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El Valencia funde al Real Madrid y se queda a un paso del título de Liga

San Emeterio, Dubljevic y Thomas arrollan a los de Laso con un ejercicio de carácter que retrata a un rival inconsistente y desdibujado

Faustino Sáez
Doncic busca hueco ante Vives y San Emeterio
Doncic busca hueco ante Vives y San Emeterioacbmedia

Con temperamento, constancia y solidez, el Valencia se situó a 40 minutos del primer título de Liga de su historia. Fatigado, ansioso e impreciso, el Madrid se quedó a un paso del precipicio. San Emeterio, Dubljevic y Thomas fundieron con determinación al conjunto de Laso, incapaz de estirar la intensidad y la concentración. Los blancos tiraron por tierra una enérgica puesta en escena que les llevó a colocarse 10 arriba al comienzo del segundo cuarto y viajaron de los arranques individuales al desconcierto colectivo en un final de traca. La garra valencianista descosió a un equipo hastiado y errático (40 tiros fallados, 7 de 30 en triples). El lenguaje corporal de los contendientes sitúa el alirón más cerca de los naranjas, el caché competitivo y los 13 títulos en seis años otorgan al campeón el beneficio de la duda. Fue un contundente 81-64, pero es 'solo' un 1-2 en el marcador parcial.

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Diot y Felipe fueron las apuestas de Pedro Martínez y Pablo Laso para retocar sus quintetos iniciales en busca de algún giro estratégico en el sexto encuentro de la temporada entre ambos equipos. El Madrid dio lustre a su propósito de enmienda respecto al segundo asalto con intensidad defensiva, firmeza en el rebote y vértigo al contraataque. La agresividad madridista forzó un pobre 1 de 6 en tiros de campo del Valencia en los primeros cinco minutos mientras Llull y Ayón comenzaban a hacer camino. Apenas dos arrebatos, uno de Dubljevic para romper la secuencia inicial y otro de Thomas para rematar los primeros 10 minutos, permitieron a los naranjas mitigar la embestida. Pero con Doncic y Taylor al frente de la segunda unidad, los blancos estiraron la inercia y consiguieron su máxima ventaja en la final (11-21, m. 11). Puro espejismo.

La batuta de Vives mejoró levemente al Valencia y, aunque las constantes ayudas defensivas del Madrid convertían cada ataque local en un embudo, San Emeterio comenzó a encontrar las rendijas en el dique blanco. Apenas Doncic prolongó la carrerilla. Ocho puntos del esloveno sirvieron a los de Laso para consolidar su puesta en escena y tres faltas personales de Oriola trastocaron la rotación taronja. Sin embargo, cuando los de Laso buscaban la velocidad de crucero entraron en un atolladero. El carácter de San Emeterio espoleó a sus compañeros y a La Fonteta al completo. El Valencia paró el contraataque del Madrid y encontró el punto de ebullición. En apenas cuatro minutos y medio el marcador pasó del 19-28 al 34-32. Ayón, clave en el primer acto, regresó a la pista para retomar la misión pero, para entonces, los biorritmos del partido habían dado un giro radical.

Fechas y horarios de la final

El Valencia se marchó a la caseta con la euforia del reenganche y el Madrid con las dudas de la ventaja perdida. La voraz defensa madridista, que en el primer cuarto tan solo había concedido 11 puntos, devino en un descosido con nueve puntos de San Emeterio y 25 del conjunto local en ese acto. “San Emeterio ha enseñado el camino a sus compañeros y los tiros ha empezado a entrar”, explicaba Pedro Martínez en el entreacto. El parcial de 15-4 penalizó la inconsistencia del conjunto de Laso y elevó la exigencia de intensidad a unas cuotas de campeonato.

La reanudación se convirtió en un febril intercambio de golpes con Dubljevic y Ayón acaudillando cada ataque. La pasión colectiva retrataba a los destemplados como Randolph y premiaba el temperamento. En el territorio de la personalidad se encumbró el Valencia. Thomas sacudió la final con un recital de puntos (10 en ese tramo; 16 al final) y rebotes y San Emeterio retomó la faena. El Madrid salió de la tormenta con nueve puntos de desventaja y una severa sensación de desconcierto (59-49, m. 29). La traca local aturdió a los blancos.

El Madrid abrazó la ansiedad y confundió la velocidad con las prisas. Ni Llull encontró el libro de instrucciones ni Carroll la puntería. Sí acertó Vives, que con dos triples, el segundo de videoteca, elevó la cuesta arriba del Madrid hasta los 14 de desventaja (65-51, m. 33). El rebote cambió de manos y los triples también. El Valencia, que comenzó con un 1 de 7 firmó un 10 de 17 en la segunda mitad mientras los blancos se estrellaban una y otra vez en hierro (solo 13 puntos en el último cuarto; solo 64 al final). Dos bingos más de Sato desde el 6,75 incrementaron el zarandeo taronja mientras los de Laso perdían el criterio primero y oremus más tarde (77-59). "Ganar tres veces seguidas al Madrid entra dentro de la épica absoluta, pero queremos hacer historia y ser leyenda", remató Pedro Martínez. El viernes, el Valencia logrará el primer alirón o el Madrid se ganará la redención del desempate.

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Sobre la firma

Faustino Sáez
Es redactor de deportes del diario EL PAÍS, especializado en baloncesto. Además del seguimiento de ACB y Euroliga, ha cubierto in situ Copas, Final Four, Europeos y Mundiales con las selecciones masculina y femenina. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS.

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