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La sanación y el realismo mágico de Haití, siete años después del terremoto

La película ‘Haití mi amor’, de Guetty Felin, continúa su recorrido por salas de cine internacionales

Andrés Rodríguez
Fotograma de la película 'Haití mi amor'.
Fotograma de la película 'Haití mi amor'.

Hace siete años la tierra tembló en Haití. Un terremoto de 30 segundos y de siete grados de magnitud en la escala de Richter mató a más de 300.000 personas y dejó sin un hogar a más de un millón y medio en ese país. La directora Guetty Felin, oriunda de la nación insular, visitó el lugar después del sismo. Ahí presenció cómo sus compatriotas estaban lidiando con el desastre, algo totalmente diferente de lo que mostraban los medios de comunicación. Vio confusión, esperanza, alegría, risas, llanto, desolación. Sintió la “culpabilidad del superviviente”, por lo que se ofreció como voluntaria para ayudar. Estar ahí con su gente, le hizo sentir que su tierra iba a sobrevivir y podía sanar. Cinco años después nació Haití mi amor, un filme que habla sobre salir adelante y apela a elementos del realismo mágico.

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El tercer largometraje de la directora haitiana fue estrenado originalmente en 2016 en el Festival de Cine de Toronto. Ganó el premio a Mejor Película y Mejor Dirección de Fotografía en los festivales BlackStar –enfocado en las tradiciones visuales y narrativas de la diáspora africana y de las comunidades indígenas globales- e Internacional de Cine de América –en Pachuca, Hidalgo-, respectivamente. Ahora continúa su recorrido por festivales, mientras espera conseguir la distribución en EE UU y Francia. “Las películas de autor hechas por mujeres negras no son necesariamente grandes éxitos comerciales, pero creo que tiene una audiencia, creo que los distribuidores necesitan ser atrevidos y pensar fuera de la caja”, afirma la directora vía Skype.

Quizá el logro más importante de la cinta en 2017 fue ser elegida por Haití como candidata a Mejor Película Extranjera de los Premios Oscar. Fue la primera vez que la nación insular presentó una postulación a los galardones de Hollywood. La película de Felin no logró meterse entre los cinco finalistas, pero solo el anuncio alegró a la gente de la isla. “Estaba feliz solo porque el filme existía y estaba entrando a festivales. Feliz porque que estaba conmoviendo a las audiencias, pero nunca pensé que podía ser la candidata de mi país a un premio tan importante”, dice Felin.

Las historias que componen a Haití mi amor llegaron a Felin naturalmente. Dice que las imágenes y las ideas vienen a ella y la “poseen” hasta que las lleva a cabo. Fue así que los relatos de un adolescente, de duelo por la muerte de su padre, que obtiene un superpoder; el de un viejo pescador que se da cuenta de que la cura para su esposa está en el mar y el de una musa que lucha por salir de la historia que escribe su autor, se unen en una narración neorrealista. “Quería que sea como una especie de realismo mágico, porque soy una gran seguidora de Gabriel García Márquez. Me encanta su voz, su visión. Su mundo es para mí es el nuestro del mismo modo. Es el terreno del Caribe latinoamericano, con estas culturas fabricadas en el nuevo mundo”, precisa Felin.

Agradecimiento a Jonathan Demme

La película tenía que ser de inicio un trabajo antológico, un proyecto con diferentes directores del mundo. Muchos se subieron al proyecto, hasta que Haití perdió “su momentum”, dice la directora. Cree que solo se habla de su país y otras naciones similares cuando hay desastres. Vio a la gente que se había comprometido a trabajar con ella seguir hacia otra catástrofe, sin importarle más. El proyecto se encogió y la directora decidió llevarlo a una comunidad donde sabía que sería bienvenida, donde las historias fueran dictadas por el espacio mismo.

Para Felin era importante que los papeles en la película fueran interpretados por la gente del lugar. Quería lograr un balance entre la existencia real de las personas y lo que fabricaba en la ficción. “Haití mi amor fue inspirado por la gracia, belleza y dignidad con la que mis compatriotas están sobreviviendo este desastre que los golpeó”, añade la directora.

Dos personas fundamentales para la realización de Haití mi amor, según Felin, fueron Mira Nair, su productora ejecutiva, una mujer que logra que las cosas se realicen, “ninguna tarea es demasiado grande para ella”. El otro fue el fallecido director Jonathan Demme, ganador del Oscar por El silencio de los inocentes. El también guionista de Nueva York donó a la campaña de crowdfunding del filme y apoyó con notas de aliento a Felin durante todo el proceso. “Me hubiera gustado que él haya podido ver la versión final de la película, creo que hubiera estado muy orgulloso. Le quedo muy agradecida, porque fue un gran defensor de Haití y su gente. Creo que a le hubiera gustado que la gente vea el Haití que él conocía”, finaliza la directora.

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Sobre la firma

Andrés Rodríguez
Es periodista en la edición de EL PAÍS América. Su trabajo está especializado en cine. Trabaja en Ciudad de México

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