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“Donde no llegaba el portero, estaba César”

Carmelo Cedrún, exportero del Athletic, cree que el punta leonés no fue valorado

Carmelo Cedrún, en 2009.
Carmelo Cedrún, en 2009.SANTOS CIRILO

“Messi tiene una finalización como no la tiene nadie en el mundo, pero César, en aquellos tiempos, era un delantero muy moderno”, recuerda Carmelo Cedrún (Amorebieta, 6-12-1930), portero del Athletic entre 1951 y 1966, “y que ahora se hubiera forrado a marcar goles”. Prevalece en el guardameta el espíritu de amistad con el delantero, más que las veces que tuvieron que eliminarse el uno al otro. “Éramos amigos cuando ambos fuimos jugadores y luego esa amistad se profundizó aún más”, recuerda “porque yo entrené a la Cultural Leonesa a la que hice campeón y entre mis futbolistas estaba un sobrino suyo”.

“Era un delantero fabuloso. Gran rematador y buen cabeceador, una característica en la que competía con Zarra”. Se acuerda Carmelo de una característica especial del delantero leonés: “Tenía un salto espectacular, una capacidad de elevación máxima, y adonde no llegaba el portero, él estaba allí. Tú ya sabías que si no despejabas el centro, César hacía gol”.

Sin embargo, Carmelo reivindica algo más que la figura clásica del nueve en el fútbol de la época. “Es cierto que era un gran cabeceador por su capacidad de salto y de colocación, que iba muy bien por arriba, pero era un delantero que jugaba muy bien y muy rápido por abajo. Sabía moverse por el campo. No solo era un rematador”.

Carmelo Cedrún, que fue portero del Athletic durante 15 temporadas, antes de que le sustituyera Iribar, y luego del Espanyol o del Baltimore en EE UU, solo lamenta que César a pesar de su récord “haya pasado por la historia del fútbol como esos jugadores discretos, de los que no se habla. Creo que no se le ha dado el valor que merecía por sus datos y por su fútbol. Era un goleador nato, tenía velocidad, le pegaba con las dos piernas, sabía sostener la pelota y era un buen cabeceador. ¿Qué mas se le podía pedir?”, sobre todo en un tiempo en que los delanteros centro estaban obligados a responder de una determinada manera a la lógica del juego.

Tenía un salto espectacular, una capacidad de elevación máxima   Carmelo Cedrún

Vista la definición de Carmelo, César tenía algo de Messi, salvo quizás por su capacidad de salto y cabeceo, pero trasladado medio siglo hacia atrás, cuando los nueves eran nueves, obligados a salir en la foto junto al portero rival, como el consejo que le dio a Di Stéfano su primer entrenador en Argentina.

“Messi es un fenómeno, por su juego por su velocidad y por su capacidad de finalización, y además tiene a Xavi, a Iniesta y compañía que le ponen balones magníficos que él casi nunca desaprovecha”, afirma. Aunque no es menos cierto que “César también contaba con futbolistas magníficos como Kubala que quizás le robaron protagonismo en la historia. Ya se sabe que los medios de comunicación, la gente, se fija en determinadas cosas que a veces ocultan a otros futbolistas”.

Aunque reivindica su condición de goleador nato, Carmelo afirma que le marcó “pocos goles. Alguno, sí, pero en aquellos tiempos nosotros éramos un equipo campeón. Y sí, alguno me hizo, pero no muchos”. Seguramente, algún centro al que Carmelo no llegó y allí estaba César.

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