Prandelli implora refuerzos para el Valencia
El italiano, cuya arenga a sus jugadores ha servido de caldo de cultivo para los radicales, se encuentra en Singapur demandando fichajes a Lim
El pasado viernes, en la víspera del partido ante la Real Sociedad, Cesare Prandelli, en un incendiario monólogo ante los medios de comunicación, soltó los perros hacia el vestuario del Valencia reprochando la falta de actitud, seriedad, profesionalidad y amor al escudo de la plantilla che, principal culpable según el técnico italiano de los males del equipo sumido en una crisis deportiva de la que no encuentra salida. El Valencia con 12 puntos en 15 jornadas, se encuentra igualado con el Sporting que ocupa la última plaza de descenso.
La filípica de Prandelli no surtió efecto en Anoeta. El Valencia volvió a ser un equipo plano, sin alma ni ideas, equivocado también en la disposición táctica y en la elección de jugadores del entrenador lombardo. El conjunto de la capital del Turia volvió de vacío de San Sebastián, sin acción ni reacción ante los donostiarras. “O le ponemos orgullo y cojones o nos vamos a la mierda”, declaró en caliente Santi Mina concluido el partido.
La populista arenga de Prandelli, que solo ha conseguido seis puntos de 24 posibles para el Valencia, sin embargo, resultó caldo de cultivo para los radicales. Un reducto de aficionados valencianistas, unos 50 miembros de los Ultra Yomus, recibieron de malos modos al autobús del equipo a su llegada a las instalaciones de la ciudad deportiva del Valencia, donde los jugadores che tenían sus vehículos dispuestos para marcharse a sus hogares. La salida de los futbolistas de las instalaciones de Paterna se demoró una hora hasta la llegada de las Fuerzas de Seguridad del Estado que protegieron la marcha de los jugadores, recibiendo estos insultos y amenazas por parte de los radicales allí congregados. El hecho fue denunciado por la dirección del Valencia que ayer emitió un comunicado reprochando el comportamiento de un grupo “que no representa a la afición”.
En la noche del sábado, en el autobús que desplazó a la plantilla y cuerpo técnico a las instalaciones deportivas del Valencia, no se encontraba Prandelli que, a las cinco de la mañana del domingo, desde el aeropuerto de Manises, junto al director deportivo, Suso García Pitarch y la presidenta, Layhoon Chan, se embarcaba en el avión privado de Meriton para recorrer 12.000 kilómetros y encontrarse con Peter Lim. Prandelli y García Pitarch en connivencia con Layhoon, están tratando de convencer al propietario del Valencia del peligro que corre el club que se aboca al desastre deportivo y por ende, al negocio del magnate de Singapur que ha invertido 200 millones de euros que también peligran si el equipo desciende a Segunda.
Expondrá Prandelli ante Lim la necesidad de reforzar al equipo con jugadores de contrastada valía, carácter y experiencia para compensar un equipo mal estructurado, con carencias en todas las líneas salvo en la portería. Urge fichar un delantero, un centrocampista y, al menos un defensa central, señalados en Anoeta Santos y Abdennour, los futbolistas que Jorge Mendes endosó al Valencia con sobreprecio, 33 millones de euros pagados entre ambos. No se descarta que Prandelli, si no existe un compromiso firme de Lim de renovar el vestuario, haga las maletas y deje Mestalla.
“El problema no es de dos meses, sino de dos años en este club”, considera Prandelli sobre los males del Valencia. Le faltó decir al italiano los dos años que coinciden con Peter Lim en la propiedad, un periodo en el que se ha devaluado a una plantilla. No hay referentes en el terreno de juego ni líderes en el vestuario en el que solo Parejo, Gayà y Alves son de la etapa anterior a Lim. El magnate confió la confección del equipo a su amigo-socio Jorge Mendes, promocionando en un club histórico a futbolistas jóvenes para en un futuro sacar plusvalías. El presente manda y el Valencia va a la deriva.
