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El Lazio o el racismo interminable

La UEFA cierra dos partidos el estadio Olímpico por los saludos fascistas de sus hinchas El equipo romano, sancionado cuatro veces este curso, jugará sin público con el Sttutgart

Seguidores del Mönchengladbach encienden bengalas en su visita al Olímpico.
Seguidores del Mönchengladbach encienden bengalas en su visita al Olímpico.Ettore Ferrari (EFE)

La UEFA vuelve a sancionar al Lazio, por cuarta vez este curso, por la simbología racista de sus aficionados. En concreto, cierra su estadio al público, el Olímpico de Roma, durante dos partidos como castigo por los saludos fascistas de unos 300 de sus aficionados antes del duelo de dieciseisavos de final de la Liga Europa ante el Borussia Mönchengladbach. El Lazio jugará sin público en la vuelta de los octavos de final de la misma competición ante el Stuttgart, el próximo 14 de marzo. “Es un grave perjuicio económico”, se ha quejado el presidente de club, Claudio Lotito. “No podemos ser sancionados por los errores de unos pocos”. El Lazio recurrirá la sanción, que va acompañada de una multa de 40.000 euros.

La UEFA había enviado a dos de sus hombres a Roma para que siguieran a la hinchada laziale frente al Mönchengladbach. El informe de estos dos enviados ha sido determinante. Al terminar el himno, unos 300 tifosi de la Curva Nord levantaron sus brazos derechos en el saludo fascista. En ese mismo encuentro, las pancartas de la Curva Nord, la grada de extrema derecha, honraba a las víctimas fascistas de la segunda guerra mundial. “Onore ai martiri delle foibe”, en alusión a los fascistas sepultados en las fosas. Los hinchas alemanes introdujeron y encendieron bengalas en el estadio y y tres hinchas fueron apuñalados por ultras locales sin consecuencias graves. El Lazio ya había sido advertido por la UEFA tras los dos encuentros de la fase de grupos ante el Tottenham y el Maribor, este en Eslovenia. Los ultras locales profirieron cánticos antisemitas contra el Tottenham inglés, un club de raíces judías. Y también gritos despectivos hacia los futbolistas negros de los Spurs: Defoe, Lennon y Townsend.

Italia ha mirado con cierta condescendencia la simbología fascista del club romano

En Italia, las simpatías fascistas de la hinchada del Lazio es vista con cierta condescendencia, a pesar de estar su simbología está prohibida por la ley. Hay manga ancha con las alusiones a Mussolini, las banderas con esvásticas y los saludos al estilo nazi, sobre todo si vienen de un referente en el club como Paolo Di Canio, el exdelantero que celebraba los goles brazo en alto.

Europa, sin embargo, lo sanciona una y otra vez. Ya en 2005, el Lazio jugó a puerta cerrada contra los finlandeses del Tampere en la Copa Intertoto. En la campaña precedente de la UEFA, el club fue castigado por los gritos racistas contra los jugadores del Partizán de Belgrado. En 2001, actuó la Federación italiana de fútbol, que clausuró el estadio olímpico tras la exhibición de una pancarta de contenido racista en un derbi frente al Roma. Durante el descanso, los seguidores laziales mostraron un enorme cartel en el que se leía: “Equipo de negros. Tribuna de judíos”. Durante el encuentro, no se ahorraron silbidos racistas Zebina, Cafú y Aldair, los jugadores negros del Roma.

La herencia fascista del Lazio nació el 6 de octubre de 1929, el día que Benito Mussolini se hizo socio del club al pagar 1.000 liras. El Duce contagió el grito de “¡Boia chi molla!” [verdugo el que abandone la lucha] que todavía se escucha en el Olímpico cuando se miden al Roma y al Livorno, simpatizante con el comunismo. Todo eso lo defendió el delantero Giorgio Chinaglia, héroe lazial de 1969 a 1976, fascista redomado. En el derbi romano de 1998, una pancarta rezaba: “Auschwitz es vuestra patria; los hornos, vuestras casas”. En 2000, la grada aplaudía al defensa Mihajlovic, de ideología xenófoba. Y en 2001, cuando el Roma ganó la Liga, se leyó: “Equipo de negros, grada de hebreos”.

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