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"Nos jugamos entrar en la historia"

La selección española se conjura para repetir el oro en el Eurobasket y ser recordado como un equipo de leyenda

España está una vez más a las puertas de la historia. Solo Lituania, en 1937 y 1939, en las primeras ediciones del campeonato, y luego dos equipos de leyenda, la URSS y Yugoslavia, han conseguido repetir el oro en un Europeo. La selección española lucha ahora para entrar en el panteón de los elegidos. "Somos los campeones vigentes. Tenemos que ir a defender con uñas y dientes un título que nos costó muchísimo ganar hace dos años, que conllevaría entrar en la historia del baloncesto europeo y daría a estos jugadores una dimensión épica. Muy pocos han tenido esta oportunidad", explica el seleccionador, Sergio Scariolo. "Si ganamos, será nuestra gran confirmación. No nos conformamos nunca, perseguimos otro oro europeo", añade Pau Gasol.

España llega con las pilas puestas. Enfrente, sin embargo, se levanta una gran selección, la Francia de Tony Parker y Joakim Noah, un conjunto atlético y poderoso. Si España busca la confirmación de su hegemonía en el baloncesto europeo, Francia persigue saldar una deuda eterna. Pese a ser la selección con más participaciones en el torneo, solo suma una lejanísima plata, en 1949, y cinco bronces, y esta es su primera final en 62 años. Las sucesivas generaciones francesas han naufragado una tras otra. Ahora Parker y compañía anhelan la redención. "Atléticamente tienen más movilidad que nosotros, pero no creo que el tema físico sea determinante. Es importante desconectar a Parker. Si le cortas la cabeza a la serpiente, la cola no sabe dónde va. Basan mucho su juego en Parker, lleva mucho la pelota. Hay que presionarle mucho, como hicimos hace dos años en Polonia", analiza Pau. "Por formación, por estructura, a nivel físico y atlético, son los mejores que están aquí, sin ninguna duda, y con mucha diferencia respecto al segundo. Nuestros recursos tienen que ser otros: la calidad técnica, la cohesión del equipo, el llevar a cabo un planteamiento coherente, poder tener durante el partido recursos para cambiarlos si no funcionan, el gran corazón y mentalidad de unos cuantos de nuestros jugadores... Esas deben ser nuestras armas", explica Scariolo.

España se aferra además al gran momento de Navarro, en estado de gracia en los dos últimos partidos, con 35 puntos en la semifinal contra Macedonia. "Da tranquilidad que esté como esté", dice Pau. "Si puede estar como en los dos últimos partidos, será una gran amenaza exterior. Y si Rudy está un poco más entonado, el juego se abre para los interiores, para Marc y para mí, y entonces somos muy difíciles de parar porque podemos atacar desde muchos ángulos diferentes. Eso es difícil de encontrar en un equipo". "Lo que hizo Juan Carlos ante Macedonia fue una demostración de máquina anotadora que jamás se ha visto: cómo se tiene que anotar, con la izquierda, con la derecha, tras bote... Cuando las cosas están peores, él ve el aro como una piscina. Si no es Dios, como dijo un día Bird de Jordan, se acerca a Jesucristo", se rinde Ricky Rubio, que en Polonia, hace dos años, ya se las vio con Tony Parker y firmó un gran marcaje: "Es difícil que no tenga el día. Pero si conseguimos parar sus penetraciones y que no controle tanto el partido, tenemos mucho ganado".

España cuenta las horas para la gran final. Y mientras, sigue sumando elogios y premios. Este mediodía, el Secretario de Estado para el Deporte, Albert Soler, ha anunciado que la Federación Española de Baloncesto recibirá la Placa de Oro al Mérito Deportivo por parte del Consejo Superior de Deportes.

Juan Carlos Navarro entra a canasta ante el macedonio Vojdan Stojanovski.
Juan Carlos Navarro entra a canasta ante el macedonio Vojdan Stojanovski.JOE KLAMAR (AFP)

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