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“No sé dónde están mis límites”

Pablo Carreño, de 22 años, recibe en Londres el premio al tenista que más ha mejorado este año: del puesto 654 al 65

J. J. M.
Carreño y el checo Jiri Vesely.
Carreño y el checo Jiri Vesely.getty

Bajo los focos, rodeado de miles de espectadores, Pablo Carreño recoge el trofeo que le reconoce como el jugador más mejorado de 2013 y deja una muestra de desparpajo: “Me gustaría estar aquí algún día”, le dice al gentío que puebla la grada de la Copa de Maestros, soñando con 22 años en viajar al torneo de los mejores. El gijonés, con percha de atleta (1,88m), empezó 2013 como el número 654 del mundo y lo cierra como el 65 y es el tenista que más puestos ha subido esta temporada. Cuenta con el aval de ser entrenado por Javier Duarte, que llevó a Àlex Corretja al número dos mundial y a España hasta su primera Copa Davis, y que algo vería en aquel chico para doblar la apuesta al mantener el vínculo incluso durante siete meses de baja del tenista por una operación cervical. Carreño parece un chico tímido, pero también otra cosa: un tenista en el que coincide la rara mezcla de tener los pies en el sueño y soñar sin límites.

En todo el top 100 solo hay otros cuatro tenistas con 22 años o menos, y él ya asaltaba ese grupo de elite con 19 

“Es la recompensa al esfuerzo, al trabajo, de mi equipo y mío”, se felicita el español, trajeado de domingo. “Este año, lo que más he mejorado es mentalmente: soy más ambicioso, más agresivo en pista, tengo las cosas muy claras. Después de una operación y una recuperación tan larga, salí a la pista con ganas extras. He sabido llevarlo, y me ha dado un plus que he aprovechado”, añade. “Tengo que mejorar el saque. Tengo que mejorar físicamente. Tengo que coger más fuerza. Ser más jugador de tenis y más atleta. Me gusta competir. No sé dónde estarán mis límites, pero puedo seguir mejorando y avanzando en el ránking”, prosigue. “Dudu se está esforzando mucho conmigo, me está enseñando lo que es este mundo, mental, táctica y psicológicamente me está ayudando mucho”, resume sobre su entrenador, con el que puede trabajar gracias a que Bovet, una marca de relojes, se hace cargo de parte de sus honorarios por intervención de Albert Molina, su mánager y el de David Ferrer.

Carreño no se pone techo. En todo el top-100 solo hay otros cuatro tenistas con 22 años o menos, y él ya asaltaba ese grupo de elite con 19 (número 133), cuando debió pasar por el quirófano. Su ascenso se ha basado en su impecable 2013 en el circuito challenger, el segundo escalón de los torneos profesionales. En 2014, ya con la posibilidad de entrar directamente en los grandes, se podrá medir cuánto tenista hay en ese espigado cuerpo, para qué dan los mimbres del niño cuando les midan los hombres. Por ahora, antes de ese durísimo examen, los flashes de las cámaras son suyos, como los sueños: para empezar, ya ha pisado una Copa de Maestros.

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Sobre la firma

J. J. M.
Es redactor de la sección de Madrid y está especializado en información política. Trabaja en el EL PAÍS desde 2005. Es licenciado en Historia por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo por la Escuela UAM / EL PAÍS.

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