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La marcha de García Pitarch deja solo a Lim

Una semana después de la dimisión de Prandelli como técnico del Valencia, el club se queda sin director deportivo

Jesús García Pitarch y el consejero del Valencia, Anil Murthy.
Jesús García Pitarch y el consejero del Valencia, Anil Murthy.MANUEL BRUQUE (EFE)

La crisis del Valencia no tiene fin. Peter Lim, con su séquito y Layhoon a la cabeza como presidenta, se han quedado solos, sin escudo alguno, tras renunciar García Pitarch a la dirección deportiva del club, rendido a afición che que veía en el director deportivo a un fiel siervo de los intereses de Meriton, la empresa del magnate de Singapur que tiene la propiedad de la entidad de la capital del Turia. Mestalla se manifestó en contra del dueño del Valencia y de García Pitarch tras la derrota ante el Celta (1-4), sufrida por el conjunto che el pasado miércoles en el partido de Copa. “¡Suso, Canalla, fuera de Mestalla!”, fue la sentencia de los aficionados valencianistas, cansados de la deriva del Valencia.

La marcha de García Pitarch se produce una semana después de la dimisión de Cesare Prandelli como entrenador del Valencia, cansado el italiano de las promesas incumplidas de Lim de reforzar el equipo en el mercado invernal, con una plantilla mal estructurada, confiada en su mayoría a su amigo-socio Jorge Mendes. El Valencia se encuentra en el puesto 17 de la Liga, empatado con 12 puntos con el Sporting que ocupa posición de descenso. Prandelli y García Pitarch pactaron su marcha conjunta del club de Lim, compromiso roto en última instancia por el director deportivo, “un acto de responsabilidad”, según García Pitarch, como un alarde de valencianismo.

El director deportivo ha seguido trabajando durante siete días en el club en la búsqueda de refuerzos, desplazándose hasta Italia para intentar contratar a Simone Zaza, el delantero por el que suspiraba Prandelli, detonante de la marcha del Valencia al comprobar que Lim no satisfacía sus deseos. García Pitarch también ha sido víctima de Lim. El trabajo del director deportivo necesita el beneplácito en última instancia del magnate de Singapur. El vacío de poder en el club de Lim deja en cuarentena las incorporaciones para un equipo dirigido a día de hoy por Voro, quién sabe si de manera interina o permanente. El Valencia es un caótico puzle de difícil resolución. Desde la entidad che asumen la renuncia de García Pitarch cuyo cargo ejercerá provisionalmente José Ramón Alexanco, hasta la fecha, director de la Academia del Valencia.

Ni un año ha durado García Pitarch en la dirección deportiva del Valencia. Su llegada en febrero del 2016 frenó las suspicacias hacia el proyecto de Lim, que meses atrás destituyó a Rufete y Ayala al frente de la secretaría técnica. Tras el despido de Nuno Espirito Santo como entrenador che, a su vez controlador de las altas y bajas del equipo, representado el técnico portugués por Jorge Mendes, Lim contrató a García Pitarch para demostrar públicamente su buena voluntad al frente del club.

Avalaba al nuevo director deportivo su pasado valencianista. Como jugador del Valencia durante tres temporadas, entre 1982 a 1985, y como director de la escuela de Paterna durante dos cursos (2000-2002), labor que dejó de desempeñar para pasar a ser el máximo responsable deportivo del club de Mestalla entre 2002-2004, siendo partícipe de la consecución de la Liga 2004 y de la Copa de la UEFA en el mismo año.

“Ya habíamos dicho a nuestros aficionados y accionistas que estábamos revisando y trabajando constantemente en nuestra estructura deportiva. Jesús ha tenido éxito en el alto nivel y conoce bien el Valencia. Creemos que es la persona idónea para esta posición tan importante”, manifestó la presidenta del Valencia, Layhoon, tras la incorporación de García Pitarch. El director deportivo tuvo que tragar con Gary Neville, amigo de Lim, como entrenador sin bagaje alguno en los banquillos. Lo primero que hizo García Pitarch fue poner al técnico inglés un ayudante cualificado, Pako Ayestarán. El expreparador físico de Benítez tuvo que hacerse cargo del Valencia en el tramo final de la temporada pasada. A pesar de los discretos números del técnico de Beasain, este se postuló como “el mejor entrenador para el proyecto del Valencia de Lim”.

El magnate de Singapur y García Pitarch encontraron en Ayestarán un dócil entrenador que, agradecido con la oportunidad, tragaría con la plantilla que le ofreciesen sin rechistar. Ayestarán y García Pitarch no tuvieron voz y voto ante las ventas de Mustafi, André Gomes y Alcácer. El director deportivo participó en las llegadas de Nani, Medrán, Montoya y Mario Suárez. El 31 de agosto, en el último día de mercado, Jorge Mendes concedió dos centrales al club de Mestalla con la cesión de Mangala y el fichaje de Garay previo pago de 22 millones de euros.

Las cuatro derrotas consecutivas en el arranque de Liga propiciaron el despido de Ayestarán y la contratación de Prandelli. El experimentado técnico italiano se desengañó del proyecto de Lim al igual que le ha sucedido a García Pitarch, cansado de hacer de parachoques del propietario del club que tiene siempre la última palabra. En realidad, la única.

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