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La Pulga es insaciable

Messi suma 184 goles y 17 títulos desde su debut en 2003 en un amistoso contra el Oporto

El mejor jugador de Europa de la pasada temporada, según la UEFA, sentenció el partido que encumbró al mejor equipo del año en el Viejo Continente. Leo Messi, que debutó como azulgrana el 16 de noviembre de 2003, a los 16 años, precisamente contra el Oporto en un partido amistoso organizado para la inauguración del nuevo estadio de Los Dragones, sublimó ayer su trascendencia convirtiendo al Barcelona en el equipo más laureado de Europa.

La Pulga es insaciable. Con el título de ayer Messi ha conseguido cinco Ligas, tres Copas de Europa, cinco Supercopas de España, una Copa del Rey, un Mundial de clubes y dos Supercopas de Europa: 17 títulos que marcan un antes y un después en la historia del club.

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Con el de ayer, además, lleva 184 goles con la camiseta del Barça, repartidos entre los 119 que ha marcado en la Liga, 17 en la Copa del Rey, ocho en la Supercopa española, 37 en la Champions y dos más en el Mundial de clubes. A la tercera, Messi se estrenó en la Supercopa de Europa, final que había jugado dos veces sin acierto ante el gol.

El argentino, que nunca juega mal, jugó ayer muy bien. Buscó su espacio, tocó, regateó y marcó. Nada distinto a lo que viene haciendo desde que cambió las chanclas por las botas: suma cuatro goles en los tres partidos oficiales que ha disputado este curso.

Ayer, al principio, ni se le vio por culpa de las bengalas que encendieron decenas de Boixos Nois, los seguidores radicales del Barcelona, que no aparecen por el Camp Nou, pero son habituales en Montecarlo. Una vez más, su actitud le va a salir cara al club porque la UEFA le multará por esa actitud.

Durante un buen rato, en el primer tramo del partido, cuando el balón fue del Oporto, Messi no tuvo demasiada ocasión de dejarse ver y apenas tocó dos pelotas en los primeros 10 minutos. Tan pronto el balón cayó en pies amigos, Messi dejó claro quien es.

La primera vez que encaró a la defensa blanquiazul, en el minuto 11, puso el turbo, buscó a Pedro y no fue gol, fue córner, pero por muy poco. En el 27, Otamendi le rompió la bota al dejarle un pie de regalo y con la bota rota se fue de dos y el pase posterior a Villa no lo recibió El Guaje por los pelos. En el 38, se equivocó Guarín y Messi no le perdonó la invitación: fintó, salió por la izquierda y, a puerta vacía, un tanto escorado, batió sin remisión a Helton.

Según los datos de la UEFA, Messi fue el jugador que menos metros recorrió en todo el partido. Ni falta que le hace. Leo entiende el juego y corre cuando toca para hacer lo que se le pide: marcar las diferencias, dar sentido a las paradas de Valdés, a los cruces de Mascherano, la paciencia de Xavi, el control de Iniesta ?elegido mejor jugador del partido, con razón?, el esfuerzo de Pedro, al talento de Cesc. el último en llegar a un equipo que ayer volvió a hacer historia. "Con Messi tenemos una ventaja. Le quedó una y abrimos el partido. Otra vez nos dio mucho", reconoció después Mascherano.

Messi también participó determinantemente en la jugada del segundo gol al mandar el balón por encima de la cabeza de los centrales para la llegada de Cesc, que paró la pelota con el pecho y fusiló al portero. Un gol gestado hace años en La Masía cuando ambos coincidieron en el cadete a las órdenes de Tito Vilanova.

Messi en un momento del partido ante el central del Oporto Rolando.
Messi en un momento del partido ante el central del Oporto Rolando.GUILLAUME HORCAJUELO (EFE)

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