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La ley de los porteros

Málaga y Valencia no culminan su buen juego en un duelo trepidante

Rafael Pineda
Duda sortea la entrada de Oriol Romeu
Duda sortea la entrada de Oriol RomeuJorge Zapata (EFE)

Málaga y Valencia ofrecieron un bonito espectáculo, entregados sus jugadores a un ritmo de vértigo. Un pleito divertido, jugado con ambición, con un buen Valencia y un aceptable Málaga, pero, por encima de todo, con dos porteros excelentes, Caballero y Alves, que hicieron paradas de todos los colores. Por ejemplo, la del meta brasileño del Valencia ante el debutante Pablo Pérez. Una mano antológica. Un choque de mucho fútbol y poco gol, pero emotivo y vibrante, que pudo quedar definido en un remate de Ricardo Costa que acabó en la meta de Caballero. El tanto fue anulado por fuera de juego, pero el central partió en posición correcta.

Málaga, 0 - Valencia, 0

Málaga: Caballero; Jesús Gámez, Sergio Sánchez, Flavio, Antunes; Camacho, Tissone; Samu (Pablo Pérez, m. 65), Duda (Portillo, m. 81), Eliseu (Juanmi, m. 78); y Santa Cruz. No utilizados: Kameni; Angeleri, Anderson y Pedro Morales.

Valencia: Alves; Pereira, Costa, Mathieu, Guardado; Oriol Romeu, Parejo (Feghouli, m. 64), Banega; Piatti, Alcácer y Jonas (Postiga, m. 86). No utilizados: Guaita; Vezo, Pabón, Javi Fuego y Fede.

Árbitro: Velasco Carballo. Mostró tarjeta amarilla a Eliseu por parte del Málaga, y a Mathieu, Oriol Romeu, Piatti y Alcácer por el Valencia.

Unos 18.000 espectadores en el estadio de La Rosaleda.

Más allá del resultado, sería conveniente deducir que Málaga y Valencia son dos equipos más que vivos, revitalizados los andaluces por el trabajo de Schuster y animados los valencianos por el empuje de Pizzi. Seguramente a ambos, en especial al Málaga, le costará llegar a puestos europeos, puesto que muestra mucho, pero apenas culmina casi nada. El partido se jugó en el rápido césped de La Rosaleda sin tregua, con un Valencia fiado al toque de Banega y el oportunismo del joven Alcácer, bien parado en el centro del campo con Oriol Romeu y Parejo.

Al control del Valencia respondió el Málaga con velocidad, lanzado por un excelente lateral, sobre todo en ataque, como es Antunes. El choque, trepidante y rápido, vivió un continuo acercamiento de ambos equipos a las áreas rivales, donde emergieron los porteros como protagonistas. Llegó más el Valencia, que gozó de claras ocasiones, pero se topó con un Caballero descomunal. El argentino sostuvo a los andaluces, con paradas de todo tipo. Pizzi ha revitalizado a un equipo que, quizás, ha perdido demasiados puntos en la primera vuelta.

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