Del Calderón a San Mamés: dónde puede jugarse la final de la Copa del Rey
El Alavés ha confesado su ilusión por jugar en el estadio del Athletic, más cercano a Vitoria. El Atlético ha ofrecido el Calderón y el Barcelona no se pronunciará hasta negociar con su rival
La única certeza es que será el 27 de mayo. La final de la Copa del Rey entre el Alavés y el Barcelona no tiene aún una sede definida. Tras el partido, su primera clasificación en la historia de una final de Copa, Josean Querejeta, máximo accionista del equipo de Vitoria, expresó su “ilusión” por disputar el partido en San Mamés. El estadio del Athletic es el sueño de la afición del Alavés, según expresó en una entrevista en la Cadena SER, pero hay otras opciones más factibles, sobre todo porque en Bilbao se celebrará un concierto de Guns N’Roses el 30 de mayo, tres días después de la final.
“No creo que el Athletic ponga ningún problema para jugar en San Mamés. La afición estará encantada de que un equipo vasco juegue la final allí. El Barça puede jugar muchas finales, pero nosotros, no. Sería importante facilitarles a nuestros aficionados su presencia”, dijo Querejeta.
El Barcelona no se ha pronunciado públicamente, pero se sabe que negociará con el Alavés para conocer sus intenciones respecto a la sede de la final. El conjunto azulgrana quiere saber si sus peticiones coinciden con las de la entidad de Vitoria. El Barça aspira, sobre todo, a que el estadio elegido tenga la máxima capacidad posible y, además, a que la ciudad sede disponga de buenos servicios y facilite el desplazamiento de sus aficionados. La misma propuesta, al fin y al cabo, que en ocasiones anteriores en las que ha sido finalista y que contempla, por tanto, la posibilidad de jugar en el Bernabéu y en el Vicente Calderón.
Un portavoz oficial del club aseguró a este periódico que en ningún caso la institución azulgrana había solicitado oficialmente el martes por la noche, después de que el equipo eliminara al Atlético, que la final se celebrara en el Bernabéu. “Acordamos que no nos pronunciaríamos hasta saber el nombre del otro finalista”, señaló, consciente también de que Querejeta, presidente del Alavés, ya había pedido que el partido se celebrara en San Mamés.
La opción del Bernabéu, ya solicitada en ocasiones anteriores y denegada por cuestiones de infraestructura del Madrid, se adivina muy compleja desde que en 1997 el equipo azulgrana celebrara el título conseguido ante el Betis en el campo blanco con el himno barcelonista y un paseo triunfal de jugadores y directivos como Joan Gaspart. El estadio del Real Madrid tiene previsto el inicio de unas obras el 14 de mayo, por lo que no llegaría a estar disponible para el 27 de ese mes, día de la final. Así lo advirtió ayer el presidente de la entidad, Florentino Pérez: “En el Bernabéu no se puede jugar la final de Copa porque hay obras. Nosotros tenemos que cumplir con la licencia”.
Sin embargo, el Atlético de Madrid, a través de su presidente Enrique Cerezo, ya ha ofrecido el Vicente Calderón. Y la opción, de momento, gana enteros. Por la predisposición del club rojiblanco y porque sería la despedida, a modo de homenaje, para un estadio que la institución colchonera abandonará la próxima temporada.
Otra opción podría ser el Camp Nou. Hace dos años, por ejemplo, el Barcelona logró convencer al Athletic para disputar la final de Copa en su estadio.
El proceso de designación de la sede se puede dilatar si no se ponen de acuerdo Barça y Alavés por la situación de provisionalidad de la Federación Española de Fútbol, que próximamente entrará en un periodo electoral y, por tanto, su función de mediadora y organizadora puede retrasarse hasta que se conozca el nombre del presidente. “Nosotros, de momento, no hemos pedido nada y, por tanto, todos los escenarios son posibles”, opinan desde el Barça. “Entendemos que el asunto puede quedar abierto durante tiempo y, por tanto, se dará pie a muchas especulaciones”, añaden.
Luis Suárez se pierde la final por sanción tras la roja ante el Atlético
Una segunda tarjeta amarilla por, según el árbitro Gil Manzano, “impactar con el brazo contra un jugador adversario de forma temeraria, en la disputa del balón”, dejará a Luis Suárez sin jugar la final de la Copa del Rey contra el Alavés. El Comité de Competición de la Federación Española no solo no le ha quitado al delantero esa segunda amarilla, como pidió el Barcelona tras la semifinal contra el Atlético, sino que le ha sancionado con dos partidos: uno por la expulsión y otro por violar el artículo del código disciplinario que obliga a quienes han visto tarjeta roja a dirigirse a los vestuarios sin ver el encuentro. Suárez lo vio entero. “A pesar de que el cuarto árbitro comunicó en reiteradas ocasiones que debía marcharse a los vestuarios, haciendo nuevamente caso omiso a estas instrucciones”, decía también el acta.
Además, al finalizar el partido, habló para la televisión y realizó unas críticas declaraciones para con el arbitraje. Ha tenido más suerte el Barcelona con Busquets, cuyo recurso sí ha estimado el Comité, que ha anulado la amarilla que vio por sacar un balón del campo con el juego parado.
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