguiendo a la generación del 80 y hemos ido manteniendo ese bloque. Y recuerdas eso: la esencia, jugar porque realmente disfrutas.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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