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‘Suzume’ devuelve el anime a la Berlinale dos décadas después del triunfo de ‘El viaje de Chihiro’

El festival alemán, el único de los grandes certámenes en el que ha ganado una película de animación, se vuelca con este formato programando dos filmes de dibujos en la competición

Una imagen de 'Suzume'.
Gregorio Belinchón

En 2002 El viaje de Chihiro, de Hayao Miyazaki, se convirtió en la primera película de animación en ganar un festival de clase A con su Oso de Oro de aquella Berlinale. Lo hizo ex aequo, junto a Bloody Sunday, de Paul Greengrass, pero la gloria se la llevó el maestro japonés. Conocido por un pequeño grupo de fieles, de repente su audiencia se multiplicó, ganó el Oscar en su categoría y desde ese momento casi todos los grandes festivales del mundo empezaron a incluir filmes animados, especialmente de anime, en sus secciones a concurso. No todos: han tenido que pasar 21 años para que el certmen alemán programara otro anime en su competición. El testigo lo ha heredado Suzume, de Makoto Shinkai, en un día, este jueves, en el que también se proyectó otro título de animación, el chino Art College 1994, de Liu Jian, que ya había concursado en la Berlinale de 2017 con la espléndida Have A Nice Day.

El hilo que une a Miyazaki con Shinkai es poderoso. El segundo ha rendido homenaje al primero de varias maneras en la Berlinale. El discípulo siempre alaba al maestro. Cuando se estrenó Your Name en 2016, se convirtió en la segunda película japonesa más taquillera de su historia... detrás de El viaje de Chihiro. Recaudó 233 millones de dólares en su país, pero fuera ganó otros 332 millones, y en taquilla mundial sí superó al drama de Miyazaki. “Yo estaba empezando mi carrera en la animación cuando vi Chihiro. La idea de que la animación japonesa pudiera alcanzar aquel nivel de notoriedad fue increíble y nunca pensé que yo estaría en ese mismo rango. Que hoy concurse yo en Berlín dos décadas después de Miyazaki solo puede hacerme sentir profundamente honrado”, contaba Shinkai a la prensa en Alemania. Más aún, en Suzume los dos protagonistas viajan a través de Japón, en un constante cambio de escenarios como también realizaba Miyazaki en El castillo en el cielo. Aunque en el caso de Suzume, las poblaciones sean todas reales. Eso sí, la primera ciudad que aparece es la considerada la cuna de Japón, que se encuentra en la isla de Kyushu y se llama —casualidades de la vida que no lo parecen tanto en el guion— Miyazaki.

La actriz Nanoka Hara, que pone voz a Suzume, y el director Makoto Shinkai entran en la alfombra roja de la Berlinale con la silla que acompaña a la protagonista.
La actriz Nanoka Hara, que pone voz a Suzume, y el director Makoto Shinkai entran en la alfombra roja de la Berlinale con la silla que acompaña a la protagonista.HANNIBAL HANSCHKE (EFE)

Con Suzume —que se estrena en España el 14 de abril— , Shinkai llega a su séptimo largometraje. El tiempo contigo (2019) no dejó tan buen sabor de boca como este último, otro de sus viajes fantásticos arrebatados con adolescentes protagonistas. En este caso, es la chica de 16 años cuyo nombre da título al filme y que vive con su tía desde el terrible terremoto y tsunami del 11 de marzo de 2011 que provocó 16.000 muertos y la crisis de la central nuclear de Fukushima. En la actualidad, cruza sus pasos con un veinteañero, Sota, que le pregunta por unas ruinas. Le sigue a escondidas y descubre que se dedica a cerrar puertas mágicas por las que asoman unos gusanos gigantescos de fuego, plasmación animada de lo que serían las ondas sísmicas. Desde hace generaciones, la familia de Sota lucha por impedir terremotos y prevenir desastres. Una maldición hace que el chaval acabe encerrado en una silla infantil de tres patas, el único recuerdo físico que le queda a Suzume de su madre, y la pareja viaja por las islas japonesas en una carrera desaforada contra un gato que abre esos portales cósmicos.

Sota y Suzume, la pareja protagonista del nuevo filme de Makoto Shinkai.
Sota y Suzume, la pareja protagonista del nuevo filme de Makoto Shinkai.

Así, los trazos hiperrealistas de Shinkai conviven con su pasión por la fantasía. “Casi todos los animes, bien sean series o películas, se basan en mangas [la película más taquillera en la historia de Japón, Guardianes de la noche - Kimetsu no Yaiba - La película: Tren Infinito, de 2020, siguió ese recorrido]. Miyazaki suele usar historias propias, y yo también: prefiero ideas originales. Me preocupa que los jóvenes creadores que apuestan también por no adaptar material previo estén teniendo tan poco eco en mi país y en el resto del mundo”, comenta el cineasta.

Los dos amigos protagonistas de 'Art College 1994'

Tras el estreno de Suzume en Japón, Shinkai se dio cuenta de que sus últimos tres filmes se podían considerar una trilogía y que había llegado el momento de variar el rumbo. “Lo que ocurre es que por ahora no tengo ni una idea. Y tardaré, porque me toca antes promocionar Suzume por todo el mundo”, confiesa. Visto cómo ha sido recibida Suzume en la capital alemana, con grandes aplausos y críticas muy a favor de la película, el viaje será placentero.

Liu Jian posa delante de los fotógrafos antes de la rueda de prensa de 'Art College 1994'.
Liu Jian posa delante de los fotógrafos antes de la rueda de prensa de 'Art College 1994'. HANNIBAL HANSCHKE (EFE)

Justo lo contrario que Art College 1994. Cuando en 2017 se estrenó en la Berlinale el segundo largometraje del chino Liu Jian, un sangriento thriller titulado Have A Nice Day, los comentarios fueron absolutamente elogiosos y muchos críticos echaron menos este título en el palmarés. Así que la proyección de su siguiente trabajo atraía un enorme interés, que se ha venido abajo por lo plúmbeo de la propuesta de Jian.

El cuarto de los estudiantes de 'Art College 1994'
El cuarto de los estudiantes de 'Art College 1994'

Art College 1994 se inspira en los años de aprendizaje del cineasta y retrata las discusiones sobre tradición y modernidad, arte y filosofía, de un grupo de estudiantes de la Academia de Arte del Sudeste de China. Ante la prensa, su autor ha explicado: “Fueron años en los que, llenos de esperanza e ideales, vivíamos apasionadamente la creación artística. A la vez, la sociedad se estaba transformando de manera agigantada y todo emanaba esperanza”. El cineasta recuerda “las discusiones sobre dilemas morales y artísticos, sobre los objetivos creativas que aspirábamos alcanzar”. Y que en la película espera haber podido reflejar su sensación de habitar “en los años noventa al mismo tiempo un mundo real, el de las clases, y surreal, el artístico”.

Por desgracia, las conversaciones que deberían ser el motor narrativo lastran por cansancio y devienen en el freno de una trama a la que faltan sacudidas. La animación hereda aquella misma línea clara fascinante de Have A Nice Day, pero todo lo sorprendente que explotaba en aquel thriller se ha convertido en monotonía y planos plúmbeos, en chicos que hablan sin hacer nada en Art College 1994.


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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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