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EUROCOPA | FRANCIA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Payet y Pogba, fútbol y mercado

José Sámano
Payet celebra la victoria sobre Rumanía.
Payet celebra la victoria sobre Rumanía.MARTIN BUREAU (AFP)

Que el fútbol es una puerta giratoria dio fe el estreno de Francia en la Eurocopa. Mientras un sector de la prensa europea enfatizaba esta semana la subasta de Pogba por unos 120 millones de euros, pronosticado ya como el campeón de la liga económica del verano, resultó que el dichoso juego le dejó en el cuarto oscuro mientras “inflacionaba” deportivamente a Payet, cuyo valor de mercado en 2015 fue de 12 millones. Guiños de este deporte de lecturas apresuradas, ventoleras, certidumbres y desmentidos a la carrera.

El ránking futbolero lo lidera Payet, héroe inesperado por un día, con Pogba en el camión escoba tras su fiasco ante Rumania

A sus 29 años, Payet es un tardío estupendo futbolista que despunta en el modesto West Ham. A sus 23 años, Pogba es un futurista proyecto de gran jugador que ya se mueve en el espumoso mundo de las celebridades en la alta burguesía, en el Juventus. No se trata de que uno u otro sea mejor sino de constatar la primera realidad del campeonato: el éxito de Payet y el chasco de Pogba. Es solo un partido, pero… ¿No habíamos quedado en lo de partido a partido? En este fútbol sediento y sediento, mañana es ayer y ayer es mañana. Y en el caso de estos dos franceses no solo es una cuestión de edad. Que nadie descarte que haya llegado el “momento Payet” o que esté a punto de llegar la definitiva entronización de Pogba, de momento un boceto imponente. Lo paradójico es que en el gran zoco, en el que se manejan claves sin botas, ya hay veredicto. El deportivo, ya se verá. Puede que en estos tiempos de fútbol de teletienda importe poco. Al menos, en algunas cancillerías.

Pogba, tras ser sustituido durante el partido ante Rumanía.
Pogba, tras ser sustituido durante el partido ante Rumanía.FRANCK FIFE (AFP)

El fútbol y el dinero no siempre congenian. Cada cual tiene su clasificación y muchas veces es un cruce de caminos. Desde la inauguración de la Eurocopa, con Francia en vilo, el ránking futbolero lo lidera Payet, héroe inesperado por un día, con Pogba en el camión escoba tras su fiasco ante Rumania. Pero en el “dow jones” el indiscutible pelotazo seguirá siendo el jugador de la Juve. Es el elegido, y punto. En este juego bursátil también hay que ganar en las listas de Forbes, en las de los principales auditores, sean financieros o “hollywoodienses”, tener eco en las redes sociales y amplificadores en los canales de la TDT. El parque temático es irrenunciable. Y Pogba vende, luce vedetismo en su “grafitera” cresta y, desde luego, no le faltan condiciones extraordinarias. Tampoco padrinos. “Todo el mundo le quiere fichar”, ha dicho estos días Zidane, como si los codazos en el rastrillo fueran suficientes para consensuar al nuevo dios redondo. ¿Y qué hay de cómo juega Pogba?

Se trata de un deportista exuberante, de cuerpo esculpido en la Grecia clásica, con una zancada descomunal y un pie izquierdo al que la pelota suele obedecer con bastante frecuencia. Por ahora, es un atleta de primera convertido en buen jugador al que le falta ser un gran futbolista, si entendemos por tal conocer los intríngulis ajedrecistas del juego, sus lecturas, saber qué conviene en cada minuto, peritar cada partido. Su posición de centrocampista le obliga, más si cabe, a ser estudioso, a comprender cuándo acelerar y cuándo frenar, cuando auxiliar atrás y cuándo socorrer adelante. Hasta la fecha, su dispersión, sus apariciones a ráfagas y sus cortes de cables son elocuentes. De su mayor continuidad y capacidad de aprendizaje dependerá su prometedor futuro: quedarse en un “Hércules” del fútbol o ser un magnífico futbolista.

Lágrimas comprensibles

Con Pogba, como con muchos otros, el precio nunca será una pista definitiva. Como no lo fue para Payet, que en 2005 aún vendía ropa en unos almacenes. Hoy es un excelente sacacorchos para cualquier equipo. Regateador, directo, fino asistente y con un golpeo estruendoso. Todo ello demostró ante Rumania, con pases a la sala de espera del gol para Griezmann, Giroud y el mismísimo Pogba, menos concreto y cuajado que el del West Ham. Como nadie le puso el punto final, lo hizo el propio Payet con un golazo-golazo. No es extraño que le chorrearan las lágrimas al final del encuentro, cuando su ilustre compañero llevaba ya un rato a la sombra del banquillo. Quizá ambos rumien estos días lo impredecible de la lógica-ilógica del fútbol. En la Premier, gran escaparate económico y maná televisivo, los últimos triunfadores han sido tres modestos de maduración retardada como Vardy (29 años), Mahrez (25) y Payet. Ninguno con recorrido anterior, invisibles para los grandes rastreadores de mercado. Aquellos que hacen circular el dinero por un lado mientras el balón regatea en dirección contraria. No siempre, pero muy a menudo. Veremos con Pogba y Payet. Partido a partido, de momento el segundo gana 1-0. Portada a portada, el primero golea.

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Sobre la firma

José Sámano
Licenciado en Periodismo, se incorporó a EL PAÍS en 1990, diario en el que ha trabajado durante 25 años en la sección de Deportes, de la que fue Redactor Jefe entre 2006-2014 y 2018-2022. Ha cubierto seis Eurocopas, cuatro Mundiales y dos Juegos Olímpicos.

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