Pablo Larraín, bajo el reflector internacional
En el catálogo de FilminLatino hay dos películas indispensables para comprender el ascenso del director y explicar por qué es uno de los más sobresalientes de Latinoamérica
Para hablar del cine chileno hay que referirse a nombres fundamentales como Silvio Caiozzi (Julio comienza en Julio, 1979), Patricio Guzmán (El botón de nácar, 2015), Miguel Littín (El chacal de Nahueltoro, 1969), Andrés Wood (La buena vida, 2008), por mencionar sólo algunos, pero que con sus obras han trascendido en el cine mundial.
Sin duda en los últimos años la presencia de Pablo Larraín ha despuntado en el escenario internacional y puesto a la cinematografía chilena en el epicentro de la atención de festivales, críticos y públicos. Con siete películas en su carrera, filmadas en 10 años, Larraín se ha convertido en una de las voces más sobresalientes de Iberoamérica.
Desde su primer trabajo Fuga hasta Neruda, su penúltima cinta, su obra fílmica es un acercamiento a la realidad chilena y brinda una reflexión social que se explica desde la ficción, en la que se permite reconstruir momentos claves de la historia de este país sudamericano. Con temáticas particulares, sus películas logran el eco global.
Por ello FilminLatino, plataforma de cine del mundo, celebra que en su catálogo se cuenten con dos películas indispensables para comprender el ascenso de Pablo Larraín y explicar el por qué es hoy una de los directores sobresalientes de Latinoamérica.
Se tratan de Tony Manero, y No, filmes que abordan desde escenarios diferentes la complejidad social que se vivió en Chile durante la etapa de la dictadura militar.
Santiago de Chile, 1978. En medio de un difícil contexto social, la dictadura de Pinochet, Raúl Peralta, de unos cincuenta años, está obsesionado con la idea de interpretar a Tony Manero, el personaje de John Travolta en 'Fiebre de sábado por la noche'. Sus ansias de interpretar a su gran ídolo y su anhelo de ser reconocido como una estrella del mundo del espectáculo a nivel nacional le empujan a cometer una serie de crímenes y robos. Filme reconocido lo mismo en el Festival de La Habana, Rotterdam, Estambul, entre otros, no sólo para el director sino para su protagonista, Alfredo Castro.
René Saavedra es un ejecutivo de publicidad que regresa a Chile tras su exilio en México y diseña una brillante y optimista campaña que propugna el "No" al plebiscito chileno de 1988. Su objetivo es poner fin a la dictadura militar y derrocar a Augusto Pinochet. Protagonizada por Gael García Bernal, esta cinta obtuvo, entre otras distinciones el premio Art Cinema Award, dentro de la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes y su nominación al Oscar como mejor película extranjera.
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