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El plan de Sudáfrica es demasiado para Gales y Biggar

Los Springboks se imponen (23-19) en un partido muy físico a un equipo europeo que no superó la pérdida de su apertura

Habana celebra la victoria contra Gales este sábado.
Habana celebra la victoria contra Gales este sábado.Matt Dunham (AP)

Todos auguraban un duelo duro en el primer partido de cuartos de final del Mundial de Rugby 2015, y Sudáfrica y Gales no defraudaron dando una exhibición de rugby físico que cayó del lado africano (23-19). Los Sprinboks son conscientes de que a fuerza hay pocos equipos que les superen, pero Gales y Dan Biggar supieron aguantar las embestidas de los de verde y oro hasta el último tramo, lo que estuvo el apertura en el campo.

El plan estaba funcionando. Sudáfrica tenía la posesión. Jugaba en campo contrario. Los galeses reculaban, la marea verde y oro, que empezó a inundar los aledaños de Twickenham desde cuatro horas antes, alentaba desde las gradas. Enfrente Gales se agarró a Biggar, que sumó 14 puntos y dio la asistencia para el único ensayo de los de rojo. El apertura tan pronto mandaba al ala George North como pedía a sus terceras que se quedaran en el centro por si decidía jugar por allí. Incluso tras fallar su segundo golpe en el torneo al filo del descanso, tuvo tiempo de marcar un drop en el descuento para que su equipo ganara la caseta con una ligera ventaja (12-13).

No fue hasta que se retiró el 10 galés, obligado tras recibir un golpe en la cabeza en el minuto 73, cuando los Sudafricanos consiguieron anotar un ensayo y cerrar el marcador. Biggar, que no entendía por qué le quitaban, protestó a los médicos y técnicos de su equipo, igual que bramó Twickenham que quería seguir viendo al 10. Ese cambio hundió a los galeses, que se habían mantenido todo el segundo tiempo por delante, y levantó más que nunca el grito de “Bokers, Bokers” en las gradas de la catedral del rugby.

Habían empezado los galeses intentando alejarse del pack sudafricano, sacando el balón rápido de los agrupamientos y surtiendo de balones a Dan Biggar, que o bien distribuía a sus tres cuartos o bien utilizaba su certero pie para poner en aprietos a una desorganizada última línea de Sudáfrica. En una de esas patadas al cielo, la recogió el mismo y, cuando llegaban a placarle, dejó solo a Gareth Davies para que marcara el primer ensayo del encuentro para poner por primera vez por delante a los de rojo.

Sudáfrica ni se inmutó y mantuvo su plan en todo momento: jugar cerca de sus poderosos delanteros, patear a palos los golpes cometidos por los galeses en los agrupamientos y aprovechar la superioridad de sus gordos en las fases estáticas. Todo primando la fuerza. Para ello contaban con el apertura Handre Pollard, que estuvo más certero con el pie a balón parado que en el juego abierto, y unos potentes centros que siempre viraban al interior al abrigo de sus delanteros, golpeando sin descanso la defensa galesa.

Al final, aprovechando la conmoción de Gales, que parecía más grogui que su apertura, el veterano capitán de los Springboks, Fourie du Preez, se coló por el lado cerrado, se lanzó sobre la línea de ensayo y mandó a una valiente Gales a casa; con Biggar todavía protestando mientras se quitaba los vendajes y se abrigaba en una silla.

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