El gran benefactor del deporte
La Universidad Católica de Murcia asume el patrocinio de los principales olímpicos
Desamparado por el Estado, que no dispone de los medios que reclaman sus campeones, el deporte olímpico español ha encontrado en la Iglesia el cobijo que necesita.
En la Iglesia, o en cierta Iglesia, la que representa José Luis Mendoza, neocatecúmeno de Cartagena, misionero en el Caribe hace años, padre de 14 hijos, fundador y propietario de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM). “Un gran benefactor”, dice Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE), un organismo que ha firmado un acuerdo con Mendoza para becar y patrocinar a diversos deportistas. “Para que puedan hacer una carrera y prepararse para el futuro, sin dejar al mismo tiempo de entrenarse al máximo nivel y competir”.
Este curso disfrutan de becas 200 deportistas, lo que supone un millón de euros
En el presente curso disfrutan de becas en la UCAM 200 deportistas españoles, lo que a 5.000 euros por deportista supone un millón de euros. Entre ellos hay más de 20 olímpicos, algunos de ellos tan importantes como las nadadoras Mireia Belmonte y Melanie Costa, el piragüista David Cal, el jugador de bádminton Pablo Abián o los marchadores Miguel Ángel López y Benjamín Sánchez. Ellos, además de la beca perciben de la UCAM ingresos por patrocinio, que en el caso de Belmonte y Cal, medallistas en Londres, pueden alcanzar hasta los 80.000 euros anuales. Las cifras no son oficiales, ya que al carismático Mendoza, dueño de un discurso del catolicismo populista que católicos más ortodoxos califican de “peculiar” y “expansivo”, no le gusta hablar de dinero, un elemento secundario en su visión oficial de su misión. “En el fondo, es una ONG”, dice, rendido, Blanco. “Le interesan las personas, los deportistas, y no patrocinar deportes. No le interesa, por ejemplo, entrar en el Plan ADO, que le permitiría desgravarse del 90% de su inversión en deporte, porque no es eso lo que busca, sino ayudar a deportistas con problemas”.
Los 20 olímpicos son patrocinados con ayudas de hasta 80.000 euros anuales
Tanto la UCAM como otra universidad privada, la Camilo José Cela, de Madrid, que también colaboró con el programa de becas del COE a través del Centro de Estudios Olímpicos, han recibido el Premio Nacional del Deporte. “Nuestros convenios son todos con universidades privadas porque solo ellas nos ofrecen lo que necesitan los deportistas”, dice Blanco. “Cursos online, tutores individualizados, flexibilidad en el plan de estudios que permite a los deportistas elegir la carga de créditos según sea su planificación deportiva, menos en años olímpicos, más en otros, y tardar el tiempo que sea necesario en terminar su carrera”. Belmonte podrá así seguir sus estudios desde Sabadell, donde se entrena, y Cal, desde Brasil. Aunque la mayoría estudian Ciencias de la Actividad Física, muchos se decantan también por Fisioterapia.
Además de becas a olímpicos, la UCAM patrocina diversos clubes, como el Murcia de fútbol en Segunda B, el de baloncesto en la Liga ACB o el Athleo de atletismo de Cieza, vivero de la marcha en España, “Es la suya, sencillamente, una apuesta por el deporte y por el patrocino”, señala un dirigente federativo español. “La UCAM ha encontrado ahí un filón muy rentable. Con el fichaje de Belmonte, por ejemplo, por 80.000 euros, o menos, consiguieron una página de publicidad gratis en todos los periódicos”.
Solo ellos nos ofrecen lo que necesitan los deportistas”, dice el presidente del COE
Según otros observadores, es también, el patrocinio de figuras olímpicas y la apuesta por el deporte, una forma de encontrar justificación social, un paraguas de respetabilidad y excelencia, un escudo frente a las críticas y a las polémicas que acompañaron a la UCAM desde su nacimiento, en 1997. En una comunidad uniprovincial con dos universidades públicas, la de Murcia y la de Cartagena, su irrupción, apoyada firmemente por el Gobierno regional del Partido Popular (el consejero de Presidencia del Gobierno de Ramón Valcárcel, Manuel Campos, ha sido, por ejemplo, director de la escuela de Práctica Jurídica de la UCAM), despertó recelos en las públicas, que vieron cómo ganaba alumnos a gran velocidad la UCAM (cuenta actualmente con unos 10.000), lo que achacan a la facilidad con la que se obtienen allí los títulos. Mendoza contaba además con grandes apoyos en el Vaticano gracias a su amistad con Joseph Ratzinger, el Papa emérito, a quien efectuaba personalmente importantes donaciones (unos 49 millones de euros en 15 años, calculaba el propio Mendoza en una entrevista a este diario), lo que le permitió eludir el control que quería establecer sobre la UCAM la jerarquía eclesiástica española, que no entendía cómo una universidad creada al amparo del concordato con la Santa Sede no estuviera controlada por el obispado sino por una fundación privada, la de San Antonio, propiedad de un laico.
“Para la UCAM el deporte es tan importante que yo diría que se podría considerar como nuestra cuarta pata, junto a la investigación, la docencia y los valores católicos”, dice Juan Manuel Molina, atleta, marchador olímpico (finalista en Atenas y Pekín, bronce en el Mundial de Helsinki 2005), quien a los 33 años es doctor en Ciencias de la Actividad Física (CAF) y profesor en la UCAM. “Soy el primer deportista becado por esta universidad y solo puedo decir cosas buenas. Estoy encantado de formar parte de esta familia desde 1998, desde la primera promoción de mi carrera”.
Otros dicen que el deporte es un escudo frente a las críticas que ha recibido el centro
Molina leyó su tesis doctoral en diciembre de 2011 y se retiró del atletismo poco después al lesionarse y no poder acudir a los Juegos de Londres, y cuenta que la UCAM le dio una oportunidad que cambió su vida. “Me becaron y me patrocinaron con ayudas económicas para competir y gracias a ellos no me tuve que ir a estudiar a Madrid o Barcelona, pues hasta que no hubo UCAM no había la carrera de CAF en Murcia. Y poco después, hace ocho años, también empezaron a patrocinar a mi club, el de Cieza”, dice Molina, quien prácticamente se queda sin palabras a la hora de hablar de Mendoza. “Es un verdadero amante del deporte, un forofo de la historia del deporte, de todos los deportes. Y es, sobre todo, una persona que me ha inculcado lo fundamental, el valor de la humildad y del trabajo”. El gran benefactor.
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