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Domracheva reina en los Juegos

La bielorrusa, nacida en Rusia y deportista ejemplar, suma su tercera medalla de oro en el biatlón, esquí de fondo y tiro

Domracheva celebra su victoria.
Domracheva celebra su victoria.Harry How (Getty Images)

Bielorrusia no es precisamente un país ejemplar políticamente, pero se ha llenado de estrellas invernales. Alla Tsuper asombró con sus saltos hasta ganar el oro en el esquí libre, lo mismo que Anton Kushnir ayer pero, sobre todo, Darya Domracheva, que logró su tercer título en los 12,5 kilómetros del biatlón, salida en grupo. Es la primera mujer que suma más oros en los Juegos y la primera biatleta que lo consigue en una sola edición. La mezcla perfecta de la potencia en el esfuerzo brutal del esquí de fondo, y la templanza para respirar hondo y tener el pulso firme en los disparos. Cuatro series de cinco, dos en posición tumbado y otras dos de pie con una carabina de pequeño calibre. Domracheva es ya la candidata absoluta a reinar en unos Juegos por delante de la líder holandesa del patinaje de velocidad, Ireen Wust, que en el dominio general de su país sólo ha sumado un oro, pero ha perdido otros dos y se ha debido conformar con las platas. Domracheva, no ha perdonado. Nacida curiosamente en la misma ciudad que la tenista Maria Sharapova, cambió Rusia por Bielorrusia antes de llegar a la élite.

Era la gran favorita tras haber ganado las pruebas de persecución de 10 y la de salida individual sobre 15. Su aplastante dominio no lo presagiaba el noveno puesto del primer día en los 7,5 sprint. Pero un fallo en la primera serie de disparos la descentró y acabó cediendo medio minuto. Después, ganó con diferencias sobradas, 37 segundos, 1,15 minutos y ayer, por 20 segundos, pese a errar otro disparo en la última tanda. Pero también falló su última rival, la checa Sukalova, por lo que ambas debieron recorrer los mismos 150 metros de penalización. De no haberlo hecho, todo se habría decidido al sprint, pero nadie duda ya que a Domracheva no se le hubiera escapado el triunfo.

Pero la novia de Ole Einar Bjoerndalen, que tiene aparcada su relación durante los Juegos para evitar polémicas y concentrarse en los títulos, está imparable. A sus 27 años ha llegado a la cumbre de su carrera. En Vancouver 2010 fue sexta en la prueba y sólo se colgó el bronce en los 15 kilómetros. Fue el anuncio de su enorme mejoría. En 2012 conoció a Bjoerndalen en una concentración, y ya ganó el título mundial de persecución en Ruhpolding (Alemania). Pero también ya numerosas pruebas del circuito de Copa del Mundo hasta colocarse en el primer puesto de la lista mundial. En 2013 logró en Nove Mesto (República Checa) el campeonato del mundo de 12,5 kilómetros en grupo, como ayer.

Sólo la sargento pelirroja alemana Kati Wilhem, conocida como Caperucita Roja, había sumado hasta ahora tres oros en el biatlón. Pero entre Salt Lake City 2002 y Turín 2006. Logró tres platas más y un bronce. La perjudicó que precisamente no hubiera la prueba de salida en grupo en 2002, donde ganó el esprint, y fue segunda en persecución, pero la favoreció el potencial alemán al sumar el otro en el relevo. En 2006 ya sólo llegó a la plata en 12,5 kilómetros y se quedó con un único oro en persecución más otra plata en el relevo, donde aún arañó un bronce en Vancouver. Siete podios en total en tres ediciones.

Domracheva lleva cuatro en dos Juegos, con la de hace cuatro años, y además de campeona es una magnífica deportista. Mientras la mayoría de vencedores, salvo cuando los siguientes clasificados son compatriotas, se dedican a exteriorizar su lógico júbilo, ella lo hace con mesura, tiene los gestos de abrazarlas cuando aún están por los suelos sin resuello. Con sus ventajas, pero también con su fair play que otros no tienen, cuenta con tiempo sobrado para recuperarse tras haber llegado incluso relajada a la meta.

Domracheva es siberiana del oeste, como Sharapova. Del distrito federal Janti Mansi, en los montes Urales. El Okrug Autónomo. Nació en Niagan, cerca del río Obi, en un centro maderero, petrolero y de gas natural, donde su padre trabajaba. Empezó en el esquí de fondo, pero escogió el biatlón en cuanto se abrió una escuela de la modalidad. En sus primeras competiciones representó a Rusia, pero recibió una oferta para hacerlo con los juniors de Bielorrusia y acabó residiendo en Minsk para entrenarse con el equipo nacional. Rusia perdía así una joya mientras se hundía en sus casos de dopaje. Solidaria, forma parte activa de un proyecto de ayuda a niños desamparados. Es uno de los nueve atletas aspirantes a entrar como miembro del COI en las elecciones invernales y campaña de publicidad no le va a hacer falta. Ella sí que viene de una tundra de oro.

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