Teatro de guardia... ¿dígame?

Ante las restricciones sanitarias, el Festival de Otoño de Madrid pone a 24 conocidos intérpretes al teléfono para compartir recitados de textos dramáticos o poemas con un único oyente

De izquierda a derecha, María Hervás, Javier Cámara, Fran Perea, Aitana Sánchez-Gijón, Israel Elejalde, Alberto Conejero, Alberto Sanjuan, Ana Belén Santiago y Ángela Ibañez, en el Teatro Del Barrio.Julian Rojas (EL PAÍS)

—Hola, soy Aitana Sánchez-Gijón y te voy a decir un fragmento del espectáculo Juana con el que estoy ahora de gira: “Mi única salvación es la alegría…”.

—Hola, soy Israel Elejalde y voy a leer un fragmento de un poema de Luis Cernuda: “Si el hombre pudiera decir lo que ama…”.

“Hola, soy Javier Cámara...”. “Hola, Soy María Hervás…”. “Hola, soy Alberto San Juan...”. El ...

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—Hola, soy Aitana Sánchez-Gijón y te voy a decir un fragmento del espectáculo Juana con el que estoy ahora de gira: “Mi única salvación es la alegría…”.

—Hola, soy Israel Elejalde y voy a leer un fragmento de un poema de Luis Cernuda: “Si el hombre pudiera decir lo que ama…”.

“Hola, soy Javier Cámara...”. “Hola, Soy María Hervás…”. “Hola, soy Alberto San Juan...”. El Festival de Otoño y el Teatro del Barrio de Madrid han ideado en tiempos de pandemia Teatro de guardia, en la que 24 actores y actrices recitan poemas o textos dramáticos a través del teléfono en un íntimo encuentro con un oyente único, a lo largo de los 18 días que dura el certamen (del 12 al 29 de noviembre). En total, se aceptarán 92 llamadas telefónicas (cuatro cada intérprete). Cuatro de ellas serán en formato de videollamada, las que corresponden a la actriz sorda Ángela Ibáñez, que interpretará en la lengua de signos el final de La casa de Bernarda Alba. La pretensión del Festival de Otoño, que por primera vez dirige el dramaturgo y poeta Alberto Conejero, es que la mitad de estos encuentros, de 15 minutos de duración y gratuitos, sea con personal sanitario, hospitalizados o personas mayores. Las entradas se pueden reservar en la página web del Teatro del Barrio.

María Hervás.

“Es un acto simbólico, pero de gran significado. Muy hermoso. Es una manera de mantener viva esa llama de la resistencia, de que se vea que seguimos contando historias sea como sea y en cualquier circunstancia”, explica Aitana Sánchez Gijón. “No habrá escenario ni contacto visual. Todo se jugará con la palabra y la imaginación”, añade Alberto San Juan durante el encuentro organizado por este periódico. Fue en el Teatro del Barrio y reunió a algunos de los participantes. Se guardaron las distancias de seguridad y solo se quitaron las mascarillas en el momento del disparo del fotógrafo. Hacía tiempo que muchos de ellos no se veían las caras y se notó la alegría. “No vas a volver a reunir a un elenco así nunca, Conejero”, ironizaba divertido Javier Cámara. El aludido asentía, después de meses de enorme incertidumbre y cancelaciones y cambios en la programación del festival.

Israle Elejalde.

La idea de Teatro de guardia la tenía Conejero desde que conoció este formato organizado por el Grec de Barcelona en torno a la poesía. Tras las últimas suspensiones, y con el apoyo del Teatro del Barrio y de su directora artística, Ana Belén Santiago, se lanzaron a la aventura. “El proyecto habla de la capacidad de supervivencia del teatro y de cómo encontrar los cauces para que las personas compartan un fragmento de belleza poética”, asegura Conejero. Blanca Portillo, Pepe Viyuela, Luis Bermejo, Emma Suárez, María Pujalte, Víctor Clavijo, Ana Fernández, Alba Flores, Miguel Rellán, además de Aitana Sánchez-Gijón, Israel Elejalde, María Hervás, Alberto San Juan o Ángela Ibáñez son algunos de los intérpretes que leerán sus textos. “Esto tiene voluntad de proximidad, de vecindario, de no dejar de contar historias. Algo tan sencillo como una llamada telefónica se convierte en un vehículo para generar una energía que también sucede en una sala de teatro”, explica Ana Belén Santiago, que espera que se abra así “una grieta de alegría” en estos meses oscuros.

