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Cirrus de Aigles y Frankel, caballos con mucho nombre

El primero da la sorpresa en el 'Champions Stakes' y el segundo se confirma como el mejor competidor de Europa del año

La rivalidad franco-británica es una parte esencial de la historia del turf europeo. Incluye no solamente las carreras entre los caballos entrenados a uno y otro lado del canal de La Mancha, sino que se extiende también a otros aspectos, como, por ejemplo, el prestigio de las pruebas cumbre de los respectivos programas. Para los aficionados europeos la prueba cumbre en primavera es el Derby de Epsom, y en otoño, el Arco del Triunfo de Longchamp. Posiblemente, en un intento de competir con el día grande del turf francés, que es también el día de más volumen de apuestas en Europa, las autoridades turfísticas británicas han sacrificado este año algo tan valioso como la tradición: el Champions Stakes, que se corría cada año sobre 2.000 metros, unas semanas después del Arco del Triunfo sobre la recta del hipódromo de Newmarket, se ha desplazado este año a Ascot para hacerlo coincidir con el Queen Elisabeth II Stakes, la gran prueba otoñal británica sobre la milla, que se solía correr en el hipódromo real británico unas semanas antes del Arco. Para muchos puristas del turf, entre los que está Fernando Savater, correr el British Champions con curva y en Ascot en vez de en línea recta y en Newmarket desnaturaliza una de las pruebas más atractivas del calendario europeo. Es, dicen, como si se pretendiese correr el Gran Premio de Madrid en el hipódromo sevillano de Dos Hermanas.

De este poco escrupuloso intento de rivalizar con Francia -fusionando en una sola jornada dos pruebas emblemáticas y haciendo de una de ellas, el Champions, la mejor dotada del calendario británico-, se puede decir que en su pecado ha llevado su penitencia, pues el vencedor ha sido, contra pronóstico, el caballo francés Cirrus des Aigles, al que el excelente jockey francés Christophe Soumillon le dio una monta magistral. Tras una rápida salida de los cajones, le retuvo en la parte trasera del pelotón, para exigirle por fuera en la recta final y -tras una enconada lucha en los últimos 200 metros-, batir con claridad al favorito So you think, el gran caballo australiano de medio fondo que venía de ser cuarto en el Arco. El ganador había también corrido y quedado segundo en uno de los Grupos II teloneros del Arco, en la que posiblemente fue solamente una carrera de preparación. En el Arco no podía participar, pues está reservado a caballos enteros, y Cirrus des Aigles es castrado. El ganador está entrenado por la francesa Corinne Barande-Barbe, en las apuestas mutuas se pagó 12 a uno, y el Champions representa su primera victoria en un Grupo I tras siete intentos.

La victoria de Soumillon sirvió para ilustrar una de las polémicas más encendidas que sacuden actualmente al turf británico. En una decisión que sin duda las sociedades protectoras de animales aplaudirán, los comisarios británicos han introducido recientemente nuevas reglas que restringen aún más la capacidad de los jockeys de estimular a los caballos con la fusta. Reglas ya las había, como la prohibición de levantar el brazo al golpear por encima del hombro, o el número total de golpes que se podían dar. Este número se limita ahora de forma muy estricta a un total de siete golpes en toda la recta final, y cinco en los últimos 200 metros. Soumillon excedió este último número y fue tras su victoria sancionado con una prohibición de montar de cinco días y, lo que puede ser aún más doloroso, se le privó de su porcentaje de las 737.230 libras que correspondían al ganador. Estas nuevas reglas han creado mucha confusión y descontento entre los jockeys británicos, los cuales habían incluso amenazado con una huelga para el lunes 17 de noviembre, luego desconvocada. Por lo menos ahora habrán visto que no sufren discriminación por nacionalidad, pues las reglas se han aplicado con igual rigor a los jockeys franceses que montan en Inglaterra.

La otra gran prueba de la jornada, el Queen Elisabeth II Stakes, sirvió para confirmar a Frankel, caballo de tres años propiedad del príncipe saudí Khalid Abdullah entrenado por Sir Henry Cecil, como el mejor caballo europeo del año, y uno de los mejores especialistas sobre la milla de los últimos tiempos. Frankel está imbatido en sus nueve salidas, cinco de ellas Grupos I, y desde que ganó las 2000 Guineas a principios de mayo ha demostrado siempre una superioridad aplastante sobre todos sus rivales, tanto cuando se ha enfrentado a sus coetáneos de tres años como a los de caballos de más edad. Como ha solido tener a veces un comienzo de carrera demasiado explosivo, el sábado contó en Ascot con un compañero de cuadra, Bullet Train, que salió de liebre e hizo honor a su nombre, imprimiendo desde el principio un ritmo frenético a la carrera. Frankel se limitó a viajar cómodamente en el pelotón, y a falta de 400 metros avanzó fácilmente a la cabeza, tomó el mando y sacó en la meta xuatro cuerpos a Excelebration y siete y medio a Immortal Verse, dos excelentes milleros, ganadores de Grupo I, obviamente desclasados.

Los amantes del turf saben bien que Sir Henry Cecil, uno de los mejores entrenadores británicos de todos tiempos, es un hombre que ha tenido el valor y la determinación para enfrentarse a la adversidad en la vida y superarla. Cuando estaba en la cima de su prestigio, su propietario más importante, el jeque de Dubai Mohamed al Maktoum, le retiró todos los caballos que le había confiado, su matrimonio colapsó tras un escándalo en el que estuvo implicado el jockey con el que tenía contratadas primeras montas, y después de todo ello superó un cáncer y un grave problema de adicción. Hoy es el entrenador en activo que más pruebas clásicas inglesas (Guineas, Oaks, Derby, Saint Leger) ha ganado, y vuelve a estar en la cumbre del turf británico. Es una pena que Cecil, que sin duda tiene la confianza del propietario, no haya querido arriesgar con Frankel a tres años, pues no le ha matriculado este año ni una sola vez por encima de la milla. Eso es algo que reserva para el año que viene, y que todos los aficionados al turf aguardarán con impaciencia. Viene a la mente la leyenda de Brigadier Gerard, un extraordinario millero que en 1971 derrotó en las 2000 Guineas al extraordinario Mill Reef (ganador del Derby, del King George y del Arco de aquel año) y que con cuatro años se impuso, entre otras carreras, en los 2000 metros del Eclipse e incluso en los 2400 del King George. Estas victorias de Brigadier Gerard se consideran una hazaña en los anales del turf y ahora, tras 40 años, vuelve a haber otro candidato con el potencial para repetirlas.

Cirrus de Aigles, en cabeza, campeón de la 'Champions Stakes'.
Cirrus de Aigles, en cabeza, campeón de la 'Champions Stakes'.EDDIE KEOGH (REUTERS)

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