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El paso al frente de Arda Turan

El turco se acostumbra a jugar de extremo en el Barça, rival de esta noche de la Real, y mejora sus cifras al tiempo que desde el club se felicitan por no venderlo en verano

Jordi Quixano
Luis Suárez, Arda y Messi festejan un gol ante Las Palmas.
Luis Suárez, Arda y Messi festejan un gol ante Las Palmas.Manu Fernandez (AP)

En el vestuario del Barça le han caído bromas por el triple sin tocar aro que lanzó hace unos días en el partido de baloncesto del All-Star de Turquía, donde fue el invitado sorpresa. “Respondía imitando el gesto del tiro, siempre con una sonrisa”, cuentan desde el Barça; “porque es un cachondo”. Una característica que no perdió en el curso anterior, cuando al principio no jugaba por el veto de la FIFA y cuando más adelante lo hacía y parecía llevar las botas del revés, desatinado en el quiebro y el pase, también en la fase defensiva. Ahora, sin embargo, Arda Turan (Estambul, Turquía; 29 años), ha dado un paso al frente.

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“Tengo un regalo, nos vamos al Barça”, le dijo su agente Ahmet Balut hace dos veranos, consciente de que escucharía por primera vez una oferta para dejar el Atlético. Acertó y el club azulgrana lo fichó con prisas y mediante una comisión gestora que actuó durante las elecciones presidenciales. “No es un hombre mío, es de Luis Enrique”, resolvió Josep Maria Bartomeu. Versión que validó el técnico: “Felicito a la junta por cerrar el fichaje de un jugador clave para nosotros”. Pero Arda, que costó 34 millones más siete en incentivos, no encontró su fútbol la temporada pasada ni asimiló el estilo Barça, acostumbrado como estaba a ser ese 10 que se define con la pelota entre los pies. La debilidad de Arda llegó a parte de la directiva, que este verano solicitó su traspaso porque sabía que tenía mercado en China y en Europa, que engrosaría las arcas para acometer el plan renove. Pero cuando Luis Enrique habló con el director deportivo, Robert Fernández, fue explícito: el turco se quedaba porque confiaba en que mostrara el nivel del Atlético.

El tiempo, aunque Arda no sea protagonista principal del equipo, parece darle la razón al técnico porque está más afinado que nunca de cara a la portería rival; en el ecuador de la temporada suma 12 goles —solo por detrás de Messi (27) y Luis Suárez (18)—, su mejor registro igualado al de 2008-09, con el Galatasaray. Un festival de tantos que cinceló con un hat-trick frente al Moenchengladbach en la Champions y otro ante el Hércules en la Copa. “Hicimos bien en no venderlo. Estamos contentos con su rendimiento”, pronuncian ahora desde la cúpula azulgrana. Aunque admiten: “Él tampoco se quería ir”.

“De delantero, brilla más”

Desde que comenzara el curso, Arda ha jugado en cinco posiciones: mediocentro, carrilero, interior izquierdo y en ambos costados de extremo. “Es un jugador con mucha llegada, pero también puede jugar de interior. Me gusta en todas las posiciones”, concluyó hace unos meses Luis Enrique. Pero Arda ha mostrado su mejor versión de extremo, sin tanta responsabilidad organizativa y defensiva, justo lo que no le gustaba de la táctica Simeone. Quizá por eso, con Neymar en los Juegos Olímpicos en busca del oro histórico, jugó ahí al inicio del curso. Y, pasados los encuentros y a sabiendas de que el titular en el puesto es el brasileño, Luis Enrique añade ahora: “Está jugando más de delantero y estamos viendo que está más cerca del área, que llega con más claridad, que marca más goles y que su trabajo brilla más. Pero que pueda jugar de interior son soluciones para el equipo y él”. Un buen paso al frente.

Seguramente esta noche no partirá de inicio frente a la Real Sociedad, toda vez que el tridente es inflexible. Pero difícilmente perderá su sonrisa. “Es una persona muy cariñosa que le encanta hacer chorradas y que soltar frases divertidas”, dicen desde el vestuario. Del mismo modo, también destacan su carácter sentido. “Es muy sensible. Y le afecta mucho todo lo que pasa en Turquía. Cuando hay atentados, está unos días más callado, más gris”. También le supo muy mal esa falta ingenua que hizo frente al Madrid en los compases finales que permitió la igualada de Ramos. Pero es que Arda más que defender, prefiere atacar.

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