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Las 3.800 fotos halladas en la basura ya tienen firma

Los negativos recuperados en 2005 en Mallorca son obra de Joaquín Tusquets, un químico y empresario de Barcelona

Cristian Segura
Un joven Joaquín Tusquets montando en una moto.
Un joven Joaquín Tusquets montando en una moto.ARCHIVO FAMILIAR

Los domingos de Joaquín Tusquets De Cabirol eran días para dedicarse a la fotografía o al golf. “En casa no se le daba especial importancia a lo de las fotos. Era un hobby de mi padre, como sus partidas en el club de golf de Sant Cugat”, explica su hijo Joaquín Tusquets Gras. Varios aficionados a la fotografía desenterraron el pasado fin de semana en las redes sociales la existencia de 3.800 fotografías, datadas entre los años cuarenta y setenta del siglo pasado y halladas en 2005 en un contenedor de Palma de Mallorca. Son fotografías de gran calidad y valor histórico, según los expertos del Museu Marítim de Barcelona (MMB), institución que está negociando su adquisición.

La autoría de las fotos ha sido anónima hasta hoy: la familia Tusquets confirma a EL PAÍS que corresponden a la obra de su padre. Un retrato de la colección es el de su madre, Rosa Gras, tumbada en la playa. En otra instantánea aparece Joaquín Tusquets Gras de niño, jugando, y con un nombre escrito en el dorso del sobre que la guarda: “Joaquinito”. “Así me llamaban de pequeño”, dice, emocionado, el primogénito del fotógrafo.

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FOTOGALERÍA | Una selección de las fotografías de Joaquín Tusquets

La primera pista de la identidad del autor de las fotografías la dio en 2005 en este diario el periodista Andreu Manresa: en uno de los sobres con los negativos aparecía un apellido, “Sr. Tusquets”. “Era uno de los cinco únicos sobres que el autor llevó a revelar a un laboratorio, porque la gran mayoría, unos trescientos, los había revelado él mismo”, afirma Toni Amengual, el coleccionista que descubrió aquel tesoro hace quince años.

Amengual, antiguo asistente del pintor Miquel Barceló, recuerda que frente a una tienda en reformas dejaron tirada en un contenedor una caja de zapatos y, dentro de ella, unos negativos sin autor identificado. Los hijos de Tusquets no saben cómo pudo llegar el archivo a Palma, aunque creen que pueden descubrirlo. “Estamos recabando información”, dice Enrique Tusquets, el hijo menor.

Imagen tomada por Joaquín Tusquets Cabirol, tomada en Andalucía en 1957.
Imagen tomada por Joaquín Tusquets Cabirol, tomada en Andalucía en 1957.Colección T. Amengual

Enrique era el único de los tres hijos que le acompañó en múltiples “excursiones fotográficas” de fin de semana –así las llamaba Joaquín Tusquets. Recuerda de forma especial una visita al zoológico de Barcelona y otras a carreras de bólidos en Montjuic y en Vallvidrera. “Mi padre no concebía ninguna salida de ocio sin su cámara”, añade Joaquín hijo. En la residencia familiar tenía el laboratorio de revelado y estanterías repletas de distinciones de campeonatos de fotografía amateur en los que participaba a través de la Agrupación Fotográfica de Cataluña. Enrique guarda en su domicilio varias de las cámaras con las que tomó las imágenes, además de unas quinientas fotografías, entre copias y negativos.

Una obsesión

Durante un año, de forma obsesiva, Toni Amengual se dedicó a digitalizar aquella colección, incluso instaló en su casa una mesa de luz para analizar cada detalle: eran sobre todo fotografías pictorialistas, escenas de municipios de Cataluña, también de Madrid, París, Sevilla y Marruecos. Ninguna era de las Islas Baleares y muchas de Barcelona, por lo que Amengual dedujo que su creador era oriundo de la capital catalana.

Fueron en especial las imágenes del puerto y de la costa de Barcelona las que despertaron el interés del MMB para adquirir la colección. Hubo un primer intento en 2018, pero el precio que pedía Amengual era demasiado elevado para el presupuesto del museo.

Los contactos entre el coleccionista y el MMB se reiniciaron el pasado sábado, cuando las fotografías fueron redescubiertas a partir de que Amengual publicara en su cuenta de Facebook algunas de las instantáneas, indicando que pese al paso de los años, todavía no se había identificado al artista.

Tres amantes de la fotografía se hicieron eco de ello y las difundieron en Facebook, Twitter e Instagram. La notoriedad que recibieron volvió a aproximar al MMB y a Amengual. Silvia Dahl, conservadora de fotografía del MMB, resalta que el archivo de Tusquets es importante por su calidad y porque aporta imágenes del Puerto de Barcelona y del tráfico de barcos de los años de la postguerra y de los años cincuenta, unas décadas de las que el museo conoce pocos testimonios gráficos.

El Moll de la Fusta, de Barcelona, visto por Joaquín Tusquets.
El Moll de la Fusta, de Barcelona, visto por Joaquín Tusquets.Colección T. Amengual

Joaquín Tusquets De Cabirol nació en 1904 y falleció en 1979 en Barcelona a los 75 años. Era perito químico y copropietario de una fábrica de química industrial. Dos de sus hermanos tuvieron un destacado papel en el mundo cultural de Cataluña: Nilo Tusquets De Cabirol fue un reconocido arquitecto y Luis Tusquets De Cabirol fue un importante bibliófilo del que la Biblioteca de Cataluña adquirió una colección de 11.600 volúmenes de literatura romántica y prerromántica de los siglos XVIII y XIX.

Los hijos de Joaquín Tusquets subrayan que lo decisivo para ellos es “el valor sentimental”, que se reconozca la identidad de su padre como autor del trabajo. Enrique asegura que en el pasado ya había intentado organizar una exposición con el legado que conserva de Joaquín Tusquets De Cabirol, pero que ninguna galería se mostró interesada en el proyecto. Siempre quiso saber qué se había hecho con la mayor parte de los revelados de su padre. Solucionado esta parte del entuerto, ahora solo queda resolver cómo llegó el archivo a un contenedor de Palma de Mallorca.

Antiguo Bar Montseny, en el barrio de Gràcia de Barcelona. Foto de Joaquín Tusquets de 1955.
Antiguo Bar Montseny, en el barrio de Gràcia de Barcelona. Foto de Joaquín Tusquets de 1955.Colección T. Amengual


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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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