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Roger Waters: “Escuche a su gente, señor presidente. Los ojos del mundo lo están observando”

El exlíder de Pink Floyd lanza un mensaje polémico a Peña Nieto ante 200.000 personas en un concierto gratuito en la capital mexicana

Roger Waters en la Ciudad de México.Vídeo: Oscar A. Sánchez / AFP
Elena Reina

Muchos mexicanos apostaban esta semana si Roger Waters se atrevería o no a enfrentar al presidente de la República en una de las plazas más emblemáticas del país y apuntando directamente al Palacio Nacional. Pero el exlíder de la banda británica Pink Floyd ha vuelto a sorprender a sus fieles. Una pantalla gigante proyectaba un nuevo golpe al hígado de Enrique Peña Nieto: "Renuncia ya". Los más críticos con el Gobierno enloquecieron. No todos los días una de las leyendas vivas del rock se coloca frente a la catedral y apoya a gritos la causa de los miles de desaparecidos.

La expectación por el evento de este sábado iba mucho más allá del mero espectáculo. Waters rompió todas las reglas el pasado 28 de septiembre, cuando se presentó en la misma ciudad —aunque en un recinto privado— y pronunció por primera vez un alegato en contra de las políticas del mandatario Enrique Peña Nieto y el candidato republicano Donald Trump. "La última vez que toqué aquí, conocí a las familias de los jóvenes desaparecidos en México. Sus lágrimas se hicieron mías, pero las lágrimas no traerán de vuelta a sus hijos", repitió Waters. El artista leyó de nuevo la polémica carta dirigida al presidente mexicano que había recitado en sus dos conciertos anteriores y muchos de los asistentes volvieron a enloquecer.

"Hemos venido para escucharlo, pero sobre todo, para ver si es capaz de decir lo que dijo el otro día, esta vez en una plaza pública", contaba Jacqueline Díaz horas antes del concierto, desde una de las calles cercanas al Zócalo. "Poder vivir esto es algo histórico", explicaba Ramón, un joven que escondía una lata de cerveza en un portal. Horas después, Waters disparó: "Señor presidente, más de 28.000 hombres, mujeres, niños y niñas han desaparecido, muchos de ellos durante su mandato desde 2012, ¿Dónde están?, ¿Qué les paso?". "Sus políticas han fallado", remató el artista.

Todo ocurrió en la segunda mitad de un concierto de más de dos horas. El tema Pigs (Cerdos) fue el primer aviso. Inmediatamente se proyectó en la pantalla "Trump eres un pendejo" y su famoso cerdo hinchable volaba sobre los asistentes con mensajes relacionados con la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa en septiembre de 2014.

Con Comfortably Numb, uno de los temas más emblemáticos de la banda, Waters cerró la noche. Y al grito de: "¡Viva México, cabrones!", Waters se esfumó y el centro histórico de la Ciudad de México, colapsado durante todo el día por los miles de seguidores, volvió poco a poco a la normalidad.

La locura bajo las tablas

Lejos de las tablas de aquel imponente escenario y de los balcones más codiciados de la plaza, se vivió una realidad muy diferente. La histeria por lograr un metro cuadrado en el Zócalo capitalino provocó los momentos más tensos en las calles aledañas. Los más de 8.000 policías desplegados en la zona se atrincheraron en los puntos clave para evitar el acceso y que el recinto se desbordara. 

El precio de ver a Roger Waters gratis en la principal plaza de la Ciudad de México supuso para muchos jugarse la vida. Además de resistir más de 10 horas de pie sin comer ni poder ir al baño, el público tuvo que aguantar que el cielo se abriera y cayeran litros de agua después de los primeros acordes. Todo ello, siendo consciente de que uno ahí era sólo un minúsculo punto en un espacio con pocas salidas de emergencia, entre más de 200.000 personas (según las cifras del Gobierno) que se amontonaban como en un avispero. 

En algunas calles hubo enfrentamientos entre la Policía y los más desesperados. Un agente tuvo que ser trasladado en camilla por una pequeña avalancha. Nadie entendía por qué no podía acceder a un evento gratuito. "Lo hacemos por su bien, ahí dentro corren peligro", se esforzaba por explicar un comandante a la fila de personas que insistían con empujones. 

Por algunas esquinas se colaron docenas de seguidores a golpes contra los escudos de los granaderos. "No podemos hacer nada más que mantener la calma", confesaba un oficial.

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Sobre la firma

Elena Reina
Es redactora de la sección de Madrid. Antes trabajó ocho años en la redacción de EL PAÍS México, donde se especializó en temas de narcotráfico, migración y feminicidios. Es coautora del libro ‘Rabia: ocho crónicas contra el cinismo en América Latina’ (Anagrama, 2022) y Premio Gabriel García Márquez de Periodismo a la mejor cobertura en 2020

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