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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Una cinta, un avión privado y en diferido

En 1983, el director de retransmisiones de TVE, hizo caso a su director de producción, Pepe Carbajo, y el partido Malta-España se pudo grabar y emitirse unas horas después en diferido

Víctor cabecea frente a la defensa de Malta.
Víctor cabecea frente a la defensa de Malta.upi

Finalmente, el director de retransmisiones de TVE, hizo caso a su director de producción, Pepe Carbajo, y el partido Malta-España se pudo grabar y emitirse unas horas después en diferido.

La Isla de Malta, en aquel año 1983, no tenía posibilidad de enlazar con la red de Eurovisión. Tampoco había forma de sacar la señal a través de ningún satélite. El último intento, lo hicimos a través de Corfú (Grecia), pero eran tres saltos y no nos daban garantías de éxito.

Tomada la decisión, hubo que desmontar una PEL, una unidad móvil pequeña. Con cuatro cámaras, dos de sonido, mezclador y grabación. Más realizador, ayudante, productor y comentarista. Y tomar un avión pequeño y directamente a La Valeta.

En 1983, Malta no podía enlazar con Eurovisión y no había cómo sacar la señal por satélite

Salimos por la mañana, el día antes del partido, y por la tarde a la hora del entrenamiento todo estaba montado y probado en el estadio donde al día siguiente, al mediodía, se jugaría el partido Malta-España clasificatorio para la Eurocopa de Francia 84.

El partido arrancó bien, con el gol de Señor para España, pero se complicó al comenzar la segunda parte. Gracias a los posteriores goles de Carrasco y Gordillo victoria para España por 3-2.

Nada más finalizar el encuentro, bajé a la Unidad Móvil y la cinta y el coche que me llevaría al aeropuerto, me aguardaban. Recuerdo que tuvimos algunos problemas en el recorrido, no por el tráfico sino por el mal estado de las carreteras, pero llegué a aeropuerto donde ya me esperaban, a pie de la escalerilla, los pilotos. ¡Un avión privado para mí!

El vuelo fue una gozada, disfruté mucho con los pilotos que me iban contando la ruta. Cuando sobrevolábamos el Mediterráneo, aproximándonos a Barcelona, hicimos el primer contacto por teléfono con Torrespaña para ir calculando la hora de llegada a Barajas y la hora de iniciar la emisión.

Pasado Barcelona, confirmamos, de nuevo, el horario y nos comunicaron que habría un motorista a pie de pista en Barajas para ganar tiempo ante posibles atascos en la entrada a Madrid, por el horario.

Todo transcurrió con normalidad. Bajé del avión con la cinta, el motorista la acomodó y salió de la zona privada del aeropuerto como una bala. Cuando llegué a Torrespaña, acababa de marcar Señor. El uno a cero. Pero el sonido también estaba grabado.

Así se resolvió aquella circunstancia, pero los holandeses, que tenían un contrato muy importante con la televisión y estos con sus patrocinadores —y que más tarde, tanto insistieron en que España había ganado el día del 12-1 y les había dejado fuera de la Eurocopa con trampas (compra de partido, del portero, del árbitro)— nunca mencionan que ellos no fueron a jugar a Malta, que corriendo con “todos los gastos” convencieron a la federación maltesa y a la UEFA para jugar en Aachen (Alemania) a unos 10 kilómetros de la frontera con Holanda y ganar con toda tranquilidad por 0-6. Y fuera de casa y sin complicaciones televisivas.

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