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Ken Jacobs: “La profundidad es imaginaria”

El artista neoyorquino, a su paso por la Mostra de Cinema Periférico, de A Coruña, reivindicó el misterio artístico que encierran los fotogramas

Andrea Aguilar
Ken Jacobs junto a su proyector, Nervous System lantern, en A Coruña.
Ken Jacobs junto a su proyector, Nervous System lantern, en A Coruña. María Meseder

Refugiado en el loft familiar, mientras emprende una extraña regresión adulta a la infancia, el protagonista de la película Momma’s Man (2008) se tumba con sus padres a ver un filme proyectado por una máquina analógica en una pared: hay luces y sombras y música, y una dulce pareja de bohemios que habita la que bien podría considerarse como la última auténtica guarida de artistas en Tribeca. El director Azazel Jacobs rindió así homenaje a sus padres, que se interpretaban a sí mismos en esta película rodada en su casa. Ellos son Flo y Ken Jacobs, el irreductible cineasta de vanguardia, pionero del 3D, que desde mediados de los años cincuenta experimenta con el medio a partir de metraje antiguo y desechado o de material nuevo, que ralentiza en su Nervous System Lantern (linterna del sistema nervioso), creando cine en "vivo", profundizando en las sensaciones, la luz y el espacio de los fotogramas. Jacobs (Nueva York, 1933), figura imprescindible del underground cinematográfico, con una mata de pelo blanco y cierto aire a Harpo Marx, acompañado de su inseparable Flo, que luce una larga trenza canosa, trajo a A Coruña su invento —una caja con proyectores y ventiladores— para realizar dos performances e impartir una clase magistral en la Mostra de Cinema Periférico.

La gente tiraba las películas de 16 milímetros, era basura y yo no tenía dinero. He encontrado material cinematográfico de todo tipo Ken Jacobs

"Las decisiones conscientes son las que no son de fiar", apuntó durante la lección. El maestro iconoclasta —que ha enseñado durante casi medio siglo en Binghamton College y ha contado entre sus alumnos con Art Spiegelman (la idea de usar ratones en Maus partió de una clase con Jacobs en la que analizaba cómo en EE UU estos animales eran una imagen recurrente para dibujar a la población negra)— analizó sobre el escenario pinturas del expresionismo abstracto, el movimiento artístico en el que él mismo se formó de la mano de Hans Hofmann. Eso fue antes de tomar la cámara como un instrumento testimonial y político, una acción radical en la que ha seguido empeñado desde entonces. El veterano alternativo habló ante el auditorio de cómo la pintura de Pollock estalla en el lienzo, creando capas con un impresionante desarrollo de la profundidad. "Ese mundo de sus cuadros tiene que ver con el esfuerzo de imaginar una profundidad, porque la profundidad es imaginaria". Espacio, volumen, capas en suspensión; todo esto tiene mucho que ver con su trabajo, con su empeño por desarrollar artesanalmente la tridimensionalidad: las sensaciones son para Jacobs una clave esencial de la experiencia cinematográfica. En el escenario coruñés siguieron proyectándose obras, De Kooning, Franz Kline —"estúpidos machistas que necesitaban reafirmar su masculinidad"—, y a partir de ahí el profesor desgranó su visión del mundo —"vivimos en un misterio que apenas comprendemos"— y el discurso político se filtró en su charla —"estas obras son prisioneras de los ricos"—. También han calado estas ideas en muchos de sus trabajos, como Star Spangled to Death, un recorrido por la historia de los desposeídos y la cultura de EE UU, de siete horas, que arrancó a finales de los cincuenta y terminó en 2004, y en el que usó material de archivo (anuncios, películas caseras desconocidas) y fotogramas rodados con Jack Smith (icono del underground que fue analizado por Susan Sontag en uno de sus ensayos). "La gente tiraba las películas de 16 milímetros, era basura y yo no tenía dinero. He encontrado material cinematográfico de todo tipo y en los lugares más insospechados, como unas películas pornográficas de los veinte de la Mafia, que cuando iban a tirarlas me las pasaron", cuenta mientras disfruta de un helado en una terraza al sol. "Apropiarte de material ajeno es como ser un detective con pruebas".

Extracto de 'Tom Tom the Piper's Son' (1969), de Ken Jacobs. 

Fundador de la cooperativa cinematográfica que desembocó en el Anthology Film Archives de Nueva York, Jacobs aún recuerda el cochambroso e insalubre estado del edificio que les cedieron —una antigua comisaría con las paredes manchadas de sangre y heces— y cómo la idea fue compartir material y tener un espacio para editar.

Jacobs toca la mesa esmerilada de la terraza para explicar su credo: esos reflejos confundirían a un bebé, no sabría si son tangibles o no. Ese es el lugar al que quiere llegar y no se trata tanto de ver qué aspecto tiene, sino de investigar cómo funciona. El cineasta se remonta a su infancia en Williamsburg —mucho antes de que los hipsters tomaran este barrio de Brooklyn— y habla de las películas de Eisenstein que le cautivaron en el MoMA, el mismo museo donde le han dedicado varios ciclos y retrospectivas. Eso sí, él se rebela ante la idea del videoarte: "La gente entra en una sala y la proyección está a la mitad; la informalidad, la manera en que es percibida por el público es algo totalmente distinto al cine. Yo necesito un marco temporal, no quiero algo amorfo".

'Perfect Film' (1986), de Ken Jacobs.

La abrumadora presencia de imágenes y vídeo en el mundo actual reafirma a Jacobs en sus opiniones. Se define como un"avant garde vieja escuela", y defiende que la coherencia escondida de una obra requiere concentración. "Antes veías una película a la semana y se te quedaba grabada, hoy las películas te inundan y es difícil escapar. Nuestra realidad es una ilusión". ¿Sin trama ni guion? "El hilo narrativo trata siempre de la ansiedad: ¿qué va a pasar?, ¿quién se enamora de quién? A mí no me interesa la ansiedad, quiero disfrutar de la ilusión".

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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