Márquez: “Será difícil llegar a Qatar con todo en su sitio”

A principios de noviembre, en Valencia, Marc Márquez y Dani Pedrosa tuvieron la primera toma de contacto con su nueva moto, la Honda de 2016, el año de los cambios, de la revolución en el reglamento de MotoGP, de la supuesta irrupción de las fábricas menos poderosas, del acercamiento de los equipos modestos. Y ya pudieron intuir, después de un año en el que ya les costó seguir la estela de las Yamaha de Lorenzo y Rossi, que el asunto se les complicaba. Esta que comienza está llamada a ser la temporada de las sorpresas. Y, por lo poco que se sabe todavía, puede serlo. No solo por el cambio de neumáticos y la entrada de Michelin en sustitución Bridgestone como suministrador único, sino por la popularización del concepto del “café para todos”, hecho extensivo, eso sí solo por el momento, al software de las motos.

Tras el último gran premio de 2015, en el circuito de Cheste (Valencia), ni Márquez ni Pedrosa se atrevieron siquiera a sacar conclusiones sobre el funcionamiento de su nueva Honda. Sus mecánicos no se lo permitieron. Apenas sabían cómo trabajar con el nuevo paquete electrónico, que a partir de ahora será el mismo para todos: lleva la firma de Magneti Marelli y la única fábrica que corre con cierta ventaja es Ducati, que ya trabajo con él el curso pasado. Lo de Jerez, un test privado que realizaron muchos equipos, a excepción de Yamaha, a finales de noviembre, fue otra cosa. Entonces pensaban que ya podrían trabajar algo mejor, avanzar en algún sentido, entender algo. Pero no fue así. Y la desesperación se apoderó de algunos de los supuestos favoritos de MotoGP. Es más, si algo entendieron los pilotos es que este curso sería mucho más difícil atemperar el carácter del motor (que sigue siendo poderoso, así lo quiere la fábrica alada) con una electrónica que está a años luz de lo que lo estaba el software producido en Honda.

Para nosotros será incluso más crítico entender los neumáticos porque a la electrónica nos podremos adaptar” Marc Márquez, piloto del Repsol Honda Team

“En Jerez nos costó un poco. La electrónica era nueva y era difícil de ajustar. Habrá que trabajar mucho en el motor”, concedió Márquez. “Es difícil decir en qué fase está la moto. Después del último test en Jerez tuvimos que hacer algunos ajustes, probamos el motor, la electrónica, los neumáticos. Fuimos a Japón, pero los ingenieros estaban ocupados con el análisis del test; los nuevos progresos vendrán pronto, en el test de Sepang [1, 2 y 3 de febrero] y tendremos más información”, explicó Pedrosa, que no es demasiado optimista sobre el progreso que puede experimentar la moto de aquí a la primera carrera del Mundial, en Qatar, el 20 de marzo: “El principio del campeonato puede ser un poco incógnita. Puede que no todo esté muy ordenado, pero será divertido”. Lo mismo opina su compañero de equipo: “Será difícil llegar a Qatar con todo en su sitio y habrá fábricas como Ducati, que ya ha trabajado con Magneti Marelli, que puedan dar la sorpresa y ganar carrera. Pero puede que una fábrica empiece muy fuerte y que luego llegue el resto”.

El cambio de gomas será el otro factor determinante, Márquez opina que incluso más que la electrónica: “Para nosotros será incluso más crítico entender los neumáticos porque a la electrónica nos podremos adaptar. Se ha visto que el comportamientos de los Michelin cambia bastante de un asfalto a otro”, concluyó.

Los dos integrantes del Repsol Honda Team se reencontraron en el circuito de Castellolí (Barcelona) para participar en una jornada con la prensa, junto al campeón de trial Toni Bou y al piloto del campeonato mundial de turismos Tiago Monteiro, para rodar con unos Honda Civic Type R y mostrar por un día sus habilidades al volante.