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Un equipo fuera de lugar

El baile de posiciones de los jugadores y diversos fallos en la raíz condenan al Barcelona

Jordi Quixano
Aduriz disputa el balón con Dani Alves y Bartra.
Aduriz disputa el balón con Dani Alves y Bartra.Iñaki Andrés (EFE)

Luis Enrique fue un futbolista excepcional que podía rendir en cualquier parcela del campo menos bajo los palos. Lateral, medio, extremo y hasta delantero; la polivalencia hecha persona. Quizá por eso tiene predilección por los jugadores multiusos, hasta el punto de que a cada fichaje del Barça se mira y resalta la virtud de ser polifuncional. Ejemplos de Aleix Vidal (lateral y extremo), de Rakitic (mediocentro y volante), de Vermaelen y Mathieu (central y lateral)... Pero no es fácil ser como Luis Enrique y tanto baile cuesta de digerir. Así, anoche, ante un Athletic de lo más intenso que apenas dio un segundo para pensar, derivó en un Barça completamente fuera de lugar.

Un vaivén que desnortó al equipo, incapaz de sacar la pelota limpia desde atrás

Jugó Adriano de lateral izquierdo después de darle carrete a Mathieu en la Supercopa de Europa. Salió Mascherano de mediocentro tras hacerlo de central. Se pusieron Sergi Roberto y Rafinha de volantes cuando últimamente jugaban de lateral y extremo. Y regresó Pedro al once tras tomar la decisión de abandonar el Barça. Todo un vaivén que desnortó al equipo, incapaz de sacar la pelota limpia desde atrás, sobre todo enquistada en el eje del campo porque Mascherano no guarda el balón sino que lo acelera, Rafinha conduce más que asiste y Sergi Roberto atiende a los lados antes que al frente. Por lo que Messi apenas tocó balones en condiciones y cuando lo hizo se empecinó en hacer la jugada imposible —por más que le saliera en la pasada final de Copa—, un eslalon entre toda una maraña de rivales. Por lo que el 10 también quedó fuera de lugar. Aunque hubo más.

Lo mismo le sucedió a Ter Stegen, que no está fino en la pretemporada. El Sevilla le hizo cuatro goles en Tblisi (Georgia) y anoche recibió otros cuatro y el primero fue por su culpa. Resulta que Iraizoz le pegó fuerte desde su área y el balón, aunque alto, llegó manso a la posición de Ter Stegen, que estaba fuera del área pero con tiempo de sobra para recular y así coger el esférico con las manos tras botar. Pero el alemán, atrevido como es, decidió tirar por la filigrana, por un despeje de cabeza al centro —otro error porque siempre debe ser hacia los costados a no ser que se pueda superar la última línea rival—, a San José. Y el eje del Athletic, atento, controló para soltar un chut desde el medio del campo y sonrojar a Ter Stegen que, claro, estaba fuera de lugar.

Luis Enrique trató de corregir los defectos con los cambios (Iniesta y Rakitic entraron de volantes y Sandro cogió el sitio de Pedro), pero Aduriz, con otros tres goles, lo impidió. Primero aprovechó un error de Sergi Roberto, que pilló al equipo fuera de sitio. Después remató en el área con todas las facilidades del mundo y por último, convirtió un penalti de Alves, que sacó el codo cuando no tocaba. El Barça anoche estaba fuera de lugar. Le queda el Camp Nou, su casa, para tratar de arreglarse.

Luis Enrique trató de corregir los defectos con los cambios , pero Aduriz, con otros tres goles, lo impidió

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