_
_
_
_
_

Valdés vuelve a una final

El portero catalán celebró la clasificación del Standard de Lieja, que eliminó anoche al Genk, como si fuera su primer título

Víctor Valdés.
Víctor Valdés.

El sábado volvió a jugar y ayer a celebrar. El Standard de Lieja se clasificó para la final de la Copa de Bélgica tras empatar a uno con el Genk (2-0, en la ida) y jugará la final el próximo 19 o 20 de marzo contra el ganador de la eliminatoria entre el Brujas y Gand (1-2, en la ida), que se decide esta noche. La clasificación no es un triunfo cualquiera, ni para el equipo ni para el portero y se celebró por todo lo alto con los 1.060 aficionados que acompañaron al equipo hasta Genk. El club, en plena reconstrucción social y deportiva, era colista en octubre y lleva cinco años sin catar una final que le deja a las puertas de Europa. Víctor Valdés, por su parte, puso fin a muchas horas de penuria en Manchester, a muchos meses sin nada que festejar en la soledad del campo de entrenamiento del United, y en el Cristal encontró al fin una alegría en un terreno de juego, más allá de la felicidad que le supuso volver a ponerse bajo los palos el pasado fin de semana.

Valdés tuvo una destacada actuación durante el encuentro, muy especialmente durante el segundo tiempo cuando más apretó el equipo local. Apareció entonces la figura de Valdés, que lo paró todo. Así lo destaca hoy la prensa local, que le considera “determinante”, tras el partido ya lo había hecho su compañero Réginal Goreux al reconocer la trascendencia del juego del meta catalán en la clasificación. “Nos ha aportado madurez durante los momentos complicados y ha demostrado porque es uno de los mejores porteros del mundo. En momentos puntuales ha aguantado al equipo”, aseguró el lateral de origen haitiano.

Valdés se fue feliz del estadio. Poco importa que el partido se jugara ante sólo ocho mil aficionados, en un estadio con las gradas prácticamente vacías, y que en su carrera haya vivido celebraciones para finales de la Champions League mucho más importantes. La de ayer la vivió a lo grande y le quedará grabada en su memoria. “Estoy muy feliz, porque se lo mucho que significa para el club y por la alegría que se ha llevado la gente que tanto nos anima. También por mí, claro, como parte de este equipo y por el tiempo que llevo sin vivir algo así. Además, me hace mucha ilusión jugar una final de Copa, pero aún falta tiempo y ahora hemos de centrarnos en los objetivos inmediatos”, dijo el guardameta tras el partido. Para el Standard será la decimosexta final de Copa, para Valdés la primera con los guantes puestos, pues nunca pisó el césped con el Barcelona, ya que en las finales que disputó mientras él formó parte de la plantilla, siempre lo hizo Pinto. El estadio rey Balduino le espera. Definitivamente, Valdés ha vuelto.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_