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Vidorreta rinde a Ivanovic

El Alicante apaliza al Caja Laboral, Bizkaia BB gana y Lagun Aro pierde

Un flojo Caja Laboral sorprendió a propios y extraños al rendirse ante la intensidad del Meridiano (88-68), inmerso en la intensa cruzada del que se desvive por escapar del descenso. El conjunto alicantino se metió en el bolsillo el partido ante los vitorianos aprovechando la blanda defensa que airearon en los dos primeros cuartos y tirando del empuje que siempre va ligado a la necesidad. Y es que el de ayer fue un importante triunfo práctico y moral para los de Txus Vidorreta, que supieron marcar distancias y objetivos desde el arranque del encuentro. El conjunto alicantino exhibió unos altísimos porcentajes en el lanzamiento mientras Batista volvía a ser el protagonista en la cancha gracias a su nivel de anotación. El Caja Laboral aguantó el tipo y la esperanza gracias a él en demasiadas ocasiones. Cerrados a cal y canto, el segundo cuarto fue para el Meridiano que sumó una ventaja de 20 puntos a base de esfuerzo y sangre fría. En las filas vitorianas faltaba cemento, cohesión, y pese a que mejoró su estrategia defensiva, el partido fue, por derecho, para el equipo de Txus Vidorreta y, en especial, para Doellman y Hasbrouck.

El Bizkaia Bilbao Basket y el Assignia Manresa, por su parte, protagonizaron un arranque de partido descoordinado y tan desbaratado que tuvo que pasar casi la mitad del primer cuarto para que comenzaran las anotaciones encadenadas tras un triple solitario de Grimau. Una vez metidos en harina, en parte gracias a la entrada de Banic, los de Katsikaris no se encontraron con demasiados problemas para deshacerse de los catalanes, desacertados en el tiro y con escasas ideas en el juego. La amenaza de Grimau y Slokar estaban, como se esperaba, ahí pero el excelente San Miguel ofreció una imagen pobre. No se le temió en el contraataque ni en el juego estático, fue mucho más dócil de lo previsto. A los de Ponsarnau les llegó a costar encontrar buenas posiciones de lanzamiento y el descalabro fue inevitable ante la solidez de Mumbrú.

El Lagun Aro sufrió sin llegar a vislumbrar la manera de contener a un Fuenlabrada arrollador. Guardia y Cortaberría hicieron estragos en los instantes iniciales para amasar renta suficiente para desquiciar a los guipuzcoanos y obligarles a entrar en una dinámica de experimentos que no dio resultado. Asaeteados por todas partes, los de Pablo Laso, maniatados, se limitaban a observar el buen hacer de Salva Guardia, Biyombo y Gustavo Ayón, convertidos en máquinas imparables. Los jugadores de Salva Maldonado supieron encontrar muy rápido los puntos débiles de los donostiarras y explotar a fondo sus propias fortalezas. La combinación no pudo salir mejor y el Lagun Aro sigue en caída libre.

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