Aitana Sánchez-Gijón.

A los oyentes, que no sabrán de antemano quien estará al otro lado del teléfono, se les abrirá un universo literario y poético diverso. Escucharán a Lorca, Shakespeare, Cernuda, también textos cómicos y del Siglo de Oro y otros escritos especialmente para la ocasión, como Luis Bermejo que, junto a la autora Ainhoa Goñi, está preparando cuatro relatos para “esta maravillosa aventura telefónica”, que van desde uno sobre la memoria histórica hasta un cuento misterioso de un tipo que se enamora de un limón. Hay intérpretes que enseguida lo tuvieron claro, como Aitana Sánchez-Gijón que, “poseída por las Juanas” de la obra que está de gira por España, tiene la sensación de que en cualquier momento esa función que representa puede ser la última. “Me produce vértigo esta nueva experiencia. No compartiremos el espacio, pero sí el momento. La voz y el texto nos unirá en la misma emoción”, asegura la actriz. Israel Elejalde dividirá su tiempo entre el poema de Luis Cernuda Si el hombre pudiera decir lo que ama y el monólogo de Hamlet de “Ser o no ser”. “Son dos textos emblemáticos que han marcado mi vida. Hamlet es uno de los montajes que recuerdo con más cariño de mi carrera, y el poema de Cernuda lo interpreté con José Luis Gómez cuando era muy joven y luego lo introdujimos en la función de Misántropo”, explica.

Alberto San Juan.

Fran Perea, Pepe Viyuela o Javier Cámara, que han pedido a Alberto Conejero que les aconseje en la elección de los textos, tienen claro que ese encuentro hará volar la imaginación del oyente y contribuirá a aliviar, de alguna manera, esta rutina tediosa a la que nos ha abocado el coronavirus. “El teatro estará así presente en la vida de las personas”, asegura Perea, mientras que Viyuela destaca que es el momento de arrimar el hombro para mitigar el dolor de los otros. Lorca es la elección de la actriz Alba Flores, que leerá el parlamento del inicio de Comedia sin título –"habla mucho del sentido del teatro en tiempos de agitación política y social"- y también de Alberto San Juan, con una parte de la conferencia que dio el poeta a su vuelta de Cuba y Nueva York –"trata de una convivencia imposible del ser humano con el mundo industrial y capitalista"-. Por su parte, María Hervás (que triunfó hace un año con Jauría, sobre el juicio de La manada), ha optado por el poema de Ósip Mandelshtam Y estuve vivo, pues, afirma, tiene muy presente el sufrimiento de las personas mayores con la pandemia.

‘La casa de Bernarda Alba’, en lengua de signos

Ángela Ibáñez es una actriz sorda, nacida en Madrid hace 33 años y que vive desde hace un tiempo en París. Su participación en 'Teatro de guardia' será a través de videollamadas con personas sordas, en las que interpretará el final del texto de 'La casa de Bernarda Alba', de Federico García Lorca, la parte del enfrentamiento de las dos hermanas Adela y Martirio. Con esta obra subió por primera vez a un escenario, interpretando en lengua de signos a Adela. “Es un texto muy inspirador, pues vivimos en una constante observación sobre quiénes somos, quiénes podemos llegar a ser o cómo debemos de ser, que nos olvidamos de lo que de verdad queremos y perdemos nuestra capacidad de escucharnos”, asegura por correo electrónico esta actriz, que estos días trabaja en la función 'Tribus', que se representa en el Teatro Valle Inclán, de Madrid. “Me hace especial ilusión participar en esta iniciativa que incluye a las personas sordas. La pandemia ha contribuido a aumentar aún más su aislamiento e incomunicación. Con las mascarillas no hay manera de interrelacionarse. Este proyecto les permitirá acercarse a la cultura en igualdad de condiciones”, dice la intérprete y añade: “La sociedad espera que yo hable como los oyentes y no respeta las diferencias que por el hecho de ser sorda las hay”.


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