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Paulita, por la puerta grande de Azpeitia ante serios toros de Cuadri

El torero aragonés se desquitó del grave percance del año pasado con un merecido triunfo

Azpeitia es una rara avis en el toreo actual y lo demuestra en todo momento. El cartel de la segunda corrida de la feria lo corrobora. Eran los mismos protagonistas del año pasado; por un lado, los triunfadores Sergio Serrano (recogió el premio al finalizar el paseíllo) y los toros de Cuadri; por otro, Paulita y Pérez Mota, que fueron heridos y la ley histórica del toreo les brindó la oportunidad de resarcirse y repetir.

Paulita aprovechó esa oportunidad y cambió la puerta de la enfermería de 2015 por la salida en hombros en 2016. Esa es la ley del toreo, la historia y la verdad, y Azpeitia demuestra cada día que esa verdad todavía existe, aunque cada vez sea más extraña para desgracia de los aficionados.

El toreo tiene esa grandeza. El mismo torero que vio su cuello atravesado volvió al mismo lugar, con la misma ganadería y cambió el sino. Al regresar a Azpeitia, con ese fervor añejo de los toreros, Paulita acudió a la enfermería de la plaza para dejar una imagen de la Virgen del Pilar, a la que el diestro maño se encomendó cuando vio peligrar su vida un año antes.

Nadie sabrá si sirvió de algo, pero el aragonés entendió a la perfección a sus astados. Abrió la tarde con una labor plena de gusto con el capote y se afanó para ligar las embestidas por ambos pitones; su labor firme y decidida le valió la primera oreja. Pero lo mejor llegó en el cuarto, al que recibió con unos capotazos flexionando la rodilla plenos de improvisación y gracia torera que marcaron el rumbo del festejo. Con la muleta, Paulita decidió no agobiar a su oponente y ligó tandas con gusto. Faltó apretar al toro en un par de series para redondear la faena y llevarse un premio doble.

CUADRI / PAULITA, MOTA Y SERRANO

Toros de Hijos de Celestino Cuadri, bien presentados, encastados y con un interesante comportamiento.

Antonio Gaspar 'Paulita': estocada (oreja); estocada desprendida (oreja). Salió en hombros.

Pérez Mota: dos pinchazos y cinco descabellos (silencio tras aviso); cinco pinchazos y cuatro descabellos (silencio tras aviso).

Sergio Serrano: estocada casi entera (saludos); cuatro pinchazos y bajonazo (silencio tras dos avisos).

Plaza de Azpeitia. 31 de julio. Segunda corrida de la feria. Dos tercios de entrada. Antes del comienzo del festejo, Sergio Serrano recibió el premio al triunfador de la Feria de 2015, otorgado por la Comisión Taurina de Azpeitia.

Sergio Serrano, que había estado muy firme con su complicado primero, no llegó a entenderse con el sexto, un poderoso ejemplar de más de 600 kilos al que el albaceteño no acertó a meter en su muleta a pesar de su insistencia y valor.

Volvieron a lucir los toros de Cuadri, serios, con trapío aunque sin caras exageradas. Un encierro que derrochó interés a pesar de no ser excesivamente bravo. Astados con transmisión que dieron importancia a la labor de los toreros.

Destacó el cinqueño corrido en cuarto lugar que salió huido del segundo puyazo, pero ofreció innumerables embestidas en la muleta de Paulita. Más cuajo presentó el sexto, otro cinqueño que en cada embestida se llevaba los tendidos detrás, un animal con mucho poder y transmisión.

Quien menos suerte tuvo en el lote fue Pérez Mota, quien se dejó enganchar la muleta en el inicio de su faena al segundo y a su labor deslucida le añadió el error con los aceros. Al quinto le quiso apretar desde el inicio y el toro se le paró.

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