“Sería una sorpresa que no ganara un Mini”

Con el número 300, el del vencedor, Stéphane Peterhansel, conocido en el mundo del motor como Monsieur Dakar, liderará a la flota del equipo Mini en el Rally Dakar 2014, que saldrá de Rosario en 5 de enero y completará la travesía el día 18 a su llegada a Valparaíso. Tras once victorias en el rally más duro y espectacular, seis en motos y cinco en coches, las dos más recientes logradas en las últimas dos ediciones, el piloto francés de 48 años sigue aspirando al triunfo en el que será su 25ª participación en el Dakar. Llevará el mejor coche, pero tiene también en su equipo a sus grandes rivales, por mucho que él, siempre caballeroso, defienda que prefiere tener a la competencia cerca, como ha ocurrido últimamente con el español Nani Roma o como es el caso esta vez del catarí Nasser Al-Attiyah, que pilotará el mismo coche aunque enrolado en una estructura privada.

El Mini All4 Racing, la máquina más fiable de las que han recorrido los caminos argentinos y las dunas chilenas desde que Volkswagen abandonara la lucha en el desierto sudamericano, es el gran favorito para alzarse con el ansiado Touareg. Más difícil es, sin embargo, acertar en las quinielas con el nombre del piloto vencedor. Es favorito, por palmarés, Peterhansel, pero el equipo Mini cuenta con otros tres coches oficiales, el de Roma, el del argentino Orly Terranova, y el del polaco Krzysztof Holowczyc, el campeón de la Copa del Mundo de Rally Cross Country de este año. Pero habrá otros Mini con posibilidades de victoria, como el de Al-Attiyah, siempre veloz, ganador del Dakar en 2011. Su coche será idéntico al de los oficiales, con un chasis nuevo y unas suspensiones más blandas, además de un reparto de pesos diferente impulsado para favorecer una conducción más cómoda. “Hemos hecho muchas carreras con él este año y no hemos tenido ningún problema. Creo que tenemos garantías”, defiende Roma.

Volvemos al espíritu del Dakar auténtico" Stéphane Peterhansel

“Para mí, Nani es el favorito”, apunta el francés, que se sacude la presión. El catalán, por su parte, que ha ganado los cuatro raids en los que ha competido este año -aunque no estaban la mayoría de los rivales que se encontrará en Argentina y Chile, explica él mismo-, tiene muy buenas sensaciones para afrontar una competición que esperan más dura. “En Sudamérica empezó a ser una carrera al sprint, pero esta será, además, la más dura desde que dejamos África. Volvemos al espíritu del Dakar auténtico”, concedía el vencedor. Será la primera vez que haya cinco etapas en las que el recorrido será diferente para las motos y para los coches, lo que augura caminos complejos para las dos ruedas y mayores exigencias en la navegación para los coches. Aunque tipos como Roma ven el lado positivo del asunto: “Es más seguro, hay menos polvo y si uno ha sido motard y además tiene un buen copiloto, como es mi caso, se puede sacar beneficio”.

Más o menos dura -“quien no quiera polvo, que no vaya a la era”, ríe Roma-, la carrera tendrá otros aspirantes, como el español Carlos Sainz, que vuelve a ponerse al volante de un buggie -“un coche muy competitivo, falta ver cómo es de fiable”, señala Roma-, o Giniel De Villiers, con Toyota. “Y nadie ha nombrado a Robby Gordon”, apunta Peterhansel. Aunque Roma admite: “Sería una sorpresa que no ganara un Mini”